Capítulo 20: Tiempo de calidad.

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Liam.

Ya tengo una cosa más a la lista de cosas que extrañamente me gustan mucho de Moore.

Es sumamente competitiva.

—¿Quién era el bueno en los rompecabezas, Liam?—se ríe.

No me considero una persona autoritaria, ni mucho menos. Sin embargo, la he estado obligando a descansar de la cafetería.

La muy terca aun así va un rato, especialmente porque la costurera que contrató no tiene taller propio y está usando la oficina para ello y ella debe supervisarlo, pero en el hospital le dieron tres semanas de reposo. Va a la universidad, hace su tarea sentadita en una mesa de la cafetería —donde nos da una que otra amable indicación—, y estamos cerrando un par de horas antes para que ella tenga tiempo de relajarse.

No tenía caso que rentara una habitación de hotel para un par de horas al día, así que o vamos a mi casa, o a un parque cercano, el cual, a pesar de ser de noche, está bien iluminado.

Hemos hecho varias cosas en estas semanas. Nos hemos conocido.

Aprendí que, además de competitiva, es realmente hábil para los juegos de mesa, el que sea. Sin embargo, su especialidad es el ajedrez.

Canta tan mal como yo, cosa que aprendí el día que fuimos a un karaoke juntos.

Hay una larga lista de alimentos que no le gustan, pues fuimos a cenar un día y me lo platicó. No me la aprendí por completo, pero hay algunas que no se me olvidan: limón, pasas, sandia, el jugo que no es natural, el café sin azúcar, la canela, el huevo, el plátano, el picante y no come casi ningún producto del mar, a no ser que sea en forma de sushi.

Moore ama los animales a pesar de no haber tenido ninguno. Eso lo aprendí el día que salió temprano de la escuela y la lleve al acuario.

Es alérgica a las abejas.

Tiene una puntería pésima. Dato que aprendí el día que fuimos al parque de atracciones. Eso no salió muy bien, gane un peluche para ella, pero solo duramos ahí al rededor de una hora, ya que me encontré a una de las señoras que solía contratarme constantemente. Fue horrible y Moore debió notar mi incomodidad, porque me tomo de la mano para arrastrarme hasta la salida. Me sentí paralizado durante todo el camino, aunque ella me ayudó bastante buscando calmarme y temas de conversación entre ambos.

El yoga hizo que se quedara dormida, descubrí que puede babear al hacerlo.

Quemó todo el día que intentamos repostería para relajarla.

Sabe un poco de francés. Lo supe el día que simplemente nos acostamos en mi sala a ver películas juntos.

Su película favorita es chicas pesadas si quiere reirse. Si decido quedarme cuando quiere llorar. Y The maze runner cuando quiere ver algo de acción. 

Tiene tripofobia. Cuando la moleste enviándole fotos con eso, me bloqueo por al menos una hora.

Su madre la abandonó hace unos meses, me lo contó con lágrimas en los ojos antes de encoger los hombros para restarle importancia.

A sus abuelos no los recuerda, pues dice que los de su padre murieron cuando ella tenía seis años y su mamá era huérfana. No tiene tíos ni primos.

Me confesó que uno de sus sueños a futuro es tener una familia completa.

Descubrí para mi mismo que quiero ser parte de ese sueño.

Toma fotos increíbles. El otro día, llevo su cámara al parque y simplemente nos acostamos en el pasto a ver a la gente pasar. Ni cuenta me di cuando me tomó unas hasta que me las envió por mensaje bajo la descripción: "Ya sé quien será el mejor de mis modelos :)".

Reencuentros.Where stories live. Discover now