O N E S H O T S {Ateez}

Yunho

"dating him after his brother"

Conocí a Hyeon cuando íbamos a la secundaria. En ese momento, ella estaba saliendo con Gunho, mi hermano menor, aunque teníamos la misma edad. Me parecía un poco extraño que saliera con alguien menor, pero nunca le dije nada. Es más, era bastante amigable con ella, íbamos juntos a un par de clases, y siempre me ayudó cuando lo necesitaba, aunque no sabía si era por solidaridad o solo porque era la novia de Gunho, pero lo agradecía bastante. Era buena.

Terminaron cuando ella se mudó a Seúl en busca de "una vida mejor", como Gunho me dijo que ella le había dicho. Sabía que estaba lastimado, y lo ayudé lo más que pude, pero luego debí mudarme yo también, si quería cumplir mis sueños. Lo había lastimado un poco más al irme, pero no podía renunciar a mis sueños para ayudarlo a sanar. Debía hacerlo por sí mismo.

Cuando coincidí con Hyeon luego de años desde su partida, la vi diferente. Ya no era la adolescente de catorce que estaba saliendo con mi hermano, ahora era una adulta, y de su rostro de niña ya no quedaba más que su sonrisa. Había firmado un contrato con una empresa de modelaje, y era bastante exitosa. También era mucho más bonita de lo que la recordaba.

―Hola― dije, encorvándome un poco y sonriendo. Levantó la vista de su celular y me sonrió.
―Yunho― se levantó, haciendo una reverencia―. ¿Cómo estás?
―Muy bien, ¿y tú? ¿Puedo sentarme?
―Claro, no hay problema. Estoy bien, gracias por preguntar. ¿Cómo está Gunho?
―Bueno, no lo veo hace un año, pero espero que bien― respondí, sentándome frente a ella. Asintió, bloqueando su celular―. ¿Tu carrera?
―Todo bien. Firmé un contrato hace poco, así que soy modelo. Me enteré que estabas entrenando para ser idol. ¿Cómo va todo?
―Bien. Debutamos hace un par de meses, y todo va sobre ruedas. Tendremos un tour en unos nueve meses, aproximadamente.
―Genial. Me encantaría ir a verte.
―Sería una buena idea, sí― asentí, con una sonrisa.
―Entonces, envíame un mensaje con las fechas y dónde irán, e iré a verte― extendió una tarjeta―. Ahí está mi información.
―Claro― dije, leyendo la tarjeta―. Yo te envío un mensaje. Ahora debo irme, tengo que ir a entrenar. Suerte.
―Igual. Y mándale saludos a Gunho de mi parte.

Asentí, parándome. Hice una reverencia y me fui del café de donde estaba, metiendo la tarjeta en mi bolsillo. Su sonrisa había quedado grabada en mi mente, lo que me hizo sentir mejor durante el día, ya que era algo bueno verla.