Thranduil se hallaba en su alce cargando a lo que parecía ser Haunani, digo parecía porque no quedaba mucho de ella. Su apariencia estaba intacta, a pesar de que su pelo ahora era gris por el hollín y su piel era más pálida de lo normal, podría decirle que era azul, era el mismo ser físicamente, sin embargo su cara demostraba que mentalmente había cambiado mucho, aún dormida hacía gestos de dolor, cuando estaba consciente estaba más seria y distante, era notable que había quedado resentida por las acciones de Thorin y la indiferencia del resto de la compañía, no la había visto sonreír ni tampoco había visto su expresión de tranquilidad, ahora las expresiones que dominaban era de desespero y susto.
Cuando despertó se tensó por un momento pero luego al recordar con quién estaba se relajó un poco, desde ese momento estuvo ausente, no respondía a nada y tocaba ayudarla a comer y beber porque no lo hacía por su cuenta, siempre mirando a ningún lado ensimismada en su propio mundo preocupaba a Thranduil, él creía que debía estar pensando lo que sucedió en la montaña ya que a veces se le escapaban lágrimas mientras miraba a la nada. El rey elfo intentó por todos los medios recuperar la consciencia de la niña y lo logró cuando empezaron a hablar de Legolas.
-dónde está él? -pregunta a mitad de la conversación -donde está Legolas?
-el se fue momentos después de tu huida junto con Tauriel
-a dónde?
- a la ciudad del lago para salvar a un enano pero ahora no tengo idea dónde están
-ojala estén bien -hace un pequeña pausa -no debí dejar el castillo... perdóname
- lo hecho echo está Haunani, además comprendo tus motivos, la lealtad hacia los enanos fue mayor a tu deseo de estar a salvo, lo cual es admirable
-si...-volvió a sumirse en su mundo sacándole un suspiro al rey elfo
-bueno -murmuró -por lo menos volvió un momento
-Mi señor -le llama Bardo que acaba de llegar de hablar con Thorin
-y bien?
-se rehúsa
-me lo esperaba - suspira acomodando a la niña en su regazo -la maldición ya está sobre el
-quién es ella? -pregunta Bardo - se parece a...
-Haunani, ella es la niña que iba con los enanos, solo que ahora está refugiándose de ellos con Migo
-no tenía el pelo café?
-seguramente fue un hechizo para no llamar tanto la atención, luego te contaré toda la historia -hace un pausa -no perdamos más tiempo, vamos a la guerra.
Todos los hombres se armaron, tomaron armas que habían quedado abandonadas en la ciudadela y otras que les regalaron los elfos, en esas estaban cuando Gandalf llega en su caballo
-abran paso! -gritaba mientras se movía por la ciudad en ruinas, al bajar de su caballo observó con asombro cómo los hombres practicaban poses de lucha y los elfos se ponían en fila
-hey tu! -le dice un hombre horrible -si tu! no queremos mendigos aquí, no tenemos para más problemas, así que fuera de aquí
-estúpido, ¿Quién está a cargo?
-¿Quién pregunta? -interrumpe Bardo que había visto la llegada del mago
-soy Gandalf el mago gris, tenemos que hablar y es bueno que Thranduil lo escuche...y a propósito, ¿Dónde está mi niña?
Bardo llevó a Gandalf a una carpa donde se había quedado Thranduil junto con Haunani para tener más privacidad y que la niña no estuviera tan tensa. Al entrar a la carpa y saludar a Thranduil Haunani reconoció de inmediato su voz y corrió a los brazos de su protector
-Gandalf -gritó y saltó a sus brazos, él la atrapó y la alzó para examinarla pero antes que pudiera comentar sobre su estado ella lo interrumpió -te he extrañado mucho, te he necesitado mucho Gandalf -sollozó al recordar aquel suceso horrible
-!¿Pero que paso?! -pregunta, la abraza para tranquilizarla y conjuró un hechizo para que durmiera sin sueños, y al fin pudiera descansar sin las pesadillas pues a leguas se notaba que no había estado bien últimamente y no había descansado adecuadamente.
