-Imprudente.- "El Ladrón del Rayo." (Saga Percy Jackson x Oc)

Capítulo 16: Me hace mal.

Pov Annabeth

Caminamos por casi una hora de regreso al restaurante, después de lo que había sido una de mis peores experiencias en un parque acuático. Bueno, tampoco es que haya tenido muchas, pero esto fue horrible.

De verdad, el rencor que tiene Hefesto por Ares y Afrodita llega a un punto que va más allá de mi comprensión. Si, se ven a escondidas de su espalda, y lo han hecho por siglos, ¿pero llegar al punto de plantar una trampa tan letal y humillante?

Todo había sido un desastre. Desde las estatuas de cupido, la red sobre la piscina, o las cámaras de video que transmitían a todo el mundo. Pero no, lo peor fueron las arañas... ¡Uhg! ¡De solo recordarlo, puedo sentir como caminan por mi cuerpo!

Fue humillante. No solo Percy y Grover me vieron, sino que se transmitió por Olympus. Pero no pude evitarlo, las aborrezco. Debí haber dejado que ellos dos se encargaran de recuperar el escudo. Por suerte la pesadilla había terminado. No como me hubiese gustado.

Aún así, el camino de regreso fue agotador. Ninguno de los tres dijo nada desde que salimos, y mi cabeza no dejaba de pensar en toda la secuencia que vivimos, que ignoraba todo lo demás. No sabía cuánto tiempo estuvimos en marcha, hasta que me familiaricé con nuestro alrededor.

Pronto visualizamos el restaurante a lo lejos, y en frente, en el estacionamiento, la gigantesca motocicleta de Ares estacionada delante. Él estaba allí, a un lado de brazos cruzados, mirándonos mientras nos sonreía. No me sorprendía, sabía de todo lo que pasamos. Y por más que lo odie, era más inteligente que Percy para guardar silencio.

Pero me dejé de centrar en el cuando por fin vi a Alex, apoyado contra su motocicleta. Una sensación de alivio me golpeó, logrando formar una pequeña y agotada sonrisa en mis labios. Aunque mientras más nos acercábamos, más notábamos lo miserable que se veía. Igual que nosotros. 

Su ropa estaba quemada, con varios trozos faltantes, y resaltando la diferencia de color. Y su rostro y manos manchados de negro, como si hubiese salido de de una mina, o de una fabrica de hace siglos. Tenía un estado tan horrible que tras recordar su desaparición, por un momento me preocupó.  

Pero entonces visualicé como disfrutaba una hamburguesa que sostenía en sus manos. Su rostro estaba tranquilo y relajado, saboreando la comida chatarra en su boca, antes de que nos acercáramos a ellos.

-¿Se mojaron?- Nos preguntó cuando llegamos, tratando de sonreír un poco, pero con el cansancio y dolor resaltando en su voz.

-Parque acuático...- Grover respondió por nosotros. Aunque a diferencia de él, Percy y yo sacamos la peor parte, mientras que él se mantenía volando, lejos de las arañas. Suertudo. -¿Te quemaste?-

-Un dragón muerto...- Respondió mientras se encogía de hombros, logrando alarmarme al segundo de oírlo. ¿Qué acaba de decir?

No hay muchos dragones en la mitología griega, y tampoco se a que se refería con uno muerto, o por qué Ares quería a Alex con él. Era algo que los tres habíamos estado discutiendo, llegando a una posible conclusión que no compartía. Pero tampoco me animaba a cuestionar al Dios de la Guerra.

-¿Entonces fue una pelea fácil?- Percy se burló, sonriéndole de lado.

-Uhh... no tienes idea.- Alex contestó con un claro sarcasmo en su voz, mientras ponía los ojos en blanco. Eso me hacía confirmar que el dragón no estaba tan muerto como decía. En realidad, tenía curiosidad. Me hubiese gustado ver a uno.  Pero entonces fue que noté como su mirada se centraba en nosotros, levantando una ceja con media sonrisa, solo para decir. -¿Qué pasó? ¿Asaltaron la tienda de regalos?-