Mi nombre es Avery

30

Último capítulo:

Avery:

—Mamá. —Pronuncio sin salir del asombro, mientras su rostro decepcionado permanece sobre mi. —¿Qué.. —Odio trabarme.—¿Qué estas haciendo aquí?

Ella abre mucho los ojos.—¿Es lo primero que me dirás, Avery?

No respondo y ella suspira.

—Hay un video tuyo en internet, tuyo y...—Mira a Landon y mi mente de inmediato imagina el video en la cafetería. —Vine preocupada intentando saber que ocurre y me doy con la sorpresa que no tienes una fraternidad.

—Tengo una, yo...—Miro a los chicos y ella junta la cejas más furiosa. —¿Cómo diste conmigo?

—Tu vieja compañera me dijo como encontrarte o eso dijo que era. —Miriam. —Fui a la mejor fraternidad creyendo que te encontraría ahí.

Créeme mamá, hay mejores fraternidades que Kappa Sigma.

Trago saliva. —Hablemos solo las dos.

—Me parece bien.

No pone quejas y camina hacia la salida pasando por mi lado, intercambio una mirada con los chicos y Landon antes de seguir los pasos de ella.

(***)

—Volverás conmigo. —Mamá es firme con su decisión desde el primer momento a solas y ni me deja hablar.

—¿Qué? No.

—Avery, no te he preguntado.

—Y yo no hare lo que tú me dices, no soy una niña. —Reprocho.

—Deja de comportarte como una.

Mis labios se separan.

—Estas actuando por puro engreimiento. —Espeta. —Se que estas en proceso de convertirte en  independiente, en encajar y la universidad, pero mentirme y quedarte a vivir con esos chicos solo por caprich..

—¡No es ningún capricho! —Alzo la voz. —¡Estoy aquí porque quiero estudiar! Y el día que llegue realmente quise completar tus estándares, mamá, pero no soy tú y al menos te detuviste a pensar porque termine en esta fraternidad y no en las que tantas expectativas tenias para mi.

—Avery..

—Déjame terminar. —Pido y tomo aire. —Lo intente, realmente lo hice, pero no basta llevar tu apellido o solo ser tu hija para conseguir lo que quiero y realmente no es así como tampoco quiero conseguir todo.

—¿Por qué no me dijiste esto? Puede haberlo arreglado.

—Por eso. —Señalo. —Siempre quieres arreglar todo, si algo no sale a tu gusto conmigo, mueves todo para que salga a tu gusto sin consultarme.

—Quiero lo mejor para ti, es por eso.

—No, mamá, intentas vivir otra vez tu vida conmigo.

Ella guarda silencio por un instante.

—Eso no cambia que me mintieras con esto y ese chico. —Señala la fraternidad. —El día que fuiste a casa, empezaste a mentirme.. ¿Por qué? ¿Por el?

—El es un buen chico.

—Y yo digo que no lo es igual que ninguno aquí.

—No los conoces.