✦ VIII ✦

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La última vez que había visto a su amigo fue durante su matrimonio, por lo que para Jungkook al verlo con un pequeño que se aferraba a su mano mientras caminaba donde estaba el auto estacionado, aún le era difícil de procesar en su mente

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La última vez que había visto a su amigo fue durante su matrimonio, por lo que para Jungkook al verlo con un pequeño que se aferraba a su mano mientras caminaba donde estaba el auto estacionado, aún le era difícil de procesar en su mente.

No dejaba de mirar al niño de cabello oscuro, que vestía una camiseta con un dibujo del planeta Tierra y unos pantalones cortos de color rojo. Sonrió tímidamente y elevó los ojos hacia Seokjin que lo había estado observando en silencio.

—Te debe estar sorprendiendo bastante ¿verdad? Recuerdo haber puesto esa misma expresión cuando JooHyun me dijo que seríamos padres —Sonrió cómplice mirando al pequeño. Jungkook solo asintió escuchándolo atento—. Lo dejé todo en el diario para que lo leyeras en tu regreso.

El astronauta sonrió dulcemente tras la mención del diario. Había temido que Seokjin lo hubiese olvidado en esos años que pasaron para él.

—¿Cuánto tiempo ha sido para ti esta vez? —preguntó Seokjin con evidente curiosidad.

Jungkook suspiró cansino mirando brevemente al cielo nublado.

—Fueron cinco semanas para mí, en los que visité tres planetas —respondió recordando los majestuosos paisajes, lo que hacía que su corazón se acelerara y su piel se le erizara.

—Wow, eso es increíble —comentó genuinamente sorprendido—, muero porque me lo cuentes todo, Jungkookie.

El hecho de que su mejor amigo era ahora padre aún daba vueltas en su cabeza.

—Y en ese tiempo ya te convertiste en papá —comentó bajito, con una nota de nostalgia en su voz—. Felicidades... —La sonrisa había flaqueado en su rostro—, aunque ya es un poco tarde ¿no? —agregó tímidamente.

El más alto de los dos, notando la agitación en el pequeño astronauta, pasó su brazo por los hombros de Jungkook de manera fraternal, acercándolo más.

—¿Qué dices? Has llegado justo a tiempo —sonrió relajadamente, haciendo que el brillo en sus ojos apareciera—. ¿No es así, JongIn?

El niño sonrió con la mirada, dando pequeños saltitos.

—Tio Jul, ¿es verdad que saludó a las estrellas? —preguntó el niño mirando a Jungkook—. Mi papá me dijo que viajaba por el cielo estrellado.

Por un momento el astronauta enmudeció sin comprender la manera en la que lo había llamado, mientras su amigo le esquivaba la mirada, aunque podía notar por el rabillo del ojo, que estaba intentando no reír.

—Ahm sí, saludé a un par de estrellas en mi viaje por el cielo. —Se dirigió al pequeño, encorvándose ligeramente.

El niño entreabrió los labios mirando a las nubes blancas encima de ellos.

—¿Y cómo es el cielo allá? —preguntó  curioso, señalando con el dedo índice al par de nubes.

—El tío Jul debe estar cansado después de viajar por tantos años —intervino Seokjin—, qué tal si luego-.

—¡Vamos a ver las estrellas, tio jul! —le propuso eufórico, soltándose de la mano de Seokjin para acercarse más al astronauta—. Papá y yo vamos al desierto cada fin de semana, y-y allí me enseñó todas las estrellas en el cielo, se las puedo enseñar si quiere —le propuso con sus mejillitas encendidas.

—Eso sería fantástico, —contagiado con la alegría del niño, Jungkook aceptó. Probablemente se refería al mismo lugar en el que se había despedido de Seokjin, el que ahora compartía con su hijo para ver las estrellas—. Yo solo conozco un par. —Siguió hablando con la misma emoción—. Me vendría muy bien un maestro de las estrellas.

Seokjin veía la interacción de sus dos chicos y le fue casi imposible que una pequeña lágrima saliera de la esquina de su ojo izquierdo cargada de cariño, la cual atrapó con su índice.

Tantos años había soñado sobre aquel encuentro y ahora estaba sucediendo ante sus ojos. Extendió sus brazos, e inesperadamente los abrazó. Seokjin cerró los ojos, y plantó un pequeño beso en la base de la cabellera oscura del pequeño astronauta que por fin estaba de regreso.

Había anhelado aquel momento, pidiéndole a las estrellas que le regresaran pronto a su pequeño astronauta. El corazón de Seokjin solo podía estar plenamente dichoso al saber que Jungkook estaba mirando el mismo cielo que él.

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—¿Tío Jul? —Jungkook le preguntó a su amigo, aún extrañado luego que el pequeño se quedara dormido en la silla de atrás del carro durante el resto del viaje.

—Le he hablado sobre un pequeño astronauta que tuve la oportunidad de conocer, y que cada vez que regresaba me relataba las más extraordinarias aventuras —comentó con un semblante nostálgico—. Empezó a llamarte tío Jul, luego de descubrir aquella foto que nos tomamos en el desierto ¿la recuerdas? Tu nombre  y el mío estaban escritos en el borde inferior.

Era evidente que en el recuerdo se mantenía con mayor firmeza en la memoria de Jungkook, que en la de Seokjin.

—La recuerdo bastante bien —respondió en un suspiro.

—No estés triste por el paso del tiempo —Seokjin posó su mano brevemente sobre el muslo de Jungkook, intentando consolarlo.

—A veces quisiera que fuera diferente —comentó distraídamente mirando por la ventana.

—Yo también, pero no podemos hacer nada al respecto, solo sigamos avanzando hacia adelante, no tenemos otra dirección

Por el resto del viaje se mantuvieron en silencio, hasta que la sensación de déjà vu lo invadió al reconocer la casa de Seokjin, la cual parecía no haber cambiado, pero al acercarse, podía notar ciertas modificaciones, y es que ya no era la misma, y ni siquiera él se sentía como la misma persona.

Una semana o diez años, no importaba el lapso de tiempo, ya no podía ser la misma persona, porque al avanzar el tiempo, el astronauta también lo hacía con él. Tampoco podía resistir al cambio cuando estaba en su naturaleza seguir en movimiento. 

Florida, noviembre 1998.

The Little Astronaut [JJK+KTH]Where stories live. Discover now