(14) ¿Castiel me creerá?

Start from the beginning
                                    

-Hola Gatito...- dijo

-Hola Debrah, ¿donde estas?- no me iba a dar vueltas en el asunto

-En donde vivo... , ¿Por qué lo preguntas?- Se oía bulla de fondo, muy diferente a donde ella se hospedaba (la casa de una tía ya mayor).

-¿Que te parece si te voy a buscar ahora mismo?

-Oh... Gatito... gracias por la invitación, pero... ya sabes, subirme a tu motocicleta me pone nerviosa, no quiero que mi corazón se altere demasiado... Pero me gustaría estar contigo hoy, ¿te parece si estoy allá en una hora más?

-Ok, pero ten cuidado- le corté, solo quedaba esperar.

A la hora exacta llegó Debrah, lo primero que me llamó la atención fue su pelo húmedo. Además venia con su clásico bolsito y unas bolsas.

-Tienes el pelo mojado- le dije

-Gatito... al menos bésame antes... es obvio que me tendría que duchar para estar contigo... esta invitación tan tarde debe tener sus motivos románticos – me lo dijo con una sonrisa coqueta.

-Sí, eso dejémoslo para más tarde, ¿quieres comer algo?

-Me encanta que seas así de servicial conmigo, pero no te preocupes, he pasado a una tiendita al llegar y he comprado una pizza... tan solo déjame calentarla en el horno- parecía muy feliz de estar esta noche conmigo, debe ser porque hasta ahora no la había invitado tan tarde.

-Pasa a la cocina, yo mientras le daré comida a mi perro.- le dije, ella paso a la cocina dejando su bolsito en la puerta de entrada. Yo enseguida lo  tomé... me sentía como una vieja metiche, pero aún así lo abrí, y para mi sorpresa tenia dentro unas zapatillas deportivas, una camiseta del mismo estilo y unas calzas, todo eso se encontraba húmedo del sudor. No había duda, ella estuvo en el gimnasio, Luna no me había engañado, y Debrah? Debrah lo había hecho....

-¡Está listo!!! ¡Ven a comer gatito!- era Debrah desde la cocina. Me sentía hecho furia, odiaba que me mintieran, pero quizá esto tenía una explicación.

Me acerque a la mesa, comí un trozo de pizza sin apetito, y le dije:

-Me gustaría salir a correr.... Pero tu...

-Lo siento, pero ya sabes... mi enfermedad me prohíbe los deportes, debo estar calmada, como cuando estoy entre tus brazos mi gatito...

-Debrah... tu deseabas mucho volver conmigo, ¿por qué?

-Me di cuenta de mis errores, eres lo mejor que le pasó a mi vida, estamos hechos el uno para el otro, de eso estoy segura- dijo muy mimosa

-¿Qué harías si otra chica me gustara?

-Oh Castiel!!! No digas eso, mi corazón se está alterando- ella se tocaba el pecho con cara de pena

-¡YA BASTA!- golpee la mesa

-Gatito.... ¿Qué te está pasando?- su rostro expresaba susto

-¡Se que no estás enferma!- ya no podía contener mi irá

-Pero... ¿pero de que hablas?

-Te vi en el gimnasio, ¡se que estás jugando conmigo!

-Castiel... yo... yo no te había querido decir, pero me siento mucho mejor...

-No...Me...Mientas...Más – le clavé  mi mirada en su ojos, ella estaba enrojecida, totalmente avergonzada.

-Por favor... escúchame...-dijo

-Mañana mismo iremos a un doctor de MI confianza...

-Noo.... No lo hagas gatito- Debrah se lanzó al suelo, y comenzó a llorar aferrada a mi pierna

-Me has utilizado, jamás te lo perdonaré

-Lo hice porque te amo... no puedo estar sin ti... pero date cuenta yo te hago feliz... estamos bien juntos- seguía llorando desesperadamente

-Yo... yo no te amo Debrah. Ven... - la tome del brazo junto a sus cosas, la subí a mi motocicleta, y arranque con destino a su casa...

Debrah lloraba como una niña... y repetía que me amaba, que no la dejara. Fue imposible sentir pena por ella, después de todos los malos momentos que me hizo pasar, durante el mes que estuve con ella convencido de su mentira, realmente sentí que la vida no valía la pena. Me estacione frente a su casa y tras haberse bajado le dije:

-Con Castiel  no se juega.- ella me miró con una pena enmascarada de rabia, y yo aceleré la motocicleta, jamás me había sentido tan liberado.

A los pocos segundos recordé a Luna... la había tratado mal, y además la deje irse sola a esas horas de la noche. Sin dudarlo aceleré mi motocicleta y tomé el camino que ella posiblemente había recorrido. Para mi desgracia no la encontré hasta el final... donde la vi entrando a la fraternidad apoyada en el hombro de  Nathaniel. ..  Verla con él no me resultó nada agradable, pero era mejor que saber que andaba sola. No me lo hubiera perdonado.... ¡Debo recuperar el terreno perdido!

——————————————————————————————-

Y bien chicas, ¿que les pareció el capitulo?

-¿Que creen que hará Castiel ahora?


Comenten y voten :3





Castiel, Mi rebelde Corazón de MelónWhere stories live. Discover now