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Incluso si ponía su antebrazo tapando sus párpados, Jungkook aún podía ver las pequeñas estrellas, como pequeñas luces, danzando detrás de sus ojos

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Incluso si ponía su antebrazo tapando sus párpados, Jungkook aún podía ver las pequeñas estrellas, como pequeñas luces, danzando detrás de sus ojos. Una leve sonrisa fue apareciendo en sus labios, a medida que sus ojos se cerraban.

No había caído en cuenta del momento en el que se quedó profundamente dormido, hasta que sintió una sutil sacudida en su brazo derecho.

—¿Estás durmiendo?

El aludido fue abriendo lentamente los ojos, y lo primero que enfocó fueron las estrellas fluorescentes, que se asemejaban a un cielo nocturno, iluminando la habitación de Seokjin, su amigo.

—¿Jungkook? —Volvió a llamarle el mayor—. Ya terminé los ejercicios de aritmética, ¿podrías revisarlos? —preguntó con cierta duda.

El menor murmuró algo y se sentó en la cama, asintiendo para su amigo, quien pareció aliviarse.

Llevaba desde la tarde en casa de Seokjin, luego que su padre llegara en estado de ebriedad e intentó golpearlo por algo tan banal, como que el arroz que había preparado «no estaba lo suficientemente caliente», le había dicho.

La familia de Seokjin vivía a tan solo unas casas de la suya y, aunque le avergonzara, ellos lo le acogían siempre que lo necesitara, conociendo de antemano su situación en casa.

Su amigo, tres años mayor que él, era bastante carismático y hablador, y a Jungkook le gustaba que fuera de esa forma, ya que le agradaba escuchar todo lo que tenía por decirle.

Seokjin era bastante especial para él, y aunque a veces parecía que no paraba de hablar, también era bastante comprensivo. Parecía tener un don especial para saber qué le atormentaba incluso cuando Jungkook se mantuviera callado.

En la escuela compartían la clase de matemáticas, debido a que Jungkook estaba en un curso avanzado, pues tenía  una capacidad especial para los números, o eso habían comentado algunos de los docentes de aritmética de su institución.

A Jungkook se le daban bien las operaciones matemáticas, y no tenía que esforzarse, pero tampoco lo consideraba como algo especial.

—Mañana es la lluvia de meteoros, ¿me acompañarás? —preguntó Seokjin, llevando sus manos hacia atrás con una sonrisa tímida.

Había terminado de revisar los ejercicios, y solo tuvo que hacer dos pequeñas correcciones. Jungkook estaba por regresar a su casa, tenía que chequear a su padre.

—Pensé que irías con los del club —dijo tras unos segundos.

Su amigo suspiró cansado.

—Ayer renunció Chanyeol y, la semana pasada, Sehun —le dijo, luciendo apesadumbrado—. Oficialmente, soy el presidente y único miembro del club de astronomía.

Jungkook sabía lo importante que era para Seokjin el club que fundó. Había insistido hasta que la escuela dotó al club con un telescopio de alta gama. Su amigo era un apasionado por las estrellas, y todo lo que Jungkook conocía del espacio era gracias a él.

The Little Astronaut [JJK+KTH]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz