Mi nombre es Avery

23

Landon:

—¿Qué te dije de volver aquí, Landon?—La pregunta de mi padre me hace apretar el teléfono junto a mi oreja.

La ventana trasparente que nos separa me hace sentir mucho más lejos de el, el traje anaranjado se ve suelto en su tórax y me hace pasar saliva, los huesos se le marcan y cree que no lo he notado al cubrirse con los mechones que cae hacia adelante, pero veo la cicatriz causada por una cuchilla en su frente.

—Te ves más delgado que la ultima vez.—Comento ignorando su estúpido regaño.—¿No te están alimentando bien en esta prisión de mierda?

—Landon, esa boca.

Me rio.

—Dime... ¿Cómo te hiciste eso?—Le miro la cicatriz.

—Landon, te dije...

—Y yo ....—Continuo con los dientes apretados.—Y yo te dije que no pienso dejarte aquí. 

Su mirada cambia y su cuerpo se relaja.

—No hay razón para que sigas desperdiciando tu tiempo aquí.—El mismo discurso de siempre.—Yo no voy a salir.

Aprieto los dientes.

—Tú estas fuera de aquí, quiero que termines la carrera y te olvides de mi, que hagas tu vida, conozcas una chica que te acompañara...

La cara de Avery viene a mi mente. 

Cierro los ojos.

—Haz tu vida, Landon.

—Ya no hables.

—Ya no insistas en volver porque elegiré la opción de rechazar tu vis...

—¡Qué te calles, dije!

Elevo la voz y los familiares de los otros presos, en las cabinas a mi lado, se giran a verme, incluso un guardia me pone un ojo encima, pero me interesa poco.

Ambos nos miramos en silencio y respiro con tranquilidad para luego colgar el teléfono, mientras mi padre me observa confundido.

—Vendré la próxima semana.—Anuncio antes de pararme y salir de esa habitación, de esa prisión que lo mantiene lejos de mi.

(***)

Me quedo a fumar en la calle de la fraternidad, es bastante tarde y acabo de llegar, mi mente no se concentra en la visita de esta tarde, pero si en la ventana con la luz encendida en el atico.

Avery...

Le doy otra calada al cigarrillo cerrando los ojos, las palabras de mi padre se repiten y respiro el aroma que deja el objeto antes de arrojarlo contra el pavimento, mi pie apaga la mecha e ingreso a la casa luego de asegurar la moto, mis pasos son rápidos trasladándome a la habitación  de Avery, me dejo cae sobre la cama junto a ella y como siempre desde que empecé a dormir aquí, ella se voltea, más no hago nada.

—¿Landon?

Cierro los ojos, fingiendo estar dormido, pensando si ella me odiara cuando descubra mi historia, si se alejara  y me tendrá miedo como todos.

Los ojos que veo al caminar, al cruzarme a cada idiota de la universidad me importaron poco, pero en los ojos de ella...

No quiero que me vean así.

Abro los ojos al percatarme que esta tocándome el cabello, reacciono rápido y le cojo la muñeca, nuestras miradas se encuentran en medio de la oscuridad y para entonces tengo la vista aclarada.