Parte 21.

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[editado]

Un agudo chillido escapó de los labios de la rubia al ahuyentar con molestia el mismo molesto zumbido una y otra vez. Hacía pocas horas que su familia y los Santos habían puesto los pies en aquel bosque que solían visitar cada algunos verano y ella ya se encontraba hastiada.

—¿Dónde está mi carpa? —preguntó pasando su mano por dónde sentía comezón.

Cecilie miró a Bob por inercia.
—Le pedí a Vinnie que subiera las dos últimas carpas —contestó éste encogiéndose de hombros.

—¿Vincent dónde está mi carpa?

El niño que recién llegaba de entre los arbustos la miró desorientado.

—¿Por qué lo sabría yo?

—Porque Bob te pidió que la subieras a su auto —dijo Diana entre dientes. Vincent sonrió nervioso ante la mirada de su madre.

—¿Alguien vió mi tienda? No está en el auto —informó Tristán llegando junto con Donovan.

Su hermano menor se encogió de hombros queriendo desaparecer. Recordaba el momento exacto en el que dejó las tiendas en la acera.

—Creo que las olvidé —murmuro.

—¡Vincent! —gritó su madre enfadada. Federico solo se limitó a golpear su frente con la palma de su mano.

—¿Cómo pudiste olvidarlas, Vinnie? —chilló Leslie al tiempo que Donovan le daba un toque en la cabeza a su hermano— ¿Dónde dormiré?

—Compartiré mi carpa —dijo el niño con algo de picardía en su voz. Leslie lo miro tajante.

—¡No dormirás Leslie! —le regañó Diana. Sabía muy bien lo mucho que Vincent apreciaba la belleza de la rubia. No dejaría que esto incomodara de alguna forma a Leslie. —. Vera dormirá con Federico y yo como ya habíamos planeado, aunque usaremos una de las tiendas medianas. Dejaré la más grande para que la compartas con Tristán y Donovan, y así Leslie tendrá su privacidad en la carpa de Donnie.

El pelinegro frunció el ceño.
—No compartiré carpa, por algo traigo la mia propia todos los años —contradijo—. Además Vincent tiene un olor a zorrino que te mueres.

—Donovan —advirtió su madre, mientras Vincent se olía debajo de la axila encogiéndose de hombros.

—No mamá, no estoy dispuesto. Que duerma en el bosque como castigo, el olvido las carpas, no yo. No merezco tal martirio.

—Diana querida, Donovan también podría dormir con Leslie y dejar a Vincent con Tristán —intervino Cecilie. Tristán alzó sus cejas viendo como Donovan miraba instintivamente a Leslie.

—Para nada, la niña dormirá cómoda y para eso necesita su espacio y su intimidad.

Diana beso la cabeza de la rubia y le dió un apretón suave.

—Dormiremos los tres en la misma tienda, es bastante grande. Nadie molestara a Leslie —apaciguó Tristán. Donovan lo miró molesto.

Sin embargo no volvió a tocarse el tema y al caer la noche, todas las tiendas estaban levantadas alrededor de una fogata. Bob, Cecilie, Federico, Vera y Diana, ya se encontraban en sus respectivas carpas durmiendo después de un día agotador. Mientras que Tristán y Donovan aún estaban despiertos en la tienda más grande del lugar.

Vincent, quién había estado grabando como una araña se comía un insecto más pequeño, apareció en la carpa de sus hermanos.

—¿Qué haces aquí? —lo atajo Donovan antes de que adentrará el cuerpo. El menor se quedó mirándolo confundido.

BOYS TEARSWhere stories live. Discover now