Mi nombre es Avery

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Landon:

Hay sorpresa en sus labios, en su respiración y su cuerpo, besar a Avery llevado por el enojo no hace bien a mis pensamientos que de por sí ya están podridos por ella, ni a la reacción que mi cuerpo alcance a tener, sigo fastidiado por lo respondona que ha sido después de mi ayuda, pero también estoy lleno de excitación después de sentir el aroma dulce tan de cerca de mí.

Como cada vez.

No se resiste, me lo devuelve.

En poco tiempo su boca toma el ritmo de la mía, joder.

Es una delicia y lo disfruta tanto como yo, su lengua mezclándose y sus manos agarrando mi torso, siento la necesidad de tocar más y eso hago, con una larga lista de cosas que deseo hacerle cruzando mi mente.

Esa lengua es tan delicada y sabe tan bien al unirse a la mía, besa bien, joder, pero estoy obligado a respirar.

Jadea despacio, pero no la suelto y mis labios arden. Está poniéndose nerviosa.

—¿Qué haces? —Me pregunta aun cerca de mí y no me contengo las ganas de apoderarme de sus labios otra vez.

Mi boca toma la suya y esta vez ella no me empuja, me responde con ganas y la traigo más contra mí, la boca no lucha, se deja ir mezclándose con la mía, el delicioso aroma de su champú llega a mi nariz y su perfume combinado a su piel, de pronto la hago retroceder y avanzo hasta acorralarla contra la puerta.

Vuelve a jadear y mi boca se niega a un rechazo a esta altura, sube un poco el rostro y nuestras miradas se encuentran.

¿Hermosa? Lo es.

Beso el cuello.

—Landon...

Busco su boca de nuevo, es increíble que tenga más ganas que los primeros dos besos que acabo de darle.

Me sujeta el cuello con los brazos, como yo le sujeto de la espalda atrayéndola contra mí y quiero más cuando tira de mi labio, claro que deseo más.

Ella rompe el beso esta vez, mierda, tengo la cabeza caliente.

Trago saliva y la voy soltando de apoco.

—Landon...—Intenta hablar.

—Entra de una vez.—Le ordeno.

Hazme caso o voy a...

—Avery, no lo repetiré.

Junta las cejas, está enojada.

Va a cerrarme la puerta en la cara, pero la detengo.

—¿No te ibas?

No respondo e ingresa a la casa, por alguna razón está más tranquila de que yo ingrese.

—Descansa. —Le ordeno y me apresuro en subir.

Mierda, Landon.

(***)

Cuesta quedarme dormido con una puta erección, pero logro mi finalidad. La mañana siguiente esta calmada hasta que bajo, Avery no está, pero el resto sí.

—¿Mala noche, Landon?—Pregunta Otis.—Tengo algo que te ayudara.

Probar la boca de Avery Boleyn, eso necesito para empezar bien el día.