CAPITULO 10

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Dos días después sobre las cuatro de la tarde Carol ya estaba tocando a mi puerta. Cuando abrí ella me abrazó y entró rápidamente a la casa para dejar su ropa. Sebastian estaba al lado del coche, vestido de traje azul marino. Muy clásico pero siempre le quedó genial.

- Hola.

Le dije a secas.

- Hey.

Me respondió con una sonrisa vergonzosa.

- ¿Quieres pasar?

Pregunté. Él tan solo camino hasta mi.

- Gracias.

Me sonrió y entró a la casa. Les traje un aperitivo, aunque Carol y yo fuimos a mi habitación para comenzar a prepararla. Se puso un vestido realmente precioso y yo le ayude con el peinado y el maquillaje.

- ¿Estas segura de que estoy bonita?

Me preguntó.

- Estás más que bonita, pero ¿Porque tanto empeño?

Pregunté con curiosidad.

- Bueno, hay que dar buena imagen y Alfred irá.

Así que es eso... Alfred. Solté una risita.

- No te rías Eli.

Dijo ella riendose igual.

- ¿Has visto que guapo está papá?

Ya estamos...

- Carol...

- Está bien, lo siento. Pero si está muy guapo, seguro se le acercan muchas chicas hoy.

- Carol, basta.

Me sentí algo mal.

- Pero Eli, tú lo dijiste, debo dejar que papá siga con su vida.

No dije nada más. Sólo pensar que Sebastian estaría con más chicas que intentarían algo con él me ponía los pelos de punta. Y más porque sabía que yo me estaba comportando como una auténtica hija de puta con Daniel, con Sebastian, con Carol y conmigo misma.

Termine de colocar el último mechón de pelo de Carol.

- Ya estás lista mi niña. Estás preciosa.

Ella se levantó para mirarse a un espejo.

- Me encanta Eli, muchas gracias.

Las dos bajamos al salón donde Sebastian estaba aún en el sofá, leyendo uno de los libros que tenía por ahí.

- Que bien, casi me termino el libro y aún seguís arriba.

Dijo riendo, por lo tanto que habíamos tardado.

- Disculpa por tomar tu libro, estaba algo aburrido y nervioso.

Me habló.

- Por Dios... Carol estás... Estás preciosa mi niña.

Le sonrió de la manera más bonita que tiene, cuando mira a su hija. Los dos estaban realmente preciosos.

- Eli, ¿Te importaría tomarme una foto con mi hija en tu jardín?

Me ofreció su teléfono.

- Para nada, vamos.

Los lleve hasta el Jardín y se colocaron en el lugar más bonito para hecharse la foto.

- Os veis preciosos, decid "cheese"

Los dos a la vez dijeron la palabra riendo y la foto quedó perfecta. Mientras llegaba un mensaje de Óscar al teléfono de Sebastian que decía:

Profesor Stan: A tu lado.Where stories live. Discover now