CAPÍTULO 29

252 20 18
                                    

El verano tardó poco en llegar. Carol había sacado unas notas de escándalo y el último libro que he publicado está arrasando en las librerías. Mi hombre aún le quedaba un par de semanas de papeleos y demás royos de universidad, asique Carol y yo habíamos aprovechado ese tiempo para ir de compras, tratarnos la piel, el pelo, las uñas... Algún día que otro Alfred nos acompañó para ayudarnos a llevar lo que teníamos que comprar, la barbacoa nueva, carbón. Todo para la piscina, que había quedado de lujo en el jardín trasero

Carol y yo pensamos que sería buena idea plantar algunos rosales pegados a los muros de cemento, así no se vería tan lúgubre el lugar.

Comprábamos bikinis y un bañador nuevo para Sebastian.

- ¿Que te parece este para tu padre?

Pregunté divertida porque era un sujetarabos rosa con estampado de leopardo.

- Tendré que lavar mis ojos con el cloro de la piscina si veo a papá así.

Nos hechamos a reir. Al final opté por cogerle un bañador sencillo, de color azul claro, igual que sus ojos. Carol cogió un bikini morado, como no, su color favorito desde pequeña. Y yo cogí otro, parecido al de Carol solo que en color marrón.

- Mami...

Carol susurró. La miré esperando que me dijese que ocurre.

- Daniel está aquí.

Miré para todos lados y lo localicé mirando unos bañadores. Esta semana me lo había encontrado "casualmente" cinco veces, en sitios diferentes. Y siempre que lo vemos, hace como que está comprando.

- Carolina, quédate aquí.

Le di los bikinis y fui a paso ligero a donde Daniel estaba. Pero este se escabulló entre los clientes.

- Que demonios estás haciendo, Daniel...

Susurré.

Volvimos a casa, estaba algo preocupada y Carol lo notó.

- Deberíamos decirle a papá que Daniel te está siguiendo mamá.

Me quedé en silencio, habíamos prometido contarnos todo.

- Se lo diré cuando termine su trabajo, ya sabes que estás dos últimas semanas son de estrés máximo, no quiero que se agobie más por una tontería.

- No creo que sea una tontería...

- Carol, se lo diré, pero en unos días. Acaba en tres días más. No pasa nada.

- Como digas mamá...

Los tres días pasaron y Carol no hacía más que presionarme a que le dijese a Sebastian que habíamos visto a Daniel, y parecía estar espiandonos.

Esperé a la noche, cuando ya todo estaba en calma.

- Dios, estaba deseando acabar el curso.

Suspiró agotado. Sé acurrucó conmigo para dormir.

- Estoy tan agotado.

- Seb... Tengo que contarte algo, no creo que sea de importancia, pero Carol insistió demasiado.

Se incorporó para prestarme su máxima atención.

- Cuéntame, ¿Que pasa?

- Creo que Daniel nos ha estado espiado, bueno, más bien a mi.

- Hijo de puta... ¿Tienes pruebas de eso mi amor?

- No, solo Carol estaba de testigo y no pudimos grabarlo si quiera, siempre que cruzamos miradas se esfuma.

Profesor Stan: A tu lado.Where stories live. Discover now