Scene twelve.

519 41 10
                                    

Maratón 1/3.

Siento un cosquilleo en la boca del estómago y como el nerviosismo se apodera de mí con algo de miedo, seguramente ya lo vio y no me responderá, a huevo porque la he cagado bien y bonito.

Pero mi concepto cambia cuando mi celular vibra haciéndome saber que tengo un nuevo mensaje.

« Y yo a ti... » fue lo que recibo como respuesta, y estoy sonriendo como un completo pendejo ¿por qué me importa tanto?

-Bien hecho pepe- escucho a yayo decirme con orgullo mientras palmea mi hombro- ahora ¿podemos regresar adentro? No soporto el puto frío.

-Regresa tú- escupo sin trabas- yo me quedaré un rato más aquí platicando con la muchacha- agrego más sonriente aún.

-De acuerdo pero no te vas a pasar toda la pinche noche aquí- frunce el ceño.

-Ajá, lo que digas.

Regresa adentro para seguir disfrutando de la fiesta que tengo por seguro y ya se está saliendo de control pero me vale, estoy en algo más importante. Mensaje tras mensaje voy tomando más confianza con ella y he de admitir que me tiene riendo a carcajadas, es muy adorable, me agrada tanto como sé que yo a ella.

Estoy perdiendo la noción del tiempo pero me importa un bledo, esto me gusta y solo sé que no quiero acabar.

-No mames wey, ya tienes bastante aquí, regresa adentro- un iracundo y molesto juxi se queja detrás de mí pero le resto importancia- ¿qué tanta chingadera haces?

-Eso no te incumbe juxi- reprendo y prosigo a teclear un texto rápido en mi celular.

-A ver- me lo arrebata de las manos antes de enviarlo- mira nada más- enarca ambas cejas con asombro, vale verga, lo que me faltaba.

-¿Qué dice juxi?- esperen un puto momento ¿a qué hora llegó strecci que yo ni en cuenta? Puta madre.

-A este paso me vas a terminar volviendo loco por ti.- leyó en voz alta ese texto que no fue enviado.

-Aw, el grandulón está enamorado- se burla strecci o como bien lo he estado llamando últimamente: strappy.

-Vete a la verga- le muestro el dedo de en medio.

-Esto- señala juxi mi celular- queda confiscado hasta que nos vayamos- y lo guarda en el bolsillo de su pantalón ¡¿qué verga?! ¿Por qué lo hace? ¿Qué hice para merecer esto?- no acepto quejas.- añade con suavidad en su voz, se le estaba pasando el enojo.

-No mames jux, regrésamelo.

-No pepe, te la has pinche pasado casi toda la noche aquí, mandando a la verga la puta fiesta que sandy no hizo a lo pendejo- uy, alguien se está poniendo enojadito otra vez como yo no tardo en hacerlo- te lo toleré por diez minutos, veinte, hasta treinta pero que ya sean casi dos horas y pico cabrón y luego en el pinche frío, no putas pinches mames.

-Ni que fuese tu hijo, pendejo.

-Cierra la boca pepe- interviene strappy- vas allá adentro y bebes hasta ponerte pinche pedo mientras disfrutas de la fiesta y fin de esta puta discusión. He dicho- y entra otra vez a esa maldita fiesta. Carajo.

-Con que no entres, no te doy tu celular hasta que me plazca.

-Hijo de puta, no puedes hacer eso y menos cuando estaba en medio de una buena plática, además de que mi hermano me está manteniendo al tanto sobre lo que haremos próximamente, una gira, necesito mi celular- a este paso, si juxi sigue aferrado a no darme mi celular por no regresar a la fiesta, me voy a emputar y se lo voy a quitar no tan amigablemente.

-Claro que puedo, ahora, entra ahí y disfruta. Días hay muchos en los cuales puedes quedar de verte con esa chica o puedes ir a verla.- señala la puerta para que yo obediente entre a la puta fiesta.

-Dame mi puto celular, juxi- pido a pausas con coraje.

-Regresa a la fiesta y te lo doy. He dicho.- gruñe.

-Prefiero largarme.

-Si te largas, no te lo regreso.

-¿Qué más sigue jux?

-No sé pero entra ya y es todo. ¿Qué te cuesta?

-Agh.

Rendido obedezco finalmente, el ruido me aturde tanto, me dirijo a la mesa en donde hay mucha cerveza y tomo una para beber y beber sin parar. Poco a poco mi coraje disminuye hasta relajarme, observo a todos quienes gritonean, otros juegan beer pong, otros platican y yo... yo sólo estoy bebiendo para ponerme tomates pero tengo una ansiedad que me está matando.

Alejandra seguramente debe creer que me desinteresó por completo el seguir platicando con ella pero no es así. Vaya que me interesa.

Golpeteo el piso con mis converse, intentando calmar la ansiedad con alcohol y cigarros pero es inútil, entre más bebo, más pedo me pongo y entre más fumo, más me desespero. Y viceversa.

Juxi me observa a lo lejos junto a yayo, laura y luisito mientras charlo con strappy de cualquier pendejada para olvidar la frustración ansiosa que tengo. Tengo que aguantar hasta poder largarnos.

*-*-*-*-*-*-*-*

-¡Al fin!- exclamo victorioso arrastrando las palabras al momento que juxi me regresa mi celular.

-Aguantaste cabrón, felicidades.- sonríe.

-Sí, sí, gracias amigo. Ahora adiós, debo entrar.

-Cuidado pepe, nos vemos- se despide laura.

-Igual...

Camino a duras penas hasta la entrada, busco entre los bolsillos de mi pantalón las llaves, tardo unos cinco minutos en encontrarlas y unos dos en lograr meter la llave correcta en el picaporte. Entro intentando ser sigiloso pero es inútil, enciendo la luz para no llegar a tropezar con nada, Layla sale de mi habitación y me recibe feliz moviendo su colita de un lado a otro.

Por suerte, mi tía no está, quizá fue a ver a mi madre y se quedó ahí.

-Mi niña- sonrío.

Me deshago de mi ropa quedando solamente en calzoncillos, voy al baño para lavarme la cara y luego secarla con una toalla, regreso y me aviento a la cama, mi perrita sólo está sentada en la alfombra viendo cada uno de mis movimientos. Quiero dormir desde ya que mañana seguramente despierto con una cruda de infierno.

Antes, tomo mi celular del pantalón y lo desbloqueo, ahí sigue ese texto que no pudo ser enviado. Lo borro rápidamente y tecleo otra cosa.

« Gracias por aparecer en mi vida... dulces sueños chula. »

Seguramente mañana no lo recuerdo.

The Reason.Where stories live. Discover now