14. Ouroboros.

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Yo quería amarte por siempre
y ser el único hombre importante en tu vida,
hasta que la eternidad se me reveló
como un presente continuo
y descubrí la unicidad de cada partícula en el cosmos.

Yo creí en la voracidad del que no hace,
lo hacen alimento
y trituré la armadura de más de uno;
hasta que sus restos infectos enfermaron mi alma
y no pude respirar.

Quise ser expresión de perfección,
indulto del miedo,
resabio de apnea nocturna;
hasta que la irregularidad la concebí natural
y al error parte del juego.

Rampó en mí el agobio por estirar mi polo,
negando la otra mitad;
hasta que vi universo
donde temía debilidad.

Las sombras se vuelven vapor
cuando las sostengo con mi corazón de fuego.

Les abro el arcón
y deposito mis más profundos vientos, dorados.

Y corro ligero
y acojo el silencio.

Mi mente se acalla,
murmuran los ecos de mis antiguos yo.
Me regalan la estela que se confecciona
del principio del tiempo y es circular.

Serpiente sin dientes,
cola invertebrada.
Vine para regresar.

CrisálidaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora