(28) Un partido muy acalorado

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Habían caras nuevas, se veía que éramos una gran multitud de alumnos oyendo a la directora dando las reglas de convivencia para este nuevo año escolar, y luego apareció Nathaniel, con el uniforme impecable, y con una elegante postura, dando los buenos deseos para este inicio de clases, pude ver como las chicas de primer grado (14 años) suspiraban por él, es cierto pensaba.... Nathaniel es muy guapo, parece de esos chicos de cuentos de hadas, es todo un príncipe azul, pero claro, a mi me gustaba el chico malo de la historia, sonreí, Castiel era todo un caso, ahora que por fin estamos juntos me hace guardar nuestra relación como un secreto. Aunque igual entendí sus motivos, era Lysandro, el cual hasta ahora no veía, y eso me extrañaba un poco.

-Luna!! Cuéntamelo todo!!!- se oyó un grito a la distancia, era Rosalya, estaba muy entusiasmada y parecía agitada

-Rosalya, ¿como estoy? Yo bien, gracias ¿y tú?- le dije reprendiéndola entre sonrisas

-Lo siento Luna, pero debes contármelo todo, desde esa llamada en navidad que no supe mas de ti, y que tengas algo con Castiel... mejor dicho... que te hayas acostado con él, es demasiada información para mí. ¿Estás embarazada?

-Hey!!! Calma, vamos a un lugar más tranquilo, que aquí nos podrían oír- le dije mientras nos dirigíamos a un rincón, le conté que Castiel no quería que se supiera lo nuestro aún y los motivos de su decisión.

-Valla... es extraño, debería habérselo dicho durante estas semanas, parase que Castiel le tiene miedo a la reacción de Lysandro, o lo estima mucho para hacerlo sufrir

-Porque lo dices?- le pregunte

-Porque este último mes lo pasaron juntos, es decir... se juntaron a ensayar casi a diario, y me parece raro que Castiel no le haya contado que ustedes... están juntos, ya sabes.

-Sí, suena raro, la verdad es que se que son cercanos, pero aun no se hasta que punto, mi relación con Castiel está recién comenzando, y es bastante reservado a veces.

-Y bueno, dime si esta embarazada- exigió Rosalya

-No, no lo estoy, por suerte

-Genial, y ¿ya has tenido tiempo de.... De reencontrarte con Castiel?- preguntó con una sonrisa picara

-Si te refieres a eso... aún no- ni siquiera pude besarle, y no sabes cómo muero por hacerlo- le dije con mi cara afligida y sonrojada.

-Pues de seguro no se aguantaran durante mucho las ganas, tengo un regalo especial para ti, me imagino que aún no compras pastillas, a si que toma- me extendió en la mano una cajita muy linda

-Gracias... ¿pero qué es esto?

-Son condones, es una caja discreta para que quienes la vean no sepan que es lo que contiene. Éstos son muy buenos, no los volví a usar jamás porque uso otro método anticonceptivo, recuerda usarlos- me los dio y nos marchamos corriendo, ya que las clases comenzarían.

El día pasaba velozmente, todos contaban sus historias de vacaciones, me daba envidia, pues no podía mencionar que estaba con Castiel. Éste durante las clases ni siquiera me miraba, lo que me hacia enfurecer,! es como si nada hubiese ocurrido entre ambos!. Cuando ya quedaba la última clase del día todos los chicos en el salón tomaron sus bolsos y se marcharon del salón, me pareció rarísimo, solo alcancé a Armin y no tarde en preguntarle:

-Armin, ¿qué sucede?, ¿es que ya no hay mas clases?

-Pues no, pero no te vayas, hay una actividad la cual odio, estoy pensando en fingir que me lesione el pie o algo- dijo desanimado

Castiel, Mi rebelde Corazón de MelónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora