El tiempo pasó más rápido de lo que Sebastian hubiese querido, desde el día en que casi tenía a Elisabeth en el aparcamiento de un hospital, no había vuelto a hablar con ella, si no era para transmitirle del bienestar de Carol. Ni siquiera una felicitación por año nuevo o en el cumple de su querida niña pudo intercambiar más de cuatro palabras seguidas. Que Daniel estuviese con ella todo el tiempo, dificultó la situación y los sentimientos.
Estaban en el último fin de semana antes de la boda, Óscar ya había preparado una gran salida con Elisabeth y algunas amigas que habia invitado a su despedida de soltera, aunque realmente ninguno de los que fueron a esa despedida lo pasaron divertido. Elisabeth y Óscar estaban decaídos por motivos obvios, sus amigas porque no sabían que estaba pasando, ¿Porque la novia estaba tan triste a solo unos días de su boda?
Narra Sebastian.
No me creo lo invecil que soy...
- Papá...
Carol entró a mi habitación, en donde yo estaba tumbado en la cama.
- Papá, tienes que levantarte.
Llevaba días encerrado entre las cuatro paredes de en la que más de una vez hice mía a Elisabeth, las mismas cuatro paredes en las que tuve que follarme a mi expareja, para proteger a mi niña.
- Papá, no iré a su boda si no quieres, a mi tampoco me apetece ver cómo ella elige a alguien más.
- Carol, tienes que ir, eres muy especial para Eli, y te necesita el día de su boda.
Mi niña se recostó conmigo e intento hacerme sentir bien, pero la verdad esque un corazón roto es muy difícil de curar, y por muy película de Disney que parezca, es la pura verdad.
Era casi de madrugada y yo aún no dormía, Carol si que está dormida, a mi lado, como cuando era pequeña y le daba miedo los truenos, Eli le ayudo a superar eso.
Dos días después me decidí a hacer un último esfuerzo, fui a buscar a Elisabeth a su casa y por suerte si estaba, y sin su estúpido novio.
- Sebastian, ya di algo, ¿A qué has venido?
No sabía cómo empezar a hablarle, su mirada parecía dura sobre la mía.
- No quiero que te cases con él.
Demandé.
- Pues yo sí quiero.
Respondió.
- Al menos responde a la pregunta, ¿Sientes al menos un poco de amor por mi? Solo un poco, no atracción sexual, amor, del que arde en el pecho.
- Sebastian, claro que te quiero, eres mi amigo, amo a tu hija.
- No es eso lo que te he preguntado.
Estaba más nervioso y preocupado de lo que me mostraba, necesitaba parecer seguro.
Ella se resistía a contestar.
- Si no me amases como yo te amo, no me habrías seguido aquel beso, solo dime porfavor y te dejare tranquila.
- Aunque te dijese que te amo, seguirías insistiendo, incluso más que antes.
Eso es cierto.
- Me amas.
Afirme sin estar seguro, pero pareciendo tener todo el poder del mundo. Como ella no respondía opté por presionarla, solo un poco, acercándome a ella.
- ¿Porque casarte con él? Óscar me ha dicho que no eres feliz, ¿Porque no aceptas de una maldita vez que me quieres a mi?
La tomé del mentón para que me mirase a los ojos.
YOU ARE READING
Profesor Stan: A tu lado.
FanfictionLa segunda parte de mi historia "Profesor Stan" Años de lamentos y noches sin dormir han pasado por las vidas de nuestro protagonistas. ¿Re hicieron sus vidas? ¿Su amor sigue tan puro como el primer día? ¿O quizás alguien más esté ocupando el lugar...