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Jungkook estaba malditamente cerca de hacer que Seokjin se corriera de nuevo cuando deslizó sus dedos lubricados dentro de su agujero.

Seokjin no pensaba que fuera capaz de ponerse duro otra vez tan pronto. Tan caliente como había estado antes de la mamada, él pensaba que conocía las limitaciones de su cuerpo.

Aparentemente, no se conocía a sí mismo tan bien como había pensado. Al menos no en lo que a Jungkook concernía, porque cuando Jungkook finalmente sacó sus dedos del agujero de Seokjin, él era un lío jadeante de una persona.

Seokjin parpadeó para mirar a Jungkook a través de sus ojos borrosos. Las manos del hombre estaban temblando mientras extendía más lubricante en ellos.

¿Eso era a causa de Jin? ¿Por qué él estaba tan ansioso de darle lo que necesitaba?

El corazón de Seokjin dolió al pensarlo. Él quería que fuera verdad. Él quería que Jungkook estuviera diciendo la verdad cuando le dijo a Seokjin que le amaba, pero tanto que él quería creer, tanto como Seokjin amaba a este bastardo... él se aferró a las cosas.

Seokjin se aferró a los viejos rencores, las angustias, y a los amores. Eso era probablemente porque todavía amaba a este hombre en primer lugar. Eso era lo único que explicaba por qué él estaba incluso considerando esto cuando ellos habían sido tan horribles el uno con el otro.

Jungkook acarició su polla, haciéndola brillar con el lubricante. Era de color oscuro y gruesa. Seokjin la observó palpitar sobre el estómago de Jungkook, y sintió un dolor vacío dentro de él, una necesidad de tener a Jungkook en él, follando dentro de él, estirándole, y tomándole.

Seokjin invocó una fuerza que él no pensaba que tuviera más, y se empujó a sí mismo de rodillas.

—Deberías permanecer tumbado,— dijo Jungkook. Su aliento era malhumorado, bajo, y sexy como el infierno, lo que hizo a Seokjin rechazarlo.

Él sacudió su cabeza.

—No. Te quiero justo así. Quiero montarte.

Seokjin subió en el regazo de Jungkook. Jungkook se echó hacia atrás, demostrando que tenía la fuerza de un alfa, cuando no necesitó nada detrás de él para soportar su peso, incluso cuando Seokjin estaba justo en su regazo, a horcajadas, sus pollas presionándose juntas.

Jungkook le sonrió.

—Tanto como me gusta esta posición, ese no es el lugar donde está tu agujero.

—Correcto,— dijo Seokjin, sintiendo ese calor vergonzoso subiendo por su cuello mientras se empujaba hacia atrás sobre sus rodillas.

No sabía por qué se ruborizaba tanto últimamente. Él rogaba a Dios que no fueran las hormonas, pero él estaba estúpidamente excitado y haciendo cosas sin pensar sobre ellas.

Jungkook puso sus manos en el trasero de Seokjin, ayudándole a levantase. Seokjin tembló.

—Joder, eres muy fuerte.

—¿Te gusta?

Seokjin asintió. Se sentía increíblemente estúpido mentir sobre cuánto le ponía solo la idea de la fuerza de Jungkook. Jin amaba cómo de fuerte era Jungkook. Él amaba que supiera qué cantidad de ella usar con Seokjin para que el sexo fuera mucho mejor. Seokjin estaba todavía sobre sus rodillas, pero él no estaba exactamente sosteniéndose a sí mismo. Parecía que la mayoría del peso estaba en las manos de Jungkook.

—Coge mi polla con tu mano, ponla dentro de ti.— Jungkook dijo, haciendo temblar a Seokjin otra vez.

Él hizo lo que le dijo. Él alcanzó la polla de Jungkook. Piel suave y caliente envolviendo la dura base. Seokjin miró detrás suyo, observando lo que estaba haciendo, pero sin poder realmente ver. Él tenía que sentir hacia dónde se dirigía para que esto funcionara.

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