Can I?

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Capítulo 23

Valentín

Estar en el colegio es definitivamente una de mis cosas favoritas, sin embargo son las 4:20 pm y estoy agotado. Igual nunca dejo de dar lo mejor de mi para que la clase salga linda.

Ya es jueves y mañana todos los chicos de fin de año tienen libre por el paseo de profes que se impartía mañana.
Aún tengo que ir a alistar mis cosas y terminar unos detalles de un momento que se convertirá en uno de los momentos más importantes de mi vida.

Le voy a pedir a Vero que sea mi novia. O en realidad si puedo ser su novio.

Para eso encargué 100 rosas, todas de color rosado ya que es su color favorito en las flores. Ya tengo una idea de que hacer, sin embargo los nervios tienen su importante papel en esta situación.

-¡Ciao!- Dije por lo alto para despedirme de los chicos.
Unos se despidieron y otros salieron casi que volando, no los juzgo yo también estoy agotado.

Salí del colegio, conducí hasta mi casa y no podía para de pensar en lo que iba a hacer. Con eso que Vero no saliera de mi cabeza ni un segundo.
Entré y me llevé la sorpresa de que había un camión frente a mi casa y mi mamá estaba con una cara de confusión hablando con el chico que lo conducía.

-Valentín Lee, este muchachito dice que tiene una orden de 105 rosas, ¿que hiciste ahora?- Dijo mi mamá con el ceño fruncido.
-Mamá si yo las pedí, ahorita te explico- Dije riendo.
-Valentín me colmas la paciencia- Entró a la casa junto a Bing-B.

-Disculpa, es que no le avisé y acabo de llegar del trabajo- Dije algo apenado.
-No te preocupes. Por su grande compra se hizo un descuento de 20 dólares por ende le saldrán en 100 dólares- Dijo el chico.
-Perfecto, muchas gracias- Saqué el dinero y se lo entregué.

El chico bajo 5 baldes llenos de rosas y por último el ramo de cinco flores de color amarillo.
Entré a mi casa después de poner todos los baldes en la parte de atrás del auto con una manta para que nadie se de cuenta antes de lo anticipado.

-Mamá- Dije llamándola.
-¿Valentín en que locura te metiste ahora?- Preguntó.
-Te voy a contar- Hice una pausa.
-Te acuerdas de Verónica Hammach- Pregunté.
-¿Aquella niña bonita amiga tuya?- Dijo con un tono dulce.
-Así es- hice otra pausa.
-Llevo conociéndola mucho tiempo ya y hace no mucho dejé de mirarla con ojos de amistad. Mamá yo la amo, estoy muy enamorado y...- Me costó seguir.
-Hazlo, estoy confiada que tengo un hijo maravilloso y que sabes amar, espero todo te salga bien- Una lágrima rodó por mis ojos. Tener el apoyo de mi mamá era muy importante y ahora que lo tenía todo estaba mejor.
-Gracias mamá, te amo- Dije dándole el ramo de cinco rosas.
-No te hubieras molestado-
-Sos mi mamá, nunca será molestia-

Fui a mi habitación, alisté toda la ropa necesaria y todas las cosas de Bing-B.
Necesitaba dormir ya que tengo que salir para la playa a las 4:30 am pero los nervios no me dejaban descansar tranquilo, eran muchas cosas, después de 10 años le diré directamente todo lo que siento y aún me sigo preguntando porque hasta ahora me animé porque siento que algo externo me ayudó a hacerlo.

Después de tener todo listo decidí irme a la cama, eran las nueve de la noche entonces calculando a que hora me levantaría ya era bastante tarde.
Una vez ya en pijamas y en mi cama no podía dormir, daba vueltas, me emocionaba pero a la vez llegaban los nervios y no podía cerrar mis ojos.
Hasta que por un momento comencé a pensar en ella, en todos los momentos que habíamos pasado juntos, en esos 10 años que hemos compartido y en especial en ese beso, nuestro primer beso.
Y creo que desde ahí me quedé dormido profundamente.

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