Arco II: HISTORIAS CORTAS I

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MADRE QUE GENERA TERROR

Bell iba de camino con dirección a su hogar, hasta que llegó, una vez giró la perilla, ingresó dentro del lugar.

Bell: ¡Estoy en casa!

El grito del chico resonó en todo el hogar.

Bell miró a los alrededores pero no vio ni escuchó a nadie. Pero unos segundos nada más se escuchó ligeramente pisadas que se dirigían hacía su posición.

Las dos personas que se dirigían hacía él eran nada más y nada menos que su Madre y su Diosa.

Mientras las Servants y Lili caminaban detrás de ellas dos.

Meteria: Bienvenido de vuelta, Bell.
Vesta: Por fin regresas, Bell-kun.

Bell sonrió al verlas saludarlo con tranquilidad.

Bell: Estoy de vuelta... Mamá, Kami-sama y todas ustedes.

Todos sonrieron en la habitación y lo recibieron con felicidad, pero si Bell se daba cuenta, podría ver como Meteria y Vesta tenían una sonrisa fingida que prometía dolor.

Con un movimiento que Bell no esperó, Meteria corrió hacía él y empezó a sacudirlo de la ropa.

Bell: ¡M-Mamá...! ¿¡Qué estás haciendo...!? ¡D-Deja de sacudirme!
Meteria: ¡Imbécil! ¡Eres un imbécil! ¡Un completo imbécil!
Bell: ¿¡Y ahora que fue lo que hice...!?
Meteria: ¡Te enfrentaste a monstruo extraño en la mazmorra! ¡Morgan nos lo contó todo! ¿¡Acaso nunca piensas en tus acciones!?
Bell: ¡Pero lo derrote!
Meteria: ¡Solo lo derrotaste gracias a la ayuda de Lancer! ¡O si no nunca lo hubieras derrotado!
Bell: ¡Sí, pero sobreviví! ¡Además era para ayudar a unos Aventureros que estaban en problemas!
Meteria: ¡Eso no me importa! ¿¡Acaso no piensas que ese monstruo casi te mata!?

Mientras Bell seguía siendo sacudido por su madre, él se dio cuenta a lo que se refería, esa herida en el pecho pudo haber sido mortal para su vida si Caster y Lancer no lo trataban a tiempo. Fue gracias a ellas que no fue peor, además gracias al Dios Miach y sus pociones lo ayudaron a aliviar el dolor y vendar aquella herida.

Bell: ¡T-Tienes razón, Mamá! ¡Pero por favor deja de sacudirme!
Meteria: ¡No quiero!
Bell: ¡Por favor!
Meteria: ¡Te dije que no!

Bell giró su cabeza y empezó a mirar a todas en busca de ayuda. Aunque todas desviaron la mirada hasta incluso algunas tenían una expresión divertida al verlo sufrir de esa forma.

Bell: (¡Juro que me vengaré de ustedes!) - pensó sintiéndose traicionado.

Aunque hubo una persona que ver el sufrimiento de Bell, por ahora pensó que ya era suficiente.

Vesta: Meteria-kun, creo que ya es suficiente. Mira al pobre Bell-kun, está tan mareado que está empezando a alucinar.

Meteria dejó de sacudir a su hijo y volteó a verla, suspiró con derrota y luego soltó a Bell dejándolo caer de trasero contra el piso.

Meteria: Solo por ser una orden suya la obedecere, Vesta-sama.
Vesta: Me alegra escuchar eso.

La Diosa sonrió, luego posó su mirada hacía Bell que se estaba masajeando el trasero por el dolor de la caída.

Vesta camino hacía Bell, luego se arrodillo a su posición y lo miró con una cara aterradora.

Vesta: Bell-kun.
Bell: -nervioso- ¿S-Sucede algo, Kami-sama?
Vesta: Será mejor que nos des una buena explicación a todas nosotras por tu comportamiento al ir imprudentemente al Dungeon.

Bell Cranel: El Último Héroe de la Nueva EraWhere stories live. Discover now