Capítulo 25: Me toca una charla con papá.

131 20 1
                                    


Pov Percy

Todo aquel pensamiento, idea o suposición que tuve a lo largo de estos días desapareció en ese instante. Mi confusión había sido reemplazada por sorpresa y shock al oír esas palabras provenir de Zeus.

Era tanto que, a pesar del miedo que sentí al entrar, no pude pronunciar una sola palabra. Solo tuve el suficiente coraje como para levantar un poco la cabeza y ver a Alex de pie, frente al trono de... ¿su padre?

-Respeto las acciones de las personas, no las descripciones de sus trabajos... - Alex por fin respondió. -Solo me inclino ante las personas que merecen ser inclinadas... padre.-

Un potente relámpago sonó detrás nuestro, haciéndome saltar, mientras la sala se iluminaba momentáneamente de un celeste brillante. Podía ver los eléctricos y molestos ojos azules de Zeus. Sus iris chispeaban igual que un rayo, titilando varias veces, apuntados hacia Alex.

Él no se inmutó. Simplemente mantuvo la mirada, sin aflojar. Me recordaba demasiado a cuando estábamos en la cámara de Hades. Pero aquí, la tensión se sentía mucho más que en el inframundo.

-Paz, hermano... Ha pasado por un largo tramo desde que se le encomendaste la búsqueda.- Poseidón intervino en su apoyo, y su voz revolvió mis recuerdos más antiguos. Ese cálido resplandor que recordaba de bebé, la sensación de la mano de este dios en mi frente.

-¿Paz...?- Zeus escupió como si de una broma se tratase, antes de voltear hacia mí, tensándome en mi lugar. -Pides paz, y tu engendro también me falta el respeto, al no inclinarse ante mí.-

-El niño se remite a su padre. Es lo correcto.- Poseidón respondió, aún calmado y relajado en su trono.

-¿Entonces aún lo reclamas?- Zeus preguntó amenazadoramente, cerrando lentamente su puño derecho.

-Aunque sea, he admitido mi fechoría.- Poseidón respondió, y otro rayo no tan potente como el anterior resonó.

Por alguna razón, me vino a la cabeza su hija Thalia al oírlo. Pero la mirada de Alex cayó sutilmente hacia el suelo, dándome mucha más intriga. Aún así, no pude dejar de pensar en todo lo demás. Fechoría. Engendró. Se me hizo un nudo en la garganta. ¿Eso era todo lo que éramos? ¿Un delito? ¿El resultado del error de un dios?

-Ya lo perdoné una vez.- Se quejó Zeus. -Voló a través de mi dominio. Debería haberlo derribado del cielo por su descaro.-

-¿Y correr el riesgo de destruir, no solo el Cerrojo maestro, sino que también tu hijo?- Poseidón preguntó con calma, y la mirada de Zeus solo enfureció aún más. -Vamos a escucharlo, hermano.-

-Escucharé.- Zeus accedió. -Entonces decidiré si arrojar o no a este chico del Olimpo.-

-Perseo.- Poseidón me llamó, pero me negaba a verlo. -Mírame.-

Al final lo hice, y no estaba seguro de lo que vi en su rostro. No había ninguna señal clara de amor o aprobación. Nada que me anime. Era más como mirar el océano. Algunos días, podrías saber de qué humor estaba. Sin embargo, la mayoría de los días era ilegible, misterioso.

Tenía la sensación de que Poseidón realmente no sabía qué pensar de mí. No sabía si estaba feliz de tenerme como hijo o no. No era como Alex y su padre, que parecían haber tenido más contacto que cualquiera de todo el campamento. De una manera extraña, me alegraba de que Poseidón estuviera tan distante.

Si hubiera tratado de disculparme, o decirme que me amaba, o incluso haber sonreído, se habría sentido falso. Tal vez incluso hasta me hubiese molestado. O tal vez, como un padre humano, habría puesto una excusa tonta para no estar cerca. Podría vivir con eso. Después de todo, yo tampoco estaba seguro de él todavía.

-Imprudente.- "El Ladrón del Rayo." (Saga Percy Jackson x Oc)Where stories live. Discover now