Scene one.

933 63 19
                                    

Desperté un tanto asustada, creyente que el vuelo ya había acabado pero para mi sorpresa no fue así, al contrario, recién estaban avisando que el avión iba a descender y que nos preparásemos por las turbulencias. Yo omití eso pues recién despertaba, así que no iba a sentirlo.

Refregué mis ojos y me estiré bostezando, quité la música de mi celular y lo guardé en el bolsillo de mi suéter rojo, acomodé mi coleta y mi flequillo recto que estaba un tanto alborotado; me sorprende que me haya dormido todo el viaje pero no debe pues había sido un corto tiempo. Todos estaban bajando en fila, tomé mi equipaje y caminé detrás de todos para poder bajar del avión.

El viento fresco me pegó en la cara congelándola un poco, estábamos en temporada de invierno, algo que me agrada mucho. Mi celular comenzó a vibrar pero no por una llamada si no por un mensaje.

De: Fabi.
Para: Ale.
Asunto: ¿Ya llegaste?
Estoy esperándote aquí en el aeropuerto:)

De: Ale.
Para: Fabi.
Asunto: Así es.
Te veo ahorita bebé, aguanta un poco.

De: Fabi.
Para: Ale.
Asunto: Kemosión<3.
Espléndido. Traigo un suéter beige, leggins negros y botas del mismo color, mi cabello castaño está recogido en una coleta. Para que me reconozcas entre tanta gente.

De: Ale.
Para: Fabi.
Asunto: Debemos celebrar.
Está bien. Yo unos leggins negros, converse negras, blusa negra y sobre ésta un suéter rojo, también mi cabello está recogido en una coleta, llevo flequillo recto. Nos vemos.

Ya no recibí respuesta por parte suya, bien, debe de estar brincoteando porque la idea de que ambas viviremos juntas en el mismo departamento, le emociona tanto y seguramente está gritando.

Al adentrarme, observo que está llenísimo de gente lo cual me hace pensar que voy a llevarme máximo unos veinte minutos buscándola, camino entre la gente arrastrando mis pesadas maletas no sin antes mirar hacia ambos lados buscando a mi castaña amiga.

-¡Boo!- escucho detrás de mí, haciéndome dar un brinco del susto, eso provoca diversión y risas en esa persona que acaba de hacerlo. Fabiola- ¡Dios mío! ¡Tu cara!- agrega sin dejar de reírse y yo le miro mal.

-Joder contigo, casi me sacas el corazón- digo dramática llevando mi mano izquierda a mi pecho.

-Qué exagerada amiga tengo- rueda los ojos y luego de eso sonríe- ¡Te extrañé!- me abraza como bienvenida, yo correspondo enseguida sin importar que mis maletas caigan al suelo.

-¡Yo te extrañé más!- sonrío.

-No hay que perder más el tiempo, vayamos al departamento para mostrártelo, te encantará.

-¿Y luego de eso iremos a festejar o qué?- tomo mis maletas para enseguida verla, ella me está viendo de manera extraña- ¿qué? ¿Hay algo mal en mí?

-Ale, son las...- observa la hora en su teléfono y luego me observa a mí otra vez- siete cuarenta de la mañana ¿de verdad crees que los bares están abiertos a estas horas mañaneras?- pone los ojos en blanco.

-Am, perdón, no dormí bien camino hacia acá y creo que me afectó.

-Jamás cambias amiga, anda mueve tu maldito trasero fuera de este lugar.

-¡Voy, voy! ¡Relájate!- bufo.

Me ayudó con el resto de mis maletas hasta la salida del aeropuerto, tomamos un taxi, dio la dirección y enseguida nos llevaron, el trayecto fue silencioso que duró veinte minutos, juro que estaba de "mátenme por favor".

-Aquí es.- anuncia ella señalando con su dedo índice unos bonitos edificios color ciruela.

Ambas dimos la mitad para pagar, bajamos junto a mi equipaje y me guió hasta la entrada pero antes pude apreciar unos columpios, un sube y baja e incluso un bebe leche fuera de éstos, sonreí recordando mi infancia. Qué tiempos.

-Hola fred.- saluda ella cortésmente al portero pelinegro robusto y un tanto atractivo.

-Hola fabi ¿cómo estás?- saluda de la misma manera y le regala una cálida sonrisa, luego me ve a mí- ¿quién es ella?- frunce el ceño desconcertado.

-Es mi mejor amiga de la infancia, alejandra.- responde- ale, él es freddy, freddy ella es ale.- nos presenta y yo lo único que hago es saludar con la mano más sin embargo no articulo palabra alguna.

-Uh, un gusto bonita.- me guiña el ojo.

¿Y éste quién se cree?

-Em, igual, creo.- enarco una ceja.

-La asustas fred, tranquilo.

-Lo siento, um, fabi me ha hablado mucho de ti e incluso el día en que le enviaste un e-mail diciéndole que te mudabas para acá, gritó y brincoteó como si hubiese ganado pases dobles junto a pases para backstage de un concierto de alguno de sus tantos ídolos.- se disculpa y luego relata divertido.

-Me lo imaginaba.- reí.

-Bien, nos vamos fred, le mostraré a ale lo que desde ahora será su y mí departamento, nuestro departamento.

-Claro, un gusto ale, bienvenida.

-Gracias.

-¿Escaleras o elevador?- me pregunta fabi.

-¿Bromeas o qué? ¡Obviamente escaleras! ¡Aunque te cueste! ¡Sabes que soy claustrofóbica!- exclamo alterada. A ella y fred les hace gracia- ¡no te rías, carajo!- frunzo el ceño.

-Lo siento, lo había olvidado.

-¡Hasta luego chicas!- se despide fred.

-Adiós.- digo yo frustrada.

Subimos las escaleras hasta el tercer piso, sí, fue cansado pero detesto y aborrezco los elevadores, el hecho de tener que subir a uno me aterra aún más siendo claustrofóbica.

-¡Bienvenida seas a tu nuevo hogar!- me dice con voz agitada, am, a alguien le ha hecho daño subir muchas escaleras.

Paredes color turquesa haciendo juego con los marcos de madera brillosa, cuadros decorativos artísticos sumamente lindos, dos baños e incluso dos recámaras, una pantalla plasma de unas cuarenta y dos pulgadas, sala, comedor, cocina, etc.

Esto es perfecto para mí.

Oh querido DF, espero disfrutar mi estadía permanente aquí.

The Reason.Where stories live. Discover now