Pensamientos

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Desde que tengo memoria no e echo más que entrenar.

Mi abuelo era mi maestro, desde pequeño viajaba con el a distintos lugares.

Conocí muchas personas ya sea amables o desagradable.

En mis viajes tenía amigos pero solo eran de pasajeros nunca una amistad duradera.

El único recuerdo de una verdadera amistad fue cuando conoció a dos niños en una dulserioa.

En ese entonces ocupe aúna mquina de botones y para mi mala suerte no me toco el que quería, los niños al ver mis lágrimas intercambiaron el botón de yin y yan que me había tocado por uno de gatito.

Es uno de los más bonitos recuerdos que tengo.

Sin embargo, desde ese momento no me había pasado más que desgracias.

En la escuela que asistí no pude conseguí ningún amigos

Las pocas personas que se me hacercaban, solo tenían malas intenciones.

Según entendí todos sentían envidia de mi cuerpo y aspecto, aun no entendía el por que de esa situación.

(Pero todo cambiará, convencí al abuelo que me cambie de instituto.)

El acepto pero con la condición de hacer el último viaje de entrenamiento.

Con alegría acepte sus términos, salimos por la mañana en un largo viaje, sin saber los cambios que pasaría en el dojo en nuestra ausencia.

Llego el día, el viaje había terminado, mi primer día de clases había comenzado, mi abulito tenía preparado todos para ese día.

Pero no me sentía muy preparada, tenía miedo de que lo mismo volviese a pasar en esta mi nueva escuela.

Así que tome la decisión de cambiar mi apariencia, trenze mi cabezo y me puse unos lentes.

Con el fin de minimizar mi presencia y llamar la menor atención posible.

Con nervios caminaba a mi primer día, tan nerviosa esta, que al sentir la presencia de otra persona instintivamente lo ataque.

Con miedo de ver lo que pude haber llegado a ocasionar, regrese la mirada.

Solo para ver como otro chico logro amortiguar, la caída del primero.

Con mucha pena me empezó a disculpar por lo sucedido.

Cuando vi mejor al chico de cabello castaño pude reconocer quien era por el botón en su chaqueta, pero creo que el no me reconoció.

Me sentía alegre por aver encontrado a alguien que conocía.

Me incline para ayudar a recoger los libros del pelicastano, sin embargo.

Algo curioso pasaba, no podía sentir la presencia del otro chico era como si el no existiera.

Si no fuese por que esta frente mio dudará que existe.

Me distraje por estar metida en mis pensamientos hasta que sentí algo cálido topar mi mano.

Cuando levante la mirada era el chico extraño que por accidente tomó mi mano.

Estaba a punto de quitar mi mano de la de el, sin embargo.

Cuando el me regreso a ver cruzamos miradas.

Y por un intente sentí como si el mundo se detuviera.

Una sensación tan cálida como la luz del sol salió de lo de mi corazón.

Esta sensación tan extraña y a la vez agradable paso por cada rincón de mi cuerpo como si de una tormenta eléctrica se tratase.

Erizado mi piel para lugo hacer brillar mis hojos.

Por suerte creo que no fui la única en sentir esto, después de todo los ojos del chico también parecían brillar al verme.

Y el trato de demostrarlo tomando apropiadamente mi mano.

Nose que sentir nunca antes había sentido esto, era algo nuevo para mi.

(Arthur, es el nombre del chico extraño que conocí)

Se presentó con una gran sonrisa, la cual hizo latir mi corazón, al igual que cundo elogio mi nombre.

Miestras seguíamos conversando el no me soltaba la mano y ese gesto me agrado.

Por casualidades de la vida o podría decirse destino, terminamos estudiando en el mismo instituto.

Estaba muy alegre al saber eso, sin embargo me desanime al saber que estábamos en diferentes clases.

El se despido de mi y Kenichi con una sonrisa aunque se le podía ver algo decaído.

Aparte del extraño encuentro y mi presentación a la nueva clase, nada nuevo paso ese día.

Todo el día fue normal, sin embargo tube que quedarme unos minutos ya que este día me tocaba la limpieza.

Un poco decaída viajaba hacia mi casa después de todo no pude encontrar a Arthur durante el recreo o la salida.

Una voz me saco de mis pensamientos una señora mayor estaba siendo intimidada por unos pandilleros.

Enojada me pare frente de ellos y con enojo reclame sus acciones.

Pero aparte de mi nadie se interesaba de la citación.

Cuando esto se estaba por salir de mis manos, apareció Kenichi para intentar ayudarme.

Contenta al saber que el aun no cambió en todos estos años, pensaba tomar cartas en el asunto antes de que el salga lastimado.

Sin embargo, no fue necesario, una figura con un enorme roca en su espalda apareció.

A una enorme velocidad atacó a los maleantes y con un solo movimiento noqueo a los tres sujetos.

Pocas personas pudieron distinguir las acciones de misterioso chico.

Pero a diferencia de ellos, distinguí todo lo que había pasado.

Pero así como apareció desapareció, después de una larga conversación con Kenichi.

Después de una serie de preguntas, le ofresi la oportunidad de ser más fuerte.

Si aceptaba serie el primer discípulo del Ryozanpaku.

Contenta con la afirmación de Kenichi volví a casa.

Todos me recibieron con cariño, me sentía alegre por ver que nada había cambiado en mi ausencia.

Cansada decidí tomar un baño, le adverti al maestro Ma que si me espiaba le diría al abuelo.

Con el agua caliente cayendo en todo mi cuerpo, me puse a pensar en lo que había sentido esta mañana.

Era algo nuevo para ella y lo extraño era que no podía olvidar, tanto los sentimientos hacia el chico de esta mañana.

Aun recordaba la sonrisa alegre del chico, no conocía nada de él ni su vida pero sentía que podía confiar.

Aunque no lo conozco eso puede cambiar y tardo o temprano podría ser algo más.

Con esa idea en mi cabeza salí de la ducha.

Al abrir los ojos lo vi el chico que todo el día rondo por mi cabeza.

Me sentía contenta por verlo de nuevo, sin embargo todo mi cuerpo se puso roja al ver su cuerpo desnudo.

Su cuerpo está muy tonificado, no tenua ninguna sicarios, su buea figura contrastaba bien con su color de piel, por suerte llevaba una toalla tapando sus parte más privada.

Pero pude ver un gran bulto formándose en esa parte, me sonrojo aún más por pensar en eso.

Sin embargo, la realidad toco mi cerebro, al ver como sus ojos escaniaba todo mi cuerpo.

Al recordar en donde estaba inmediatamente intente tapar mi cuerpo.

Al ver mis acciones el se inclino en forma de disculpa y salió del baño sin decir nada.

Con mi pensamiento al mil por hora y mi cara super sonrojada no sabia que pensar o hacer.

Pude recuperarme un poco de la vergüenza y salí al escuchar un alboroto en la entrada.

Tengo Que Salvar Este Mundo (Kenichi, Komi-san, My Dress-up Darling, Etc)Where stories live. Discover now