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El mayor comenzó a reír.

—Eres una gran puta, sabía que eras igual a todas.

Sheker negó y siguió acariciando su labio.

—No...te equivocas, no soy como todas, puedo demostrarte que soy única, que solo me buscaras a mi y solo seré yo tu dama de confianza...no soy una puta—murmuró sobre sus labios, antes de besarlo con imperitud, mientras que se movía por encima del miembro erecto.

Mi nombre es Temir—presento, bajándola y sosteniendo su mano comenzó a caminar por un pasillo que los llevo a una de las tantas habitaciones.

Ya allí, Sheker con disimulo, apago el micrófono que llevaba y se acerco al mayor que estaba sentado en medio de la cama.

Gateo hasta estar a la altura de su pene, la fricción de su mano con anillos hacia que Temir gimiera, aquello se volvía una tortura y se reprochaba mentalmente si estaba haciendo lo correcto en llevar a su lecho una mujer que tenia el poder de controlarlo y darle mucho placer. No conocía su nombre ni de donde llego, sabia que una experta el hacer mamadas monumental que lo estaban llevando a su primer orgasmo de la noche; No sería liberarse, no aún. Hacerlo demostraría el poder de seducción de la fémina, él se vería como un adolescente precoz sin experiencia.

—Basta...—demando ronco, tomándola del cabello y haciendo que esta apartara su boca de su miembro. —Quiero demostrarte que yo también se jugar, muñeca.

—¿Así? Entonces deseo mucho verlo.

Temir empujo su cuerpo hacia la cama e hizo que abriera sus piernas, con lentitud bajo sus bragas y la dejo solo en sus medias negras y ligas. Toco su vientre con ambas manos y fue bajando hasta sus nalgas, apretándolas y acercando la pelvis hacia su boca. Sheker gimió de placer al sentir el contacto húmedo allí abajo, con ambas manos tomo el cabello de Temir, apretándolo mas a ella, mientras subía ambas piernas a su hombro.

—¡Si! —gimió, llegando a su primer orgasmo, Temir con el pene duro, se subió a ella y de una sola estocada la penetro, sin importarle utilizar un condón. Siguió embistiéndola sin ya importarle el placer de la fémina o tratar de aguantas sin parecer un adolescente hormonado.

Para su sorpresa, al mismo tiempo que el llegaba al orgasmo, Sheker también lo hacía, haciendo que el momento fuera mas placentero. La fémina abrió los ojos con una sonrisa y dijo;

—Ahora, ¿Me ves como todas tus putas? —ronroneo, acariciando su cuello, pareciendo sensual.

Sin darse cuenta, se estaba desviando de su trabajo y colocando su necesidad sensual primero, y es que le había resultado difícil controlar su cuerpo de tanta atención después de mucho tiempo en abstinencia.

Temir se aparto de ella y se recostó a su lado, con ambas manos bajo su cabeza.

—No...eres mucho mejor, es por eso que te concederé la palabra y me digas que es lo que quieres de mí.

Sheker se apoyo sobre su codo y lo miro.

—Soy hija de David Sultanov...su clan fue destruido por Azat Asinov—recordó y dijo cada palabra con odio—. Quiero tu apoyo para levantarlo.

Temir comenzó a reír y negó.

—Lo siento, muñeca. No ingresare a una guerra que esta más que claro quien ganara; Azat se convirtió en una potencia para muchos clanes, tuvo la mentalidad que todos necesitamos, supo manejar con prostitutas, mulas, aduanas, trazo nuevas rutas y compro un gobierno para sus mierdas. Nadie lo superara, estas loca si crees que te ayudare.

Sheker se quedó pensativa, Azat tenía una buena mentalidad para negociar, pero ella tenia algo que lo superaba o incluso llegaba a su nivel. Coraje.

El coraje era un arma fuerte, no tenia nada que perder, Azat siempre había trabajado de esa forma, no le importo matar a su hijo, tampoco su seguridad y bienestar; ella solo deseaba volver a verlo y demostrarle en el monstro en el que el la había convertido. Tal vez era verdad; estaba loca y no le importaba nada.

—No debes ingresar, nadie sabrá que me ayudas. Solo necesito tu mano para comenzar, quiero concebir sustancias para mi ingreso.

—Sabes que puedo matarte por esta osadía, traicionar a Azat llevaría mi muerte y el mismo destino que el clan de tu padre, que, por cierto —hizo una pausa—. Recuerdo que solo había un señor Sultanov, y era Ruslan, el señor de los señores, fue el primero en tener poder y el mentor de Azat, sin embargo...subestimaron al chico, este término matándolo.

—Es imposible, mi padre, David esta vivo y era el único jefe del clan.

Temir otra vez comenzó a reír.

—Estas equivocada, amore mio—Temir palmo su mejilla con suavidad—. Te engañaron, Ruslan Sultanov fue y será el único jefe de todos los clanes...seguimos a Azat porque es nuestro ultimo recurso, no podemos apartarnos sin que nos mate primero...David era su mano derecha, una escoria que seguía a su señor.

Sheker se sintió confusa, sentía que su mente nuevamente quedaba en blanco, no entendía su papel ni quien era. Tenia ganas de llorar por la opresión en su pecho. Si todo era verdad, entonces la habían engañado, ¿Qué buscaban? ¿Por qué su padre le mentía?

—Necesito tu ayuda —volvió a repetir, mirando un punto fijo—. Si logramos destituir a Azat, lograremos que cada clan no sea dependiente de él. Sus ingresos serán solo tuyos...nadie debe saberlo, solo será por un tiempo, hasta que logre salir de Sicilia.

Ambos quedaron en silencio.

—Lo hare, pero nunca darás mi nombre. Te olvidaras que una vez nos conocimos.

—Lo hare—afirmo, saliendo de la cama y vistiéndose con lo poco que tenía, tomo una de las batas del sillón y se la envolvió.

—¿Ya te vas?

—Si queremos destronar al rey, no hay tiempo que perder—dijo con una sonrisa maliciosa y tirándole un beso antes de salir de la habitación y caminar a un con sus zapatos colocados. En el camino, distinguió a uno de sus guardias quien asintió en cuanto la vio y guardo su arma bajo su servilleta que tenía en el brazo. 

Despiadados #2Where stories live. Discover now