CAPÍTULO SEIS

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Durante el camino a la Academia me han llegado pequeños fragmentos de lo que pasó el día de la muerte de Gerardo, es como si hubiera algo que me impidiera recordar claramente lo que pasó, sin embargo, entre lo pocos fragmentos que recuerdo está el...

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Durante el camino a la Academia me han llegado pequeños fragmentos de lo que pasó el día de la muerte de Gerardo, es como si hubiera algo que me impidiera recordar claramente lo que pasó, sin embargo, entre lo pocos fragmentos que recuerdo está el de Gerardo en el suelo diciéndome algo como no confíes, pero ¿no confíes en qué o, en quién? no lo sé, todo es muy confuso.

Al llegar a la Academia me quedé bajo órdenes del Instructor Max, a quien acompaño en la asignación de habitaciones de nuevo ingreso. Falta una habitación por entregar, cuando una explosión hace sacudir el edificio.

Caigo de bruces y me llevo las manos a los oídos: un pitido taladra mi cráneo, no obstante, me levanto inestable. Lo primero que hago es ir con el Instructor, quien está en el suelo con una herida en la cabeza e inconsciente. Alrededor solo se ven los cadetes de nuevo ingreso en el suelo, algunos intentando recobrar el sentido auditivo y algunos otros en posición fetal.

Diviso entre la multitud a esa tal «Lexa» que está saliendo tambaleante de la habitación número cincuenta y uno con la mano derecha en la cabeza y la izquierda contra la pared en busca de equilibrio. Un disparo se escucha a lo lejos y por instinto tomo mi fusil de asalto, comenzando a buscar un blanco al cual dispararle.

—¡Toma su cabeza! ¡Mantenla en alto! —le ordeno al muchacho que está más cerca del Instructor.

Con mi mano derecha logro sacar mi radioteléfono y comienzo a pedir ayuda.

—¡Coronel Sullivan, la Academia se encuentra bajo ataque, repito, la Academia está bajo ataque, necesito que envíen refuerzos: estoy solo, el Instructor se encuentra inconsciente!

—¡Entendido, vamos para allá!

Me encamino hacia el lugar de donde provino el disparo, no obstante, voy solo y no sé qué me espera, por lo que le extiendo mi arma compacta con un cargador extra y uno de mis cuchillos a Lexa, quien con un leve titubeo los toma. Se guarda el cuchillo en uno de los bolsillos traseros y el cargador en el otro; toma el arma con ambas manos, separándola lo más posible de su cuerpo.

—¡Sígueme! —ordeno—. ¡El arma ya está cargada, solo tienes seis tiros, intenta ser certera! —explicó tan rápido y lo mejor que puedo.

—Bien.

Me encamino a paso veloz hasta llegar a las escaleras, pegando mi espalda a la pared antes de bajar y asomándome; no hay nada así que desciendo con el arma en alto, seguido por Lexa, que al igual que yo lleva el arma en alto «para ser la primera vez que porta una, lo está sobrellevando muy bien». En ese instante aparece una figura en frente, lleva un pasamontaña, así que disparo sin dudar.

Sigo bajando hasta llegar al pie de las escaleras y estoy listo para disparar a otra figura cuando distingo que es el Director Bosch, tiene una herida en la pierna y otra en el pecho, no parecen ser grave. Cuando doy un paso para ir a su auxilio, escucho un disparo detrás de mí, lo que hace que me sobre salte y voltee; frente a mi está Lexa dándome la espalda con un cuerpo a sus pies. Sin detenerme a una explicación avanzo hacia el Director, y al llegar, su cuerpo se afloja así que lo tomo por debajo de los brazos y comienzo a arrastrarlo; al parecer también tiene dos disparos en un costado, no se ven bien.

PROTOTIPO CR-6: CONTROLजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें