capítulo 11

770 108 16
                                    

"Perdida y encuentro"

.
.
.

Todos deseamos ser felices pero ¿por que insisten en dibujar tu sonrisa a base de mi dolor? El desespero ha segado tu vision y ahora deseas mi desdicha a cambio de tu alegría... no tienes derecho a robarme mi motivo de vivir y mi razón de ser

.
.
.

La cabeza me dolía y no veía nada, solo sentía un ardor en el pecho y oía unas voces llamándome a la lejanía con desespero

                           "Midoriya"

"Reacciona"                  "¡Midoriya!

—¡Midoriya!

Al abrir los ojos me encontré con un par de rubíes que me veían con preocupación

—¿Q-Qué?—volteo a los lados con confusión viendo a Denki, Sero y Mina que se veían algo angustiados

—Me alegra ver que al fin despiertas, creímos que habias muerto

Menciona Kirishima con alivio haciendo que los recuerdos de lo que sucedió lleguen de golpe a mi cabeza desordenando todo y haciendo que las emociones se salgan de control y desborden deseando salir todas al mismo tiempo

—... ¡p-papá! ¿D-Donde esta?—pregunto altearado volteando a todos lados y sentándome de golpe haciendo que me de cuenta de algo, no tenía ninguna herida—¿C-Comó?

Me revisó con confusión siendo observado de la misma manera por el grupo de caballeros que no entendía nada

—Ah ¿Midoriya te sientes bien?—interroga con confusión Kirishima

—¿Donde esta mi papá? ¿Y la herida? ¡¿Principe?! ¡¿Donde esta mi bebé?!

Asustado y alterado interrogó agarrando a Kirishima de los hombros

— sobre tu padre y la herida no se exactamente a que te refieres y sobre el caballo...—desvía la mirada a Sero y Denki que se apartaron dejando ver al hermoso animal muerto—Lo siento... No pudimos hacer nada

Susurra sintiendo que el agarre en sus hombros se afloja haciendo que voltee a ver a Deku que tenía los ojos cristalizados y la mirada fija en el animal

—No... Por favor no—susurra con la voz temblorosa mientras niega suavemente—¡Principe!

Se levanta con torpeza y corre hacia el cuerpo inerte de su compañero de vida y se arrodilla alado

—No, por favor—unas cuantas lágrimas bajan por sus mejillas—No me puedes dejar, m-mi lindo niño t-tú no

Susurra mientras acaricia la blanca melena del ser que lo acompaño durante años y que lo cuido.

La garganta ardía y el pecho quemaba ¿Cuantas lágrimas más debe derramar y seres queridos soltar para lograr al fin conseguir su libertad?

De un momento a otro un desgarrador llanto sono logrando herir al grupo de caballeros que veían con tristeza la escena del chico que rogaba porque su fiel amigo despertara algo que desgraciadamente no sucedió

Dulce Aroma (Bakudeku/omegaverse) Where stories live. Discover now