Tres Canicas

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Espero que les guste~

Nota: Jin-naranja. Yin-azul. Esto es mas para mi que para ustedes xD

Nota-2: A MK le gusta agregar más integrantes a su familia :3

Nota-3: Estoy trabajando en un cap con Red Son, así que no se preocupen, él también conseguirá una canica

Yin y Jin estaba teniendo un día tranquilo, dispuestos a quizás hacer alguna travesura o dos, cuando una repentina sombra moviéndose por su cuenta llamó su atención. Gritaron cuando de esta misma sombra emergió un mono de pelaje oscuro muy familiar, los hermanos abrazándose entre ellos, temerosos. Sin importar cuanto lo intentarán, seguían teniéndole miedo.

-Hola~- sonrió, divertido al verlos temblar. La mejor parte de su reputación e historia era asustar a todos los que lo conocían. -No tienen nada que hacer hoy, ¿o si?- movió la cola con tranquilidad.

-¡N-No, señor!- negaron al mismo tiempo, parándose derechos, casi como soldados.

-Bien...porque MK tiene ganas de jugar con ustedes dos hoy- ambos parpadearon ante eso, relajándose sin poder evitarlo.

-¿El pequeño?- sonrió el de piel azul.

-Estamos totalmente libres- sonrió el de piel naranja. Ambos estaban emocionados de ver al menor, siempre era divertido pasar su tiempo con él.

-Perfecto~- el mono levantó la mano y chasqueo los dedos, el par alzando la vista por alguna razón, notando el portal oscuro que se estaba formando en el techo.

-Oh...- extendieron las manos al ver algo caer de allí. Jin atrapó al niño, mientras que una mochila llena y pesada golpeó la cabeza de Yin, quien cayó al suelo con un quejido.

-¡Hola!- MK sonrió enormemente, riendo ante la caída y luciendo emocionado, extendiendo sus brazos para abrazar al demonio de piel naranja.

-¡Hola, pequeño!- lo abrazo con fuerza, contento de ver al menor, ignorando a su hermano que se quejaba en el suelo.

-Te traje algo~- se separó solo para rebuscar en el bolsillo de su campera, sacando al poco tiempo una pequeña canina color naranja. -Para ti- sonrió con emoción, viendo al demonio agarrar la canica con una pequeña sonrisa.

-Es genial...- sonrió, divertido al notar un pequeño detalle al sostener la canica entre sus dedos. -...es mi tono de piel- tarareo con gusto, el menor sonriendo ante eso.

-¡Lo es, lo es!- asintió con ánimo, esa había sido su intención al elegir esa canica en específico.

-¡Pequeño!- el de piel azul se sentó, alzando las manos en un claro reclamo.

-¡Yin!- MK se lanzó hacia el demonio, riendo mientras lo abrazaba con fuerza. -¡También traje una para ti!- sacó otra canica del bolsillo de su campera, aunque esta era de un bonito tono de azul.

-Genial~- acomodo al niño en su regazo, tomando el pequeño regalo, sonriendo con emoción. -¡Es mi color!- hizo un gesto exagerado, notando que la canica era casi del mismo tono de azul que su piel. -¿Como lo supiste?- MK rio ante eso.

-¡Es porque eres azul!- estaba feliz, contento de ver que sus regalos habían sido bien recibidos, cálido al pensar que tenía dos miembros más a su pequeña familia. Mientras tanto, Macaque solo pudo suspirar, contento de ver feliz a su hijo.

... ... ... ....

MK estaba en su cuarto, rebuscando entre su colección, feliz por sus nuevas canicas que su papá y Monkie King le habían regalado. Eran de tamaño mediano y de todos los colores, aunque una en especial llamó su atención. La tomó entre sus manos y sonrió, emocionado, ya sabiendo a quien se la iba a dar. Esperaba que fuera bien recibida y le gustara, en serio que si.

-¡MK!- alzó la vista ante la voz de su papá, guardando toda su colección en su bolsa de tela pero dejando la especial a parte, colocando la bolsa de tela en el cajón de su mesa de luz. -¡Nezha ya esta aquí!- una ola de emoción inundó al niño, una gran sonrisa dibujandose en su rostro mientras se levantaba rápidamente y salía de su habitación. Él vino, ¡realmente vino!

-¡Sr Nezha!- MK chillo con puro deleite al ver al príncipe en su sala, casi corriendo para abrazarlo, feliz cuando el mayor se agachó para recibirlo.

-Solo Nezha esta bien...- él no pudo evitar sonreír con cariño ante la emoción ajena, afirmando su agarre para alzarlo, divertido ante la alegre risa que sacó del menor.

-Esta bien...- MK se separó ligeramente para ver al mayor a los ojos, levantando sus manos para apoyarlas en las mejillas ajenas y darle un ligero apretón, riendo ante la mueca. -¡Nezha!- lo volvió a abrazar, como si el primer saludo no hubiera pasado.

-Hola, cariño~- el apodo salió por sí solo, era difícil no demostrarle algo de cariño al pequeño niño que se emocionaba con mucha facilidad y que mostraba esa enorme sonrisa llena de emoción.

-¡Si viniste!- eso era lo que más lo emocionaba, que aceptará a unirse a una cena familiar y que estuviera justo allí, ahora solo debían ir a la tienda de Pigsy.

-Te lo prometí y yo nunca rompo una promesa- asintió con seriedad. Se sentía algo extraño y muy fuera de lugar al aceptar asistir a la llamada "cena familiar" pero le había prometido al niño entre sus brazos que etaria presente y lo iba a cumplir. MK rio, ligero y lleno de emoción, jadeando al recordar algo.

-¡Tengo algo para ti!- le extendió la canica especial para el príncipe, quien lo sostuvo con un brazo para tener una mano libre para agarrar el pequeño regalo. Era una canica trasparente, con grandes líneas en su interior de un fuerte y llamativo tono de rosa.

-Es...bonita- lo era al decir verdad, aunque no entendía el propósito o la razón por el pequeño regalo, se decidió a no preguntar, lo iba a atesorar de cualquier manera.

-¡¿Verdad que si?!- lo miro con ojos brillantes, aunque el príncipe podía jurar que vio estrellas brillando en los ojos del niño. -¡La vi y pensé que era perfecta para ti!- lo abrazo nuevamente, contento de que le haya gustado su regalo. Nezha tarareo, sonriendo ligeramente, mirando de reojo la canica que sostenía, ya pensando en donde guardarla. Mientras tanto, Macaque no pudo evitar bufar con algo de diversión mientras los miraba, su hijo necesitaba dejar de juntar perros callejeros.

Papa MacaqueWhere stories live. Discover now