11

56 11 1
                                    


Sheker comenzó a reír y negó.

—¿Qué planeas, Erkin? —pregunto con los dientes apretados y lo apunto con el dedo —, desde el momento en que llegué, fuiste un ser despreciable, no faltaba momento en que me hicieras ver de donde vine y lo loca que me veo, sin embargo. Esto es una mala jugaba. ¿Para eso lo llamaste?

—No miento querida, ¿Por qué crees que Azat se adueño de todo lo que le pertenecía a tu padre? El día de la muerte de tu padre, fue el nacimiento de tu hija...el pensaba matarla, no sabia que era su nieta, tu hija.

—¡No es verdad! —Sheker se sentó en una silla —. No la recuerdo—susurro.

—Sufriste muchas cosas, tu mente no estaba lista para soportarlo todo, ese mismo día tu fuiste envenenada. Nadie sabe porque, pero Azat mato a su esposa.

Sheker sintió la palpitación en sus cienes, un recuerdo fugaz traspaso en su mente.

—Ella estaba embarazada—susurro, dejando caer las lágrimas, lo recordaba, él se había casado y su esposa estaba embarazada.

—Así es...ella era hermana de un clan en crecimiento, tu amiga —intervino, Erkin—. Nadie sabe si de verdad estaba embarazada, en ese momento todos estaban pendiente de ti, David esa misma noche te traslado al hospital, los hombres de Azat llegaron al lugar y saquearon el botín que había en el hotel.

—¿Qué paso después? —pregunto en un hilo de voz.

—Tu padre dejo expresamente dicho que Azat criara a la niña, tu no estabas bien. Nadie espero que Azat se apoderara de todo, amenazo a las familias de nuestro clan, por lo que les dio elegir si estar a su lado o morir junto a su familia. —Erkin le tendió una fotografía que Sheker tomo y observo una hermosa niña —. Ella es tu hija, David quería decírtelo, pero tu medico se lo negó, digo que era muy pronto para que lo supieras, dicen que olvidaste todo porque tu mente decidió que recordar y que no, te quisiste adaptar y creer que estaba todo bien, que aun tenias a tu hijo, pero nunca recordaste a tu hija.

—¿Cuál es su nombre?

—Lilibeth, tu padre se lo coloco.

—¿Por qué me lo dices tu?

—Porque con Fermín de nuestro lado, llegaremos antes de lo esperado ante Azat, era tu derecho saberlo, tienes una hija que recuperar...no pudiste hacer nada por tu hijo, pero puedes por ella.

Lilibeth, tenia una hija llamada Lilibeth, ¿Qué podía hacer? Era clave que ahora debía jugar de todos modos para recuperarla, Azat estaba equivocado si creía que podía tenerla.

—¿Por qué no la recuperaron? Ella debía estar conmigo.

—Debía —acepto Fermín, caminando hasta el mini bar y sirviéndose solo—. Pero Azat se volvió mas fuerte al saber que tenia una hija con la heredera Sultanov, se armo de valor para poseer todo, todos nos vimos obligados a seguirlo, muchos eran fieles a tu padre. Cuando me comunicaron que tu estabas con vida y querías reunirte conmigo, no dude en venir hasta aquí, estoy dispuesto a ayudarte en todo.

Sheker levantó la mirada de la fotografía y se quedo observándolo.

—¿Qué quieres a cambio?

—Por ahora que recuperes lo que te pertenece —Fermín quedo en silencio, en una guerra de miradas —, eres igual a tu padre, ambos hubieran hecho mucho si el aun viviera.

—Pero solo estoy yo, y lo obtendré todo—finalizo, levantándose y saliendo de la habitación con la fotografía en mano.

Sentía que sus noches se volvían frías, su corazón se volvía frio, no había calidez, no estaba eso que ella quería volver a sentir, esa noche supo que todos podían engañarla si lo permitía, sus deseos le ganaban más que el corazón ¿Había salvación para aquello? La respuesta era no, estaba en una situación que no entendía, estaba confundida, por un momento había creído que Erkin era la única persona de confianza, como David le mintió ser su padre en todas las visitas, estaba allí para encontrar la verdad, el camino correcto y solo había encontrado la mitad de esta, ¿Era esa su verdad?

Lo obtendría todo, le comenzaba gustar el sabor del poder, el sabor de saber que pronto haría justicia por todo el sufrimiento que Azat le hizo pasar, en llevarse a su hija y solo utilizarla para su poder. Ese día seria lo que tanto todos buscaban en ella, dejaría sus inseguridades a un lado y se concentraría en regresar por todo.

(...)

Mientras las semanas fueron pasando, la noticia de que el multimillonario Mirko estaba a punto de casarse se esparció por todos lados, incluso prensa internacional comenzaron a comunicarlo. Sheker había logrado que su nombre llegara a los oídos de muchos, la noticia que una mujer se había incorporado y armando un clan, sabía que llegaría hasta Azat y eso le agradaba, que supiera que pronto ambos estarían frente a frente y las cuentas se saldarían de una u otra forma.

En cuanto la pareja dio el sí, Sheker le asintió al juez quien de forma inmediata le hizo firmar documentos a Mirko y a ella. Oficialmente tenia lo que buscaba.

—Ya eres mi esposa—susurro, Mirko en su oído, erizándole la piel. Ambos sonrieron ante las cámaras.

—Me alegra saber que soy tu esposa—respondió con una sonrisa, volteando y enredando sus manos en su cuello, Mirko se inclino un poco y beso sus labios, no era un beso suave ni romántico, mas bien uno pasional, posesivo, uno que le hacia saber a todos que ella era suya. —Deberías dejar para luego.

Alego en cuanto se separó de él, con sus mejillas sonrojadas al saber que aun seguían tomándole fotografías y estas estarían en todo internet.

—Me gusta cuando te sonrojas —confeso, acariciándole —. Pero temo decir que estas en lo cierto—Mirko se inclinó hacia su oído —, ya quiero estar contigo y comprobar que tan tímida eres en la cama.

Sheker rio y negó, fijo su mirada en Fermín y Erkin, ambos se encontraban serios mirándola, no porque le molestara el acto amoroso de los recién casados, mas bien en ver y saber que Sheker estaba siendo mas lista de lo esperado, había logrado su propósito y en un segundo había hecho que el heredero perdiera todo, tenia la fuerza suficiente para cautivar y derrocar a cualquiera.

—La subestimaron mucho, ella lograra todo en cuestión de meses—Dijo Fermín, tomando de su copa—. Ella merece el titulo de dama, ahora lo que no logro comprender, ¿Por qué le dijiste la verdad?

—Últimamente se encontraba un poco inestable —respondió con sinceridad—, necesitaba una motivación...algo que la ayudara a concentrarse en su trabajo, ella ahora querrá hacerlo todo por recuperara a su hija, mi tío piensa que primero necesita estar tranquila, yo creo que necesita vivir con esa sensación para lograrlo.

—Entonces lo conseguiste, porque ella consumirá la vida y los millones de ese muchacho. 

Despiadados #2Where stories live. Discover now