Parte 2.

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Domingo.

Leslie suspiró frustrada viendo su tarea de química sin terminar. Jamás una tarea tan simple había consumido tanto de su tiempo.

Y es que la niña no tenía la mente clara para terminarla. Apenas el viernes había pasado todo el suceso del vestuario y ella no paró un segundo de su fin de semana de pensar en ello.

No había hablado con Irene desde entonces. Parte porque sabía que su amiga iba a refutarle cualquier cosa que ella le dijese de aquella situación.

Y parte también, porque no tenía idea de lo que iba a pedirle a su amiga que haga por ella.

No comprendía porque todo eso había herido su orgullo. No fue tanto por las cosas estúpidas que mencionó Samara sobre la universidad, o la amiga de ella sobre la fealdad y todas esas estupideces.

Leslie sabía de sobra lo bien que se veía, nadie iba a hacerla sentir insegura sobre eso.

Pero si le molestaba sentirse inferior, inexperta, algo torpe. Le afectaba de sobre manera. Era algo que no podía controlar.

Incluso en la mañana, cuando entro a redes sociales se sorprendió al notar algo que antes se le pasaba por alto. Publicaciones, estados, imágenes, historias de Instagram y hasta memes. Todo, todo hablaba de sexo o hacia referencias a ello. Literalmente, todo.

Tan raro sentía el no haber notado nunca como la juventud de su edad incluso menores, pensaban en eso todo el tiempo. ¿Cómo es que ella estaba fuera?

Sabía que dedicarse a una vida pensando a futuro constantemente le sacaba algunas libertades, como por ejemplo, las fiestas que organizaban los estudiantes todos los fines de semana o las salidas en si. Ella prefería centrarse en el estudio por sobre todo.

Aunque claro que eso no significaba que Leslie nunca hubiese asistido a eventos como esos, claro que sí. En su cabeza siempre resonaba, "tengo una imagen que mantener" no puedes ser tan popular si no te conoce nadie ¿verdad?

Debes en cuando hacia apariciones, pero siempre volviendo temprano y manteniendo su perfecta y alineada imagen.

Nada de bebidas alcohólicas, nada de manchas en la ropa, ni olor a cigarrillo en el cabello. Nada de eso. Solo entrar, pasear su lindo culo forrado en algún vestido delicado y salir dejando a todos embobados.

¿Pero de qué servía eso? ¿Qué ventaja tenía tener a todos esos hombres detrás suyo si ninguno le robaba siquiera un suspiro?

Ninguno había rozado siquiera sus labios a excepción de aquel chico que una vez le dió un beso de sopetón en un parque cuando ella solo tenía trece años. Todo por culpa de uno de esos malditos retos que hacen los niños cuando se portan como unos tontos.

Leslie nunca iba a aceptarlo en voz alta, pero ella, en ese sentido era solo una niña y por primera vez no tenía idea del tema.

Cerró su cuaderno con enojo. Si no iba a concentrarse era mejor dejar de cuadrarse el culo en la silla.

Tomó su teléfono y llamo a Irene sin pensarlo más de dos veces.

—Mande —dice cuando atiende.

—Estoy volviendome loca —le cuenta, caminando de un lado hacia otro en la habitación.

—¿Y ahora que pasa?

—No he parado un segundo de pensar en lo del otro día, no me he podido concentrar en nada y eso está enloqueciendome.

—Estas dándole muchas vueltas a eso. ¿Por qué no haces algo que te desestrese? ¿Trotar o entrenar?

BOYS TEARSHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin