Capítulo 33: Reencuentro al pasado.

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Julio, 2019.

Alex.

La semana ha pasado bastante rápido, vendí casi todos los muebles y los pocos que faltaban los doné a un asilo.

La casa en la que crecí ahora está completamente vacía, no le deje ni una sola silla.

Y me siento feliz por ello.

El departamento que me mostró Austin, el hermano de Josh, me encantó y consiguió apresurar todo el papeleo, así que es mío por al menos un año. Ayer llevé todas mis cosas ahí, aunque no acomodé nada y Liam se ofreció a ayudarme hoy con eso. Me está esperando ahí con Cerdito.

Julia no debe tardar en llegar, así que pongo la última caja en el piso y doy una recorrida por todo el lugar con un nudo en la garganta porque al parecer ahora lloro mucho.

Cuando termino, saco el aerosol que compré, lo agito y comienzo a rayar y patear todo lo que puedo. Las paredes terminan repletas de manchas y grietas, al igual que el barandal de la escalera, todas las puertas, las ventanas y la barra de la cocina.

Me aseguré de que fuera permanente, así que ahora tendrá que cambiar todo.

¿Es infantil hacer esto? Sí.

¿Me arrepiento? Ni un poquito.

Le escribo una notita y se la dejo en la encimera.

"¿Me creerás si te digo que en estas condiciones se quedó la casa antes de mi padre muriera?, espero que la remodelación no dañe tu herencia. Disfruta tu casa, mami. Bss"

Guardo el aerosol y dejo la caja en mi Jeep antes de sentarme en el porche a esperarla

No tarda mucho en llegar ella con el mismo que señor que la vi teniendo relaciones en la cocina. Me es imposible evitar la mueca de desagrado en mi cara.

Él actúa como si estuviera aburrido.

Ni de joda este sujeto es mi papá.

—Se acabó la semana, Alexandra.

—Sé llevar el tiempo, gracias Julia.—espeto poniéndome de pie.

—Él es Cameron, tú...

—No me interesan las presentaciones, solo pasemos a nuestra nueva casa.—se adelanta su novio.

Mi papá era mil veces mejor que este sujeto.

Veo que solamente traen una maleta cada uno y la satisfacción crece en mi interior.

—¿Y sus muebles?

—Los vendimos, no nos harán falta ahora.

—Toma, esta es mi única llave... Y supongo que eso es todo lo que quedaba pendiente entre nosotras.

Toma la llave que le tiendo, cuando hace ademán de darme un abrazo, me aparto rápidamente.

—Bien, pues entonces ya puedes irte Alexandra.—dice poniendo los ojos en blanco.

—Adiós, Julia.

Camino un par de pasos, pero me regreso y alzo la voz para que volteen a verme.

—Cameron —le hablo—, felicidades por tu madurez. Es decir, Julia se acostó con mi exnovio en año nuevo y aun así, tú estás con ella. Yo no podría, la verdad.

Ella se pone roja del coraje y él le lanza una clara mirada de reproche.

—¿No lo sabías? —continúo, haciéndome la sorprendida—. Ups, lo siento.

Subo a mi auto y enciendo el motor. Doy un último vistazo a mi casa antes de arrancar a toda velocidad, escuchando como discuten en la puerta.

Se sintió de maravilla y soy consciente de que mi papá en sus cartas quería que nos lleváramos bien, pero cuando las escribió ninguno de los dos conocía verdaderamente a esta mujer.

Reencuentros.Where stories live. Discover now