Los trasgos

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En efecto había una cueva en la montaña.

-Se ve bastante seguro -dice Dwalin mirándola de manera superficial

-Revísala, el interior de la montaña están ocupadas -le dice Thorin a Dwalin y este tras inspeccionar la cueva da el visto bueno.

-Aquí no hay nada.

-Muy bien -empieza Gloin -encendámosla. 

-No -les prohíbe el líder -fuego no, no aquí dentro, hay que salir al amanecer.

-Íbamos a esperar en las montañas hasta que Gandalf viniera -lo reprende Balin quien sana las heridas de Haunani -ese era el plan.

-Los planes cambiaron -le responde con sequedad mientras mira a Haunani que está desconcertada ¿Por qué no esperarán a su padre? -Bofur, tienes la primera guardia.

Más avanzada la noche, Haunani no podía dormir por lo que se quedó con Bofur haciendo guardia cuando vieron a Bilbo con todas sus cosas en la espalda intentando salir de allí.

-Oiga -le dice Bofur al Hobbit -¿a dónde cree que va?

-A Rivendell -le responde.

-No, no puede regresar ahora, es parte de la compañía -se levanta exaltado -es uno de nosotros.

-Por supuesto que no -le contradice -Thorin dijo que no debía venir y es cierto, no soy un Tuk sino un Bolsón, no sé en qué pensaba -suspira resignado -no debí cruzar mi puerta.

-Es nostalgia lo que sufres -dice Haunani -yo lo entiendo.

-¡No, no es cierto! no lo entiendes, ninguno lo entiende, porque están acostumbrados a esta vida, a vivir en el campo a nunca sentar cabeza. No pertenecer a ningún lado -eso dejó a Haunani triste y a un Bofur sorprendido, luego se dio cuenta de que se había dejado llevar por sus emociones -lo lamento yo no...

-No tiene razón -le corta Bofur -no pertenecemos a ningún lado, le deseo toda la suerte del mundo -le toma el hombro -lo digo enserio -Bilbo asiente y se dispone a partir cuando se ve un destello azul en la espada del hobbit.

-¿Qué es eso? -pregunta Haunani al ver el destello azul, en el piso aparece  una grieta y Thorin que había estado despierto escuchando toda la conversación se da cuenta de ella alertando a los demás.

-¡Despierten! -muy tarde, el piso se abre votando a todos por un agujero a lo profundo de la montaña y más específicamente, una especie de jaula echa de huesos donde los trasgos los atrapan, en el forcejeo entre enanos y trasgos Bilbo desaparece y Haunani aplica su técnica de no ser notada poniéndose la capota y encorvándose en medio de los enanos. Estos son conducidos ante el rey de los trasgos, uno enorme y gordo que da aspecto de grasa viviente, muy asqueroso para Haunani, este cantaba algo sobre la muerte y como los trasgos los iban a destrozar algo muy tosco la verdad pero eso era la moda entre ellos al parecer.

-¿Pegadiza no? -les dice el gordo -la compuso au servidor.

-No es una canción -espeta Balin -es una abominación.

-Abominaciones, mutaciones, desviaciones -les responde el rey trasgo con naturalidad -eso es lo único que hay aquí abajo- los súbditos de este les quitan todas las armas a los enanos, a Haunani ni la notan se ha hecho ovillo y ante cualquier ojo es  una roca-¿quien se ha atrevido a venir armado a mi reino?¿ espías? ¿ladrones? ¿asesinos?

-Enanos su malevolencia -le responde uno de sus súbditos.

-¡¿Enanos?! pues no se queden ahí parados! revísalos, cada rincón, cada pliegue -estos obedecen y le ponen en frente todo lo encontrado.

Haunani (Legolas X Reader)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant