—¿Estás seguro que no vienes? Al menos podrías estar un hora o diez minutos, será divertido—. Insistió Changseon mientras seguía a Yeonjun, quien camina a de un estante a otro acomoda do pastelillos en estos.
—No quiero, habrán muchos niños...— Hizo una mueca y tomó el último pastelillo de la bandeja para comerlo. —Además... Ya estudio con mi padre eso me agrada...
—Tu padre es un hombre ocupado y debe estar cansado, trabaja mucho en su laboratorio, ¿no crees que deberías dejarlo un rato?— El pelinegro lo miró.
—¿Me estás chantajeando?— Terminó de comerse el pastelillo.
—No, para nada, disculpa... Solo sigo que no sería malo que vinieras a la escuela, deberías intentarlo, no dejes que tu miedo te frene—. Puso su mano en el hombro del menor. —Que importa si se burlan, si te hacen o dicen algo, yo estaré ahí para protegerte, siempre estaré ahí.
—Chang...— Desvío su mirada un poco incómodo. —Sé que cuidarás de mí... Pero no quiero eso, tú tienes más amigos, no quiero que te limites por mí.
—Oye, pero tú eres mi mejor amigo—. Le dio un pequeño y amistoso golpe en el hombro. —No me.importa si pierdo a todos mis amigos, mientras tú sigas a mi lado estaré bien. Solo quiero que aproveches, eres un chico muy inteligente, debes destacar.
—Lo que menos quiero es destacar.
—Yeonjun...
—Changseon...
El mayor suspiró y asintió, tampoco quería obligar a su amigo a hacer algo que no quería, pero lo que sí quería era distraerlo de todos sus pensamientos.
—Te veré más tarde entonces—. Lo abrazó fuertemente durante unos segundos. —Cuídate y deja de comerte los pasteles o te van a despedir.
—Sí, si, lo que digas, ya vete—. Yeonjun sonrió empujándolo suavemente hacia la puerta.
«Estudiar...»
Yeonjun quería estudiar de verdad quería asistir a una escuela, pero después de la guerra le daba miedo, le daba miedo encontrar a alguien que se diera cuenta de lo que es y lo molestara por eso.
No quería ser golpeado otra vez, no lo soportaría.
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