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Jungkook estaba sentado en el lado equivocado de una mesa de madera maltratada en una pequeña sala de interrogatorios, sin aire acondicionado. No estaba esposado, todavía no, y aun tenían que leerle sus derechos. Pero no se hacía ilusiones de poder levantarse y salir de aquí. La forma más fácil de salir de esto sería identificarse como un agente del FBI y acabar con ello. Pero había demasiados riesgos, demasiados cabos sueltos sobrantes de sus días encubierto, y tendría que interpretar el papel que una vez había interpretado aquí hasta que tuviera más información.

Tenía algo de tiempo si HoSeok pretendía reunirse con él a las 2 AM.

La puerta crujió al abrirse, y el mismo detective del hotel entró y tiró un archivo pesado sobre la mesa. Un oficial cerró la puerta detrás de él. Los ojos de Jungkook se desviaron hacia la puerta mientras se cerraba. Le tenían bajo vigilancia. Su rodilla comenzó a rebotar y se obligó a parar.

Se encontró con los ojos del detective, repantigado en su silla en una pose casual e insolente.

—Me sorprendió verte arrastrándote por la ciudad —dijo el detective.

Jungkook chasqueó la lengua. Cuando habló, lo hizo con el mismo acento afectado que había perfeccionado mientras estuvo encubierto hacía años.

—Detective Poirot, ¿no es así?

—Poirier. Pero me puedes llamar señor. Pronto será jefe. Tan pronto como te encadene.

Jungkook entrecerró los ojos.

—¿Y qué es lo que he hecho para merecer ser encadenado?

—¿Has matado a esa chica, Jungkook Beaumont?

—Yo no.

—¿Tu equipo que tenemos en el vestíbulo? Los testigos dicen que vieron a un hombre con ellos la noche del asesinato. Descripción que se ajusta a ti. Dicen que te escabulliste, luego tus compañeros cerraron las puertas, no dejaron que se fuera nadie. Inteligente. Hacen que la policía crea que la escena es pura mientras tú te deslizas fura del agujero por el que te arrastraste.

Jungkook suspiró y se inclinó hacia delante.

—Hay un verdadero asesino en alguna parte. Y estás perdiendo el tiempo conmigo.

—¿Cómo lo sabes?

—Estoy en la ciudad de paseo, detective. Un poco de diversión inofensiva.

—¿Supones que Ava Gaudet podría pensar que tu pequeña excursión es inofensiva?

Jungkook ladeó la cabeza, tratando de no reaccionar. Ava había sido su principal contacto aquí durante sus días encubiertos. Unos pocos meses en la ciudad y probablemente se habría casado con ella.

—Hicimos las paces. ¿Qué tiene que ver con una chica asesinada?

—Esa chica asesinada le recuerda a alguien. Pelo oscuro. Ojos oscuros. Tatuajes. Incluso tenía una de esas bonitas pequeñas plumas detrás de la oreja.

—No sabría decirte.

Poirier rio. Golpeó el archivo en la mesa entre ellos.

—Te tengo por media docena de delitos en los dos años que estuviste en nuestro radar. Allanamiento de morada. Lavado de dinero. Crimen organizado. Lesiones. ¿Golpeaste a tu chica también? Su padre piensa que lo hiciste.

Jungkook permaneció inmóvil. Tenía que mantener su tapadera si el padre de Ava Gaudet hablaba con Poirier. Era el comandante del distrito. Y estaba sucio como el infierno. Sólo dos personas en la ciudad habían sabido que Jungkook era del FBI en el momento del Katrina, y sabía que ninguno de ellos habría revelado esa información, y ciertamente no a Louis Gaudet. Habría arrojado dudas sobre ellos por asociación.

Situación Crítica || #7Where stories live. Discover now