En Los Suburbios (Luxsoka fanfiction)

Primera Parte

Lux Bonteri, el joven senador recién nombrado para la Republica en representación de Onderon, se encontraba sentado en su departamento en Coruscant, reflexionando.

Hace algunos meses el amor de su vida había muerto. O eso es lo que él se decía.

Él estaba seguro que el amor de su vida es y siempre será Steela Guerrera.

¡Mentiroso! Dijo una voz en el fondo de su mente. Tú sabes bien que Ahsoka siempre ha sido el amor de tu vida y tú aún la amas. Lux apartó esos inquietantes pensamientos de su mente.

Llevaba meses intentando olvidar a Ahsoka. No podía amarla, no solo porque ella era una jedi, sino porque ella fue la responsable de lo que le sucedió a su Steela. Ella no se esforzó lo suficiente.

Estas siendo muy desconsiderado. Ahsoka no ha tenido la culpa de nada, todo fue un accidente. - ¡Basta!-. Dijo Lux. Era mejor así, echarle la culpa a Ahsoka que sufrir al estar solo y el no poder estar con ella. Después de todo, al ser ella una jedi le sirvió de excusa para no haberle dicho lo que sentía por ella en el pasado.

Sin embargo, Lux le falta alguien. Alguien con quien se despierte y que le alegre todas las mañanas. ¿Bueno ya sabes a quien necesitas no?. Lux desesperado por ignorar esa voz, se puso a trabajar en el proyecto a favor de industrias que sean favorables para al medio ambiente en Coruscant.

Ahora que era parte de la República, estaba cargado de trabajos asignados a cada rato por el senado. -Es mejor así - Se dijo. Pues se mantendría ocupado y no tendría por qué pensar en Ahsoka o en Steela.

¡

Mientras tanto, Ahsoka Tano se encontraba de compras con Trace Martez en los suburbios de la ciudad.

Hace unas semanas, bueno, hace casi un mes había renunciado a la Orden Jedi, su hogar desde hace muchos años, pero ahora ya no había vuelta atrás. La Orden Jedi se vio envuelta con los problemas de la República y la corrupción, ya no era lo mismo que antes, además, no pensaba en perdonarlos después de lo que hicieron. Años sirviéndoles para que desconfiaran de ella tan fácilmente. ¡Qué grupo de patanes! Pensó.

Por ahora se vio envuelta en la vida de unas civiles en el distrito 1313 en los bajos de Coruscant. Unas hermanas con el apellido Martez la habían aceptado hace algunas semanas. Ahsoka estaba segura que lo estaban haciendo por dinero, pues ella era muy buena mecánica y les ayudaba cada vez que tenían encargos. Aunque recibía la menor porción del dinero a diferencia de las Martéz. Aún así, no pudo evitar hacerse amiga de Trace.

Trace Martéz era la chica más excéntrica y buena onda que Ahsoka había conocido en su vida. En cambio, Rafa Martéz era muy diferente, aquella chica le gustaba solo lo útil y la gente que le diera dinero. Rafa podría ser muy quisquillosa con la gente que le habla a su hermana, pues Trace es una persona super sociable, y a veces llegaba a meterse en problemas.

Ahsoka tuvo suerte en encontrase con ellas dos, pues si hubieran sido otras personas seguro hubiera estado en muchos problemas. Desde el incidente con su speeder, ella se ha quedado con las hermanas y ya no estaba tan sola.

¡

Lux se vistió lo más rápido que pudo. Se había quedado dormido durante la tarde después de reflexionar lo de Ahsoka y Steela, y se había despertado en la mañana al sentir los rayos del sol. En eso recordó que tenía su primera reunión en el senado como senador de Onderon y no quería que su primera impresión fuera mala.