Muñequito [Taekook] [TERMINADA]

Cinco

TaeHyung colgó la llamada, sintiéndose más animado de repente.

Su amigo Seokjin le había dicho que seguramente lo iría a visitar en esos días y él no podía estar más emocionado de la pronta llegada de su mejor amigo, Seokjin dijo también que tal vez llevaría con él a algunos de los antiguos amigos de TaeHyung para visitarlo.

Tal vez eso era lo que necesitaba, una visita de viejos amigos.

Volvió a la cocina luego de guardar su celular en su bolsillo, no sabiendo de qué manera sentirse al no ver a jungkook en la sillita alta dónde lo había dejado anteriormente.

—¿Pequeño? —preguntó al aire, sabiendo muy bien que no recibiría respuesta alguna por parte del juguete.

Revisó junto a la isla de la cocina, tratando de ver si se había caído y no lo escuchó por estar entretendo con la llamada.

Pero no estaba ahí.

Buscó en toda la cocina y no lo encontró.

—Podría jurar que lo dejé aquí.

¿Se lo llevó al living?, lo más probable es que no pero tenía que encontrarlo. Salió de la cocina con un feo sentimiento en el pecho y una extraña sensación de que lo observaban.

No estaba ahí tampoco, en ninguno de los sillones, entonces no se lo llevó.

Suspirando, miró las escaleras. ¿Estaría arriba? Pero él recuerda muy bien haber tomado al muñeco de la cama y traerlo con él a la cocina.

Subió las escaleras corriendo, tratando de llegar lo más pronto posible a la habitación del muñeco, mientras revisaba algunas otras habitaciones de la casa, al igual que las paredes.

Era muy raro que no haya visto una sola foto del infante.

Si tan real era, y su madre conoció a jungkook cuando era bebé ¿No debería de haber al menos una foto de él? No había nada. Solo retratos escalofriantes de la pareja jeon, en dónde todos y cada uno mostraba a un sonriente NamJoon y una sería Yerin.

Se estaba empezando a asustar. Pasó junto a una fotografía del tamaño de una ventana pequeña en la pared, dónde el señor NamJoon estaba abrazando a su esposa por la cintura y ella se recargaba en su pecho, fue extraño no verlo sonreír en esa fotografía.

Sintió un escalofrío en su nuca al pasar frente a ella.

Para su buena, o mala suerte, no vió los ojos del hombre moverse ligeramente en su dirección.

Al fin llegó a la habitación, abrió la puerta sin cuidado y lo encontró...

¡Ahí estaba! Sentado en la cama como lo había dejado la noche anterior. ¿Realmente no se lo llevó a la cocina?

TaeHyung tuvo un ligero mareo que lo hizo sostenerse de un mueble donde habia una maceta, se recompuso y caminó a la cama del muñeco, miró en todas direcciones, todo estaba bien.

—Pero yo... Yo me lo llevé. —tragó grueso y lo tomó con manos temblorosas, pegándolo a su pecho con si tratara de arrullarlo.

Se sentó en una silla que había casi frente a la cama, justo frente al cofre donde él creía que estaban los juguetes del niño.

De pornto sentía curiosidad por saber que había dentro.

¿No haría daño mirar un poco.., verdad?

Tal vez eso lo distraería del miedo que se asentaba en la boca de su estómago que quería hacerlo vomitar.

Así que dejó al muñeco en su regazo, por suerte estaba lo suficientemente cerca del cofre como para abrirlo desde su lugar. No pasa nada, se dijo a si mismo.

Solo una miradita.

Abrió el cofre, viendo una mantita de IronMan cuando lo hizo, sonrió con ternura, él también tenía una mantita así, pero la de él tenía al Capitán América.

Al parecer si eran cosas que le pertenecían al niño.

Siguió buscando cosas ahí, uno que otro juguete salía a la luz, también cambios de ropa donde encontró un overol de mezclilla tamaño mini y muchos más.

Hasta que vió un cuadro, más bien, un marco de fotografía en una de las esquinas.

—Mmm ¿Que es esto?

Lo tomó con cuidado y se paralizó al verlo, en la foto del marco se mostraban la pareja jeon, mucho mas jóvenes que como los había visto cuando los conoció, pero no fue eso lo que lo hizo analizar mejor la fotografía, sino la sonrisa alegre de la mujer que sostenía a un bonito niño azabache de alrededor de dos años de edad, vistiendo un bonito overol de mezclilla, un buzo a rayas y en sus manitos sostenía un pequeño peluche de conejito rosa.

¿Ese era jungkook?

Le dió ternura la sonrisa que el niño tenía, parecía muy feliz y no pudo evitar compararlo con una sonrisita de conejito.

¿Hace cuánto habría sido la foto? Y ¿Por qué no estaba jungkook aquí y ahora?

¿Que fue lo que sucedió para que la sonrisa de Yerin desapareciera?

Un fuerte trueno lo hizo soltar de golpe el marco de fotos, haciendo un grande estruendo al romperse el vidrio.

Había olvidado que seguía lloviendo. Su vista viajo de la ventana empañada al marco roto en el suelo.

—Carajo...

Se arrodilló en el suelo luego de dejar al muñeco en la silla para evitar que cayera y le pasará algo también a él, empezó a recoger los pedazos rotos de cristal tratando de no cortarse la mano.

Fallando en el intento pues un pequeño pedazo logró enterrarse en su piel haciendo que la sangre comenzará a emerger.

—Joder, lo que me faltaba.

Se levantó del suelo luego de recoger los restos y tirarlos en un tacho de basura que había junto a la cama, con cuidado levantó las cosas que había sacado y las volvió a guardar dentro del cofre decidiendo que había usmeado demaciado.

Entró en pánico cuando vió la palma de su mano completamente llena de sangre así que corrió al baño que había en la habitación del muñeco, por lo que sabía había uno en cada habitación.

Hizo una mueca al abrir la llave y sacar el trozo de vidrio incrustado en su piel y luego metió la mano en el fuerte chorro de agua, limpiando su mano más sin embargo ensuciando el lavabo.

Levantó la mirada encontrándose con una tela guinda frente a sus ojos.

—¿Otro espejo cubierto?

Quitó la tela con una sola mano y sonrió al ver su reflejo, aún no entendía el por qué de aquello.

Miró sus manos en el agua, con la vista algo borrosa pues no se había puesto sus lentes de contacto, no recordaba donde los había dejado.

Pero definitivamente notó como su sangre se movía en el lavabo y no a causa del agua, se desconcertó y aterró cuando su sangre formó una palabra con tan sólo tres letras.

Mío

Agitó la cabeza a los lados cerrando los ojos fuertemente, tratando de decírse a si mismo que solo fue su imaginación lo que vió y que era por no traer sus lentes de contacto.

Al abrir los ojos no había ningún rastro de sangre en el lavabo, río entre dientes con el corazón agitado.

—Ah, estoy empezando a ver cosas.