ᚑ 1939 (40)

106 28 3
                                    

«Si llegan a tomarte algún ida, por favor corre muy lejos, escóndete, por favor.»

Miró el gran campo que estaba separado por alambre de espino y después observó a todos los niños y adolescentes gitanos, homosexuales y huérfanos cargar con todas las carretillas llenas de materiales.

Corrió.

Quiso correr muy lejos, huir de esa tortura que apenas llevaba una semana, era el infierno, eso podría jurar. Sin embargo, un alemán logró alcanzarlo gracias a una bala que le dio en el muslo, haciéndole caer y gritar de dolor, tanto dolor que minutos después se desmayó al no soportarlo.

Otro fuerte dolor en sus manos hizo que abriera sus ojos, la luz era muy brillante, eran los rayos del sol, al ajustar su vista se dio cuenta que seguían ahí. Alzó su vista con dificultad, sus muñecas estaban atadas a un árbol, pero estaban atadas con alambre de espino, cada vez le dolía más.

Comenzó a llorar.

—Yeonjun...— Murmuró su amigo escondido detrás de otro árbol. —Por favor aguanta...— Suplicó con un tono preocupado.

—Chang Seon...— Habló tras reconocerlo. —Me duele...— Susurró de vuelta, sintiendo como sus muñecas comenzaban a arder. —¡Duele!

Cada vez que Yeonjun intentaba huir o cualquier otro preso, los colgaban de algún árbol, usualmente cuando atrapaban a uno, con esa vez bastaba para que él niño no volviera a intentarlo. Pero Yeonjun no era así, a pesar de todas las veces que lo colgaron, seguía queriendo huir, tenía la esperanza de lograr escapar algún día.

Soltó otro grito cuando por octava vez fue golpeado en la espalda con el gran arma del alemán. Sus pies también estaban atados para que no se moviera, su abdomen y espalda sangraban, también podía sentir la sangre correr por sus brazos. Estaba tan cansado que sentía que podía morir en cualquier momento.

—¡Yeonjun!— Corrió al pelinegro cuando lo vio tirado bajo el árbol donde lo tenían. —¿Estás bien?— Suavemente acarició con delicadeza las heridas del menor, limpiando la sangre también.

—Duele...— Murmuró sollozando. —¡Me duele!

—Shhh... Guarda silencio o regresarán—. Puso su dedo índice en los labios de su amigo.

—Pero me duele...— Cerró sus ojos lentamente.

Chang Seon sabía que Yeonjun no era malo, no importaba qué fuera, ya que aún no le había dicho, gitano u homosexual. El pelinegro era un chico muy puro e inocente, eso podía verlo a simple vista, no merecía tanto dolor.

Durante cuatro meses siguió intentando huir, fracasando. En Enero dejó de intentarlo, así pasó Febrero, Marzo, Abril, Mayo, Junio y Julio, en ese mes habían menos niños, menos de la mitad de huérfanos habían sido trasladados a Australia, y más de la mitad de gitanos y homosexuales habían muerto, aunque eso no quitaba que cada día o mes llegaban nuevos.

—No me has dicho porqué estás aquí—. Miró a Yeonjun quien miraba las nubes moverse.

—¿Mh?— Giró su vista al mayor. —Ah, eso...— Todas las personas que sabían sobre él, se burlaban, de alejaban, lo miraban raro, simplemente lo rechazaban, además, suficiente tenía con lo que le hacían dentro por ser gay, pero el mayor está ahí y nunca dijo algo hiriente hacia gitanos u homosexuales por lo que algo dudoso continuó. —Sou diferente...— Se encogió de hombros.

Soltó una pequeña risa. —Eso lo sé, me lo dijiste cuando nos conocimos, pero, ¿Diferente de qué?

Suavemente se abrazó a sus piernas, soltando un pequeño suspiro. —Me gustan...— Cerró sus ojos y tragó saliva. —Los niños.

—¡¿De verdad?! ¿Cómo es? ¿Cómo se siente?— Preguntó emocionado y acercándose al menor, quien lo miró sorprendido.

—¿No te doy asco?— Murmuró sintiendo sus pequeños ojos picar.

Ladeó su cabeza confundido. —¿Por qué me darías asco?

Yeonjun miró la inocencia u la honestidad en la cara ajena así que no pudo evitar sentirse triste y vulnerable, nuevamente vio a su madre reflejada en él, ya que la primera vez que la mayor había notado sus preferencias, le hizo varias preguntas curiosas.

Rápidamente se abrazó y aferró a Chang Seon, queriendo no soltarlo jamás y simplemente quedarse en sus brazos para dejar de vivir lo que estaba pasando actualmente. Cuando el abrazo le fue correspondido sintió unas inmensas ganas de llorar, lo cual hizo al ya no querer retener más sus sentimientos.

«¿Así se siente tener un amigo?»

«¿Así se siente tener un amigo?»

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Autora Original: CB97ONEB

18-09-2022

𝐂𝐡𝐢𝐜𝐨 𝐑𝐚𝐫𝐨 | 𝑆𝑜𝑜𝑗𝑢𝑛 (Adɑptɑción)Where stories live. Discover now