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Al día siguiente, la fémina abrió los ojos con lentitud. Lo primero que observo, fue el techo decorado a modo victoriano, no recordaba su habitación pintada de aquella forma tan profesional.

De inmediato bajo sus pies al piso donde una suave alfombra estaba, movió sus dedos, sintiendo la suavidad de esta, al momento que sonreía como niña pequeña ante descubrir algo nuevo después de mucho tiempo.

Observo detrás de ella, y de inmediato camino a pasos rápidos hasta el balcón, se sorprendió por la maravillosa vista que tenía, el mar mediterráneo era tan llamativo que deseaba nadar en él. De alguna manera, deseaba seguir en aquel sueño si lo era. Detestaba la idea de pensar que despertaría y estaría en un lugar frio, con hambre y sed. Recordaba cada cosa de su pasado, recordaba en algún momento dormir en una cama suave como en la que había despertado, tener una vista maravillosa. Pero ¿Qué le faltaba? En ese momento no recordaba con exactitud, solo sabia que la muerte de su hijo era un paso muy doloroso para ella.

Recordarlo le produjo escalofríos y comenzó a llorar, tirándose al piso.

—Él está vivo...yo lo cuide—murmuró, convenciéndose que todo era un sueño, que Serik aun estaba vivo. La puerta de inmediato se abrió la puerta. Unos brazos fuertes la abrazaron.

—Tranquila...todo esta bien.

—Él lo mato...yo lo vi —se convenció, a pesar de que David sabia que era mentira, no dijo nada y solo la consoló. Sabia de memoria que Serik había muerto en un tiroteo sin piedad. —Quise ayudarlo...él lo mato....

—Tranquila, yo estoy aquí para ayudarte.

Sheker levanto la cabeza y observo al mayor, de pronto su rostro cambio a una de felicidad, con ambas manos toco sus mejillas un poco arrugadas y hablo.

—¡Haz vuelto! Creí que me dejarías allí por siempre... ¿Porque no regresaste? —sus ojos nuevamente se cristalizaron —. Ellos me trataron mal...lo ayudaron para que pierda a mi hijo.

David tenso sus músculos, era necesario que el no regresara, Azat y todos los clanes le habían declarado la muerte al clan Sultanov, lo que había implicado que se retiraran hasta que Sheker regresara, les había resultado difícil regresar por ella y aun mas al verla tan deteriorada, la negligencia de los médicos se había pagado con sus vidas.

—Aquí estoy, querida, voy a cuidarte y estarás bien, nadie te hará daño—murmuró, tocando su mejilla con cariño, como un padre lo haría.

—¿Lo prometes, papá? No quiero que me dañen...por favor, no me dejes más allí —suplico en un desgarrador llanto, rompiendo el alma del hombre. Sentía pena al verlo cual confundida estaba Sheker, no pensó que su mente estaría cada vez peor que la ultima vez que la vio.

—Lo prometo, pero para que nadie te dañe debes ser fuerte y mantenerte cuerda...tu padre te ayudara a que todos paguen el daño que te hicieron.

La fémina asintió repetidas veces, aceptando cualquier cosa que su padre dijera con tal de no regresar a aquel lugar horrendo.

David la ayudo a levantarse y ambos caminaron hasta la puerta a pasos lentos.

—¿Dónde vamos? —indago la fémina, siguiendo los pasos del mayor.

—Iremos a que conozcas a tu familia ellos estarán contigo siempre. Pero tu debes confiar en ellos y dejar que te cuiden, ¿De acuerdo?

Nuevamente esta asintió, bajando las largas escaleras en forma de caracol.

—¿Ellos son mis hermanos?

—No —David la paro en medio de la escalera y dijo con seriedad—, ellos no son tus hermanos, tu eres la señora Sultanov, su cabecilla, ellos seguirán tus órdenes. Tu eres la jefa y ellos tus empleados fieles.

—Esta bien —acepto como niña buena, siguiendo los pasos de su padre.

Ambos al llegar al salón, una mesa larga los esperaba junto a veinte hombres, Sheker se sorprendió al ver tantos hombres en una misma mesa con muchos manjares servidos, el suave empuje en su espalda la obligo a caminar hasta la punta de la mesa, donde un lugar vacío estaba en la espera del cabecilla, David aparto la silla hacia atrás y la invito a sentarse, bajo la atenta mirada de todos.

—Ella es la dama Sultanov —presento —. A partir de este momento, cada uno de ustedes la respetara como tal, tendrán dos trabajos; cuidarla y enseñarle cada cosa para su futuro, debemos prepararla lo antes posible si queremos recuperar nuestra riqueza.

Una risa llamo la atención de la fémina y David, este último suspiro cansado.

—¿Sucede algo, Erkin?

—Lo hace—alego, levantándose.

—Entonces dilo.

—¡Ella esta loca, demente o como quieran llamarla! —comenzó a decir, mirándola —, quieres volver lo antes posible para recuperar lo nuestro, sin embargo ¿Qué nos garantiza que ella esta cuerda? ¡Mírenla! No pondría mi vida en sus manos. Solo necesitamos saber si estamos en lo correcto, deberías haberla dejado en el manicomio, allí es donde pertenece, no es digna de llevar el título de dama Sultanov....

—¡Basta, Erkin! —bramo David —. Sheker es nuestra jefa, ella decide cuando lo quiere y lo hará. Es ahora donde quiero saber quiénes seguirán fieles a Ruslan y su legitima.

Toda la mesa se encontró en un total silencio, antes que cada uno de ellos comenzara a levantarse y reverenciarse ante la fémina, en una clara muestra de apoyo y fidelidad hacia ella. David se sintió complacido al ver aquello, su mirada se mantuvo fija en Erkin, quien fue el único en no reverenciarse y salir de la sala.

Luego de unos minutos de presentación, todos comenzaron un desayuno armonioso, hablando de la trivialidad más grande que merecía de atención, y era el regreso del clan. 

Despiadados #2Where stories live. Discover now