CAPÍTULO 2

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Me arregle para mi salida con Daniel, y mientras me duchaba pensaba en lo que pasó tan solo una hora atrás, cuando estuve con Sebastian. Como su olor se apoderó de mis sentidos al abrazarme y como sus ojos desprendían esa desilusión al saber de mi compromiso con Daniel.

Durante la cena estuve pensando más de lo normal en Sebastian, casi Daniel y yo no hablábamos.

- Cariño, ¿te encuentras bien? Podemos irnos si quieres.

Me susurró Daniel.

- No Daniel, apenas terminamos de comer y se que esto es importante para ti y...

- Mi amor, lo más importante para mí es tu bien estar, venga, vámonos.

Mi prometido se levantó dejando dinero sobre la mesa y me ayudo a caminar tomándome del brazo, me duele no corresponder de la misma manera a Daniel, el me ama con todas sus fuerzas y yo solo le tengo cariño por el tiempo que tenemos juntos.

Me llevó a casa.

- Daniel, si quieres, puedes dormir hoy aquí, es tarde para que vayas a tu casa, esta lejos.

- ¿Enserio? Si vale.

Le dejé entrar.

- Me iré a poner un pijama.

Avisé.

Saliendo de ponerme el pijama en mi habitación me encontré a Daniel viendo unas fotografías que tenía bajo el cristal de la mesa del salón.

- ¿Cuando quitaras estas fotos?

Me señaló unas fotos que tenía con Carol, unas a las que le tenía mucho cariño, y todas dobladas, para que Sebastian no saliese, aún así, nunca me atreví a recortar las fotos.

- Nunca las quitaré, ya sabes lo importante que es para mí Carol.

- Solo porque es hija de ese estúpido.

- No es por eso Daniel, deja tus celos, amé a Sebastian, pero se quedó en el pasado.

Mentira.

- Ya...

Susurro.

Me metí en el baño a desmaquillarme y cuando salí el ya tenía puesto uno de los pijamas que tengo en mi casa para él, ya que eran varias veces las que se quedó a dormir, en el sofá claro.

- Cielo, he pensado, que... estamos a cuatro meses de la boda y, nunca hemos dormido juntos, podemos hacerlo, ¿por favor?

- No me digas cielo.

- Esta bien, lo siento.

Daniel es demasiado bueno, siento que le estoy engañando, igual que Sebastian hizo conmigo.

- Puedes dormir conmigo Daniel.

Se alegro al instante y me tomo de la mejilla para besarme. Los besos de Daniel son secos, cálidos pero alejados, no los siento míos, son para mí, pero no son míos, no son como los de Sebastian.

Al acostarnos en la cama, Daniel me abrazó, dejando su mano en mi vientre, como Sebastian hacia.

- Daniel, por favor, necesito mi espacio, ¿si?

- Claro...

Se separó de mi unos centímetros y respiro profundo viéndome.

- Eres la mujer de mi vida Elisabeth, pero me gustaría que confiaras más en mi.

- Confío en ti Daniel.

- No como lo hacías con... ya sabes con quien.

- Es difícil.

Profesor Stan: A tu lado.Where stories live. Discover now