Muñequito [Taekook] [TERMINADA]

Diez

Pero ahora que le estaba pasando eso, y no era precisamente un juguete, no estaba tan entusiasmado como alguna vez se lo imaginó, le daba terror imaginar al muñeco moviéndose de un lado él sólo.

Simplemente... No.

Despejó su cabeza de esos pensamientos sacudiendola de un lado a otro hasta que se mareo poquito y decidió que un baño le ayudaría a refrescar su mente, no habia podido ducharse la noche anterior por asuntos que ya sabemos y se sentía sucio.

Así que decidido, subió las escaleras con cuidado, ya no quería más accidentes, y fue directo a su habitación, ignorando completamente la de jungkook, no quería espantarse por si el jodido muñeco estaba cómodamente sentado esperando por su precencia.

No vió la sombra por la pequeña abertura que tenía la puerta.

Entró a su cuarto y se quedó estático en su lugar al ver sus maletas sobre la cama, perfectamente alineadas desde la más grande a la más chica. Lo más extraño fue que todas se encontraban abiertas y vacías.

Vacías.

¿Que mierda...?

Rápidamente salió de su ensoñación y corrió a los muebles dónde se supone va guardada la ropa, en las mesitas de noche y el armario que tenía la habitación.

Todo estaba perfectamente acomodado y doblado, como si nunca hubiera sacado su ropa y empacado como loco para largarse de una buena vez.

¿Quien hizo esto? Y ¿Por qué?

Se tiró de espaldas a la cama, suspirando y con el corazón acelerado, colocó sus manos en su rostro, tallando para despejarse y dejarse en claro que esto no estaba pasando.

—Estoy soñando, joder. Estoy soñando.

Pero se levantó de la cama y vió las maletas que habían estado a su lado cuando se lanzó, y suspiró.

—No, no estoy soñando. Me estoy volviendo loco.

Gruñó molesto y se dirigió al baño de inmediato, despojándose de su ropa sin importarle nada y abrió la llave de la ducha, importandolé poco que el agua no saliera tibia en un principio.

Se duchó rápidamente, y salió de la regadera con el cuerpo y cabello empapado, una toalla en su cintura y con otra se secó un poco el cabello que goteaba.

Se acercó al espejo, para lavarse los dientes pero se detuvo frente a él en cuanto vió el vidrio empañado.

Se bañó con agua casi congelada ¿Por qué carajos se empañó?

—Maldita sea, maldita sea.

Gruñó molesto, o queriendo parecer molesto, porque en el fondo el sabía que estaba a punto de sufrir un paro cardíaco, no le gustaba como su corazón se aceleraba de aquella manera cuando sucesos así le pasaban.

Se sentía asfixiado.

Estaba dispuesto a ignorar eso, cómo llevaba haciendo desde que la primera cosa extraña le pasó, pero al ver su reflejo y dejar estancada su respiración supo que no podría ignorarlo.

Su cuerpo comenzó a temblar ligeramente por el shock y el horror que sentía, el color en su acaneladas piel desapareciendo y dejándolo pálido.

Casi tan pálido como la persona que estaba viendo justo en el espejo. No había un reflejo suyo, era el mismo chico que había visto en el Living, ese que hizo que se le helara la sangre.

Seguía... Cómo lo vió por primera vez.

Piel pálida, labios morados y resecos, sus ojos blancos carentes de brillo, no podia ver sus brazos pero comparando su apariencia estaba seguro de que aquellas horribles marcas que había visto la primera vez seguían ahí.

Pero había algo nuevo, moretones.

Moretones en su rostro, en su cuello. Era como, cómo si lo hubieran golpeado hasta matarlo.

Y además de miedo, sintió pena. Y no tenía ni idea de por qué.

¿Que significaban esas nuevas marcas? ¿Habían estado ahí antes y no las había notado?

Un pesado suspiro salió de sus labios temblorosos. La figura del otro lado del espejo levantó la comisura de sus labios, formando una diminuta sonrisa, que a pesar de lo que había pensado antes, hizo que le diera un escalofrío de pies a cabeza.

Se acercó al espejo, y el sujeto del otro lado imitó su acción, acercándose más también, ladeó la cabeza y el pálido lo imitó.

Cómo... Como si fuera su reflejo.

El pálido levantó la mano y él esperó cualquier movimiento, atento, esperando algún signo de amenaza.

Pero solo vió como la maltratada y venosa mano escribía sobre el vidrio, como si el empaño estuviera por dentro.

No supo que pensar al ver lo que había escrito.

"Tomaste una buena decisión"

¿Que habría pasado si decidía no quedarse? ¿Esto había sido una mala idea?

TaeHyung tendría respuesta a sus preguntas muy pronto.