Capítulo 23: Me enfrento a un Dios

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Pov Percy

Apenas podía procesar todo lo que pasó, cuando todo se volvió negro. Creí que habíamos muerto. Subíamos tan alto que temía que chocáramos contra el techo de la caverna. Pero al parecer seguíamos elevándonos a través de la roca sólida con tanta facilidad como una burbuja en el agua.

"Lo que es del mar, siempre regresará al mar."

Pensé en las palabras de Nereida, mientras miraba la burbuja. Por un instante no ví nada fuera de las suaves paredes de mi esfera, hasta que mi perla brotó en el fondo del mar. Las otras dos esferas, Annabeth y Grover, seguían mi ritmo mientras ascendíamos hacia la superficie.

Y de pronto. . .estallaron al irrumpir al salir en medio de la bahía de Santa Mónica, derribando a un surfer de su tabla.

Ni siquiera me molesté en oírlo quejarse de nosotros. Solo agarré a Grover y tiré de él hasta una boya de salvamento. Annabeth hizo lo mismo, y nos mantuvimos allí, descansando mientras que el recuerdo de lo que había pasado seguía consumiéndonos.

-Él... Él se quedó...- Grover tartamudeo en voz baja, con sus ojos demasiado abiertos centrados en el océano.

Annabeth no dijo nada. Simplemente inclinó la cabeza, escondiendo su rostro de nosotros. Solo podía ver como apretaba fuertemente de dónde se sostenía, mientras que el tintineo de la boya, y el océano a nuestro alrededor era lo único que oíamos.

-Él nos dio una oportunidad...- Murmuré, con tal de levantarles un poco el ánimo. Pero hasta yo no podía convencerme, con impulsos de derramar algunas lágrimas, que tuve que sofocar.

Entonces miré a lo lejos, y de alguna manera, sabía qué hora era. Primera de la mañana, del 21 de junio, el día del solsticio de verano.

En la distancia, Los Ángeles estaban en llamas, columnas de humo se alzaban desde todos los barrios de la ciudad. Había habido un terremoto, y todos por culpa de Hades. Probablemente acababa de enviar a un ejército de muertos detrás de mí, tras nuestra huida. Pero pensar en inframundo solo me deprimía al recordar lo que dejé abajo. Mi madre, y mi amigo.

Tenía que llegar a la orilla. Tenía que devolverle el rayo maestro a Zeus en el Olimpo. Y sobre todo, tenía que tener una conversación importante con el dios que me había engañado.


Pov Alex

En verdad, no sé cuántas veces he tomado ideas imprudentes a lo largo de mi corta vida. Ya era una cosa que no sabía de quién provenía. Si de mi padre, mi "madre", o quien sea al que le haya ganado afecto. 

No, definitivamente era de mi padre.

Pero no cambiaba nada. Estemos en dónde estemos, había decisiones que uno debe tomar cuando carga el peso de otros detrás. Uno de los cuatro quedaría en el inframundo, y no había manera de que dejara que alguno de ellos lo hiciera, al igual que ellos no me dejarían quedarme. Jamás llegaríamos a un acuerdo, y dejar el rayo no era una opción.

Hice lo que hice, tomando las riendas de la situación como solo yo sé hacer. Solo importa el resultado. El resto no.

Probablemente Annabeth me diría que el fin no justifica los medios. Pero es por eso que tomé mis propios medios para el fin de todos. Uno en el que salieran a salvo, y tengan su oportunidad.

Yo, por otro lado, seguía aquí abajo, exterminando a todo guardia esqueleto que me atacaba. Sus huesos se rompían con facilidad con el corte de mis espadas. Giraba y golpeaba, esquivando sus golpes sin parar. Los que tenían armas no dejaban de dispararlas, y me obligaban a cubrirme con sus propios compañeros que me enfrentaba cuerpo a cuerpo.

-Imprudente.- "El Ladrón del Rayo." (Saga Percy Jackson x Oc)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant