7. ¿A qué estás jugando?

476 71 11
                                    

<TN>

- Si, es increíble, miren - Dalia tendió su mano al aire con la palma boca arriba y creando una bola de luz blanca sobre su palma.

- Wow, que fabuloso - Ben fue el primero en hablar.

- Si, apuesto a que puede hacer mucho daño - Allison fue la segunda en mostrar su asombro.

- Papá dijo que no, solo es mi energía pero hecha en una bola - contestó Dalia.

Dejé de prestarle atención a la escena y me concentré en mi cuaderno, estaba en la orilla de la ventana sentada, mientras que mis hermanos platicaban sobre lo asombrosa que había estado Dalia en la última misión.

No sentía envidia de ella, no tenía nada que envidiarle, solo quería mi vida de vuelta, a como era antes.

Pero mis hermanos perciben mi enojo como envidia o simples celos. Esos idiotas no saben nada, ni siquiera saben por lo que estoy pasando. Es demasiado frustrante el estar en casa pero sentirte en una ajena.

Seguí mi dibujo trazando líneas sin sentido, no sabía que hacía, pero me relajaba, era la única actividad en la cual me sentía yo.

- ¡TN!

Giré mi cuello y miré a Dalia mirándome.

- ¿Qué? - pregunté.

- Deja de hacer eso y hagamos algo divertido.

- Esto para mi es divertido y entretenido - contesté.

- Algo más divertido. No seas aburrida - puso los ojos en blanco.

- Dudo mucho que me divierta si la actividad requiere de tu presencia - sonreí con satisfacción y posé la atención en mi libreta.

Escuché como Dalia bufó y después le susurró algo a los idiotas que tenía por hermanos. El siguiente sonido fue sus pasos alejándose y saliendo de la estancia.

Un sonido más cerca se escuchó y pensé que sería alguien más, pero al no escuchar más sonidos, seguí con lo mío.

- Hola...

- Te dije que no te quería cerca - contesté sin despegar la vista de mi libreta.

- ¿Puedo sentarme? - ignoró mis palabras.

Dudé en si cederle un lugar a lado de mi, pues tenía mi espalda recargada a un costado de la ventana mientras mis piernas estaban dobladas hacia el otro extremo.

Dudé por unos segundos más hasta que baje mis piernas de la orilla y las pasé al otro lado de la pared que daba hacia la calle, mis piernas quedando colgadas.

Sin decir nada tomó asiento pero del lado contrario, con sus piernas hacia dentro de la habitación y su espalda del lado de la calle.

No quise ni siquiera mirarlo, solo mantuve mi vista y mi cuerpo hacia mi libreta sin inmutarme a prestarle atención.

- ¿Qué dibujas? - preguntó cerca de mi cuello, causando que los vellos de mi nuca se erizarán y un escalofrío recorriera mi espalda.

- No lo sé, solo estoy haciendo líneas sin sentido - contesté por cortesía.

- No lo creo - dijo extrañado y su dedo índice viajó hasta mi libreta y señaló una parte en específico -. Aquí hay un rostro, ¿quien es?

Miré mejor esa parte y era la misma chica que había dibujado semanas atrás. Tomé la hola, la arranqué de la libreta y la hice bola.

- No es nada - solté frustrada -. No me e sentido inspirada estos días es todo.

- Me alegra mucho verte despierta - musitó y rápidamente conecté mis ojos con los suyos -. Se que no te lo dije ese día, pero de verdad me encanta tenerte de vuelta.

- Vaya, casi dos meses de que desperté y apenas me lo dices. No te entiendo. Ese día dijiste que no querías tenerme cerca, luego me consuelas en mi habitación y ahora me dices esto, ¿a qué estás jugando, Hargreeves? - solté rendida.

- A nada, solo que...

- ¿Qué cosa? - lo insité a qué siguiera.

Apretó los labios y pensó mejor las cosas.

- Eres mi hermana después de todo, no puedo evitarte por el resto de mi vida. Solo quería que supieras que me alegra verte de nuevo - dijo decaído.

- A mi también me alegró verte de nuevo después de tanto tiempo - hablé -. Pero toda emoción se fue cuando me trataste como lo hiciste ese día.

- Lo sé...

- Solo quería estar con mi mejor amigo, quería hablar contigo, te necesitaba y te sigo necesitando - solté al borde del llanto -. E tenido unos días de mierda.

- Me gustaría ayudarte. Pero hay algo que me lo impide - confesó.

- Dímelo, vamos Cinco, confía en mí.

- El punto es que a tu estás metida en esto. Y no quiero que algo te pase - exclamó.

- ¿Qué?

Sin decir algo se puso de pie y se tele-transportó dejándome sola y con la duda.

¿A qué estás jugando, Cinco?

¥

Dí "presente" si llegaste al final

¿Cómo les parecío?

No sé les olvide votar y comentar

Con amor, Esme

Memories Where stories live. Discover now