Capítulo 19: Pausas necesarias.

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Liam.

Tomo con agradecimiento el café que Josh me tiende antes de que se deje caer a mi lado.

Siguen sin decirnos nada sobre Moore y como Chloe es la única que sabe dónde vive, fue a buscar a su papá.

—Esto sabe del asco.—se queja con una mueca.

Solo encojo los hombros sin poder evitar que mi pierna se mueva de arriba a abajo.

Necesito un cigarro con urgencia.

Pero evidentemente no voy a poder fumar en la sala de espera y ni de broma me alejo de aquí sin saber que ella está bien.

—Te perdono, por cierto.

—¿Qué es lo que me perdonas?

Suelta una breve risa burlona antes de responderme.

—Te llevaste mi auto, impidiéndonos a Chloe ya mi subir. Excediste los límites de velocidad, lo que me ha ganado unos puntos en mi licencia porque no iba a delatarte diciendo que no era yo el que conducía. Además de eso, te estacionaste en un lugar donde está prohibido y con la puerta abierta —vuelve a reír—. Lo han revolcado justo después de que alguien me robara el estéreo.

Lo volteo a ver de golpe, estupefacto por todo lo que acaba de decir y él solo vuelve a tomarle a su café.

—Lamento haberte causado problemas.

—Nah, ya te dije que te perdono. 

—Si me haces la cuenta de todo lo que se perdió, te lo repondré apenas tenga la oportunidad.

—Amigo mío, hay una pequeña cosa que debes saber de mí. Soy rico. Millonario, dirían algunos. Pero me considero una persona humilde, así que dejémoslo en rico.

De nuevo, eso no me lo esperaba.

Es decir, trabaja en la cafetería con un sueldo solo un poco mejor que el de los meseros. No tiene ninguna clase de sentido.

—¿Y por qué trabajas con nosotros?

—La experiencia —encoge los hombros—. No sé qué hacer con mi vida ni con mi dinero, por lo que decidí simplemente intentar mantenerme por mi cuenta sin recurrir al banco por al menos unos meses.

Ya quisiera yo trabajar por la experiencia.

Chloe no tarda mucho en llegar hasta nosotros y sentarse en una silla de enfrente. Creo que jamás la había visto tan preocupada.

—¿Y su papá? Ella lo mencionó antes de que se la llevaran. Debe ser porque lo quiere aquí.

Suelta un suspiro al tiempo que rueda los ojos.

—Sebastián Moore no va a venir... Al menos no hoy.

Quiero preguntarle a qué se refiere, pero un doctor dice el nombre de Alex y de inmediato los tres nos ponemos de pie para estar frente a él.

—¿Ustedes son los familiares directos de la señorita Moore?

—Sus amigos.—niega Chloe.

El maldito doctor de mierda suelta una risa seca al tiempo que cierra la carpeta.

Imbécil...

—Yo soy su esposo.—me escucho decir.

¿De dónde vino eso? No lo sé.

Pero se sintió extrañamente agradable.

—¿No soy muy jóvenes para estar casados?

—Eso le interesa bien poco. Ya dígame como está mi esposa.

Reencuentros.Where stories live. Discover now