Capítulo 11

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Narrador Omnisciente

Palace Hotel Tokyo
11:58 p.m.

Sesshomaru y Kagome se encontraban en la suite sentados en el suelo, recargados en los elegantes sillones mientras tomaban una copa de vino rosado.

-No me gusta la idea de tener que esconder lo nuestro. - mencionó la azabache acariciando el brazo fuerte del peliplateado.

-Es solamente temporal, aunque quisiera gritarle al mundo entero que tengo a la novia más perfecta, sé que no es lo más prudente porque lo único que provocaría es meterte en algún escándalo. Y en realidad es lo menos importante, mientras tú y yo estemos juntos y tranquilos ¿qué más da si lo saben solamente tus amigos o todo tokyo?

-¿Novia? - preguntó la chica sonriendo. - Eso se escucha muy bien pero que yo recuerde no me lo haz propuesto.

Sesshomaru sonrió y se hincó frente a Kagome tomó su mano y le dio un beso en el dorso de esta.

-Eso se soluciona muy fácil. Señorita Higurashi, me complazco en informarle que usted es mi novia aunque no lo quiera. - Kagome río a carcajadas echando la cabeza hacia atrás.

-¿Es en serio Sesshomaru Taisho? - dijo con fingida indignación.

-Kagome, princesa. - Sesshomaru le acarició una mejilla con el dorso de su mano y pasó un mechón de su cabello por atrás de su oreja. - ¿Me otorgarías la oportunidad de demostrarte lo feliz que puedo hacerte siendo mi novia? ¿Me permites estar contigo en esta primera etapa de una relación y enamorarte a tal punto de ansiar el momento de esperarnos en el altar? Porque no te miento Kagome, esto para mí no es algo pasajero. - La chica con la sonrisa más resplandeciente se hincó al igual que él, lo tomó del rostro y besó los labios masculinos. - ¿Entonces aceptas ser mi novia?

-Tu novia, tu amiga, tu esposa. Todo, absolutamente todo si es contigo. - Ahora era Sesshomaru quien sonreía, la tomó de la cintura y la jaló hacia él para besarla.

-Sessh, tengo algo que decirte. - comentó la chica, terminando el beso.

-¿Sobre qué? - preguntó el platinado un poco confundido.

-No puedes seguir siendo mi guardaespaldas. - soltó ella sin rodeos. Sesshomaru se veía desconcertado.

-¿Cómo que no puedo? Eres tú quien no puede alejarme así de ti. No Kagome, no puedes despedirme. - Reclamó inmediatamente.

-Tranquilo amor, escúchame primero. Esta decisión la tomé porque no es justo que dejes estancado tu futuro por terceras personas. Con todo el respeto que me merecen tus padres, ni ellos ni yo tenemos derecho a interferir en tus proyectos. Así que con todo y que me duele no tenerte cerca, te digo que no puedes seguir siendo mi guardaespaldas. Quiero que regreses a tus entrenamientos y debutes como peleador profesional.

Sesshomaru volvió a sonreír, la tomó del rostro y pegó su frente a la de ella sintiendo una alegría inmensa por ese gesto tan grande que estaba teniendo su azabache por él.

-No es necesario dejar de cuidarte. Yo regreso a las peleas si tú me lo permites, pero no lo haré si es impedimento para estar contigo. He estado entrenando mientras tú estás a salvo en tus ensayos, puedo seguir haciéndolo y programar mis peleas cuando tú tengas tiempo de acompañarme.

-No quiero ser una distracción en tu camino, Sessh. - dijo la joven no muy convencida de que funcione la solución de Sesshomaru.

-No eres una distracción, eres mi inspiración de crecer, mi motor para ser el mejor. Yo regreso al octágono pero solamente si me dejas seguir velando por tu seguridad. - Kagome sonrió, si Sesshomaru decía que podía realizar ambas cosas, confiaría en él porque tampoco ella lo quería lejos.

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