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—Me gustaría saber qué demonios está pasando —dijo Jimin.

Estaba sentado al otro lado de NamJoon en la mesa grande del lugar. NamJoon tenía los ojos fijos en HoSeok, que estaba paseando por los bordes del bar y negándose a sentarse con el resto de ellos. NamJoon no confiaba en el hombre ni un poco, pero estaba dispuesto a escuchar una explicación de alguien antes de empezar a lanzarse golpes.

La mujer que les había dejado entrar, Ava, había atrancado posteriormente la puerta y desaparecido tras una cortina. NamJoon podía oírla moverse, pero no tenía idea de lo que estaba haciendo, ni tampoco le importaba.

Jungkook estaba sentado a la derecha de NamJoon, tranquilo e inusualmente aturdido. Y a la izquierda de NamJoon se sentaba SeokJin, que parecía irritado y áspero. No era difícil deducir que lo que Jungkook le había contado había metido una cuña entre ellos. NamJoon esperaba que pudieran seguir juntos el tiempo suficiente para superar lo que fuera esto y resolverlo cuando volvieran a casa.

Las tablas del suelo crujieron encima de ellos, y todos miraron hacia arriba.

—¿Hay alguien más aquí? —Preguntó Owen. SeokJin negó con la cabeza.

—Los suelos hacen eso —murmuró Jungkook. Se frotaba el puente de la nariz con dos dedos, inclinado sobre la mesa.

NamJoon miró al techo de nuevo. El lugar tenía una sensación extraña, como si hubiese sido abandonada por los vivos, pero todavía estuviera ocupado. Un escalofrío le recorrió la espalda. Toda la ciudad se sentía un poco así, en realidad. Toda la basura vudú le superaba.

—Kim, por qué no nos informas —dijo NamJoon, manteniendo la voz baja. Si Jungkook no iba a dirigir la discusión, alguien tenía que hacerlo.

Los ojos oscuros de SeokJin le fulminaron, luego levantó la vista y su mirada siguió a HoSeok mientras el hombre se movía. Inhaló profundamente antes de hablar.

—Trabajé encubierto un tiempo en Miami, en el cártel Vega.

—He oído hablar de ellos —dijo NamJoon—. Llegan hasta Boston a veces.

—Y más allá. Tuvieron el soplo de que tenían un topo, así que iniciaron una caza de brujas. Me detuvieron una noche conduciendo borracho y la Oficina aprovechó la oportunidad para sacarme, para salvarme a mí y la información que había robado.

HoSeok se acercó y todo el mundo se quedó en silencio mientras esperaban a que SeokJin conectara las piezas.

—Pensaba que esa parte de mi vida era historia, pero... —SeokJin se quedó mirando el tablero de la mesa, moviendo la cabeza.

HoSeok se aclaró la garganta.

—Pero. Hace aproximadamente dos años Kim se introdujo de nuevo en el cártel durante breve tiempo. Fue sacado de nuevo, sólo días antes de que Antonio de la Vega, el jefe gilipollas al cargo muriera en un accidente aéreo en el Caribe mientras regresaba a Colombia. Por supuesto, el alter ego de SeokJin se convirtió en el principal sospechoso dentro del cártel. Juan Carlos de la Vega tomó el control, enderezó el barco Vega, y organizó una cruzada para encontrar al hombre que mató a su hermano.

—¿Cómo llegas tú a esto? —Preguntó Jungkook.

HoSeok sacó una silla y se sentó, mirando a Jungkook. Su cara era inexpresiva.

—Después de que me dispararas, gracias dicho sea de paso, no podía ir a la NIA como estaba previsto. Tenía que encontrar trabajo en alguna parte.

Owen resopló y se apartó de HoSeok para mirarlo.

—Eres un mercenario.

—Paga las cuentas.

—¿Por qué no NIA? —Preguntó Jungkook. Su ceño se había profundizado.

Situación Crítica || #7Where stories live. Discover now