Los Midoriya llegaron a la UA.

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-Yo también lo escuché... -Voltea a los lados vigilando que nadie los escuchara-. La estúpida rata del director estaba diciendo eso en la sala se profesores.
-Pero entonces, ¿es verdad? Ya está aquí el Demonio y mira cómo nos ha ido.
-Y yo escuché que eran 4 o 5. De no ser porque la bruja de mi madre me obliga a estar aquí, ya me hubiera dado de baja.

La noticia se esparce rápido junto con los rumores de la cantidad de alumnos nuevos que iban a llegar y sus quirks.
A la hora del almuerzo 4 caras nuevas aparecen por la puerta de la academia y entran como los dueños del lugar. En el comedor todos los voltean a ver disimuladamente y se abren a su paso.

-Buenos días, Zuzu. -Se sienta en la mesa empujando a Katsuki-. ¿Nos extrañaste?
-Déjame pensar... no.
-Ah... ¿Siempre eres tan frío en la escuela?
-Tsk.
-¿"Zuzu"? ¡Qué lindo nombre, Izuku-kun!
-¿Quién invitó a la rata de dos colores?
-Uh. ¡Tus primos son iguales a ti!
-Ya cállense los dos. -El pelimorado interrumpe la conversación y da un trago a su agua.
-Oh, pero Zuzu, tu amigo es muy interesante.
-Espera, creo que lo conozco de hecho. ¿No eres el hijo menor de Endeavor?

Cuando el resto de sus primos escuchan eso se dan cuenta de que se parecía bastante al chico de las revistas y de las noticias.

-¡Claro que soy su hijo! ¿Acaso no me parezco? -exclama con una sonrisa intentando mantener la calma si comenzaban a hablar mal de su padre.
-Vaya, siquiera hay personas decentes aquí. -Nori recarga su cabeza en la palma de su mano y voltea a los otros 2 que de hecho parecían no encajar-. ¿Y ustedes son...?
-No interesan. -Interrumpe con una voz tajante el pequeño líder de la familia.
-Oh, no nos digas que es...
-La verdad, me gusta su cabello.
-Ya sé, es muy bonito. -Le sonríe al pelinegro y pasa un dedo por la mesa mientras enrosca su cabello verde en su otra mano-. ¿También vas a ser un villano, Kachan?
-¿Cómo sabes mi...?

Antes de poder terminar la oración los 4 se levantan de la mesa y se retiran con pequeñas sonrisas en los labios dejando a los de la mesa confundidos, menos a cierta persona que sabía exactamente por qué habían actuado así.

-Uh~ ¿Te llamaron "Kachan"? Izu-kun, ¿les hablaste de Katsu-chan? ¡Wah! ¿Por qué no les hablaste de mí también?
-¡Ya cállate! ¿Qué demonios te importa?
-¿Les hablaste de mí, Izuku-kun?

No lo decía con alegría como lo había dicho Todoroki, sino con tristeza y miedo. Su "amigo" seguramente les había dicho que era su mascota, su diversión y que le podían hacer lo que quisieran. No era algo muy grato que un Midoriya se interesara en él.

-Por supuesto, idiota. ¿Quieres saber por qué? -Se inclina sobre la mesa y nota como el contrario retrocede-. Porque quiero que sepan la clase de idiota que eres. Lo llorón e inútil que eres.
-Sí, lo siento, Izuku-kun... Iré por otra porción de arroz, ¿te puedo traer algo...?
-No. No soy un cerdo que come y come sin parar como tú. -Forma una media sonrisa-. Ve de una vez, come esa basura nuevamente.

Se levantó con los ojos llenos de lágrimas y la atenta mirada de los 3 de la mesa.

-Vaya, insultos con comida. Eso es nuevo, Izu-kun, ¿ahora vamos a meternos con su peso? ¡Podría ser divertido!
-¡Ya cállate, bicolor!

(¿"Bicolor"? ¿Qué diablos le pasa a Midoriya? Esos insultos no son normales en él...)

-¡Claro, Izu-kun! A propósito, siempre me pareció que Kachan come mucho. Kachan, Katsu-chan, Kachan, Katsu-chan... ¡qué lindo suenan sus nombres!
-¡¿Te quieres callar?!

Pasan los meses en los que Izuku y los de su generación cumplieron 18 años y el clan Midoriya cada vez era más reconocido y temido; Shoto seguía trabajando duro para conseguir dinero y sacar a su padre y hermano adelante; Izuku cada vez se adentraba más en los negocios familiares y ese extraño sentimiento de querer tener a Katsuki solo para él crecía día con día  y Katsuki... Katsuki había dejado de comer. Una fruta al día era su nueva alimentación diaria y dudaba aveces cómo lograba mantenerse con vida pese a los desmayos y maltratos que recibía diariamente.

-¡Ya levántate, imbécil! -vuelve a patear las costillas del rubio pero éste no reacciona, solo tiene espasmos de vez en cuando con las patadas que no eran nada suaves.
-Oye, ¿qué diablos haces?

El peliverde volteó solo para encontrarse con su primo que lo veía sin entender nada.

-¿Por qué...? Ese es Kachan, ¿lo sabes?
-Lárgate...
-¿Qué? No...
-¡Lárgate! Vete al diablo, Nori, ¡no actúes como si te importara!
-No grites así, imbécil. Y sí, sí me importa, si no lo llevarás a recibir atención médica entonces vete.
-¿Tienes una idea de con quién estás hablando? -Izuku se enderezó y volteó a su primo con odio.
-¡Y a mí qué me importa si eres la cabeza de la familia! ¿No dijiste que cuidarías a Kachan? Incluso nos prohibiste acercarnos a él, ¿ahora por qué diablos lo tratas así?
-Cállate de una vez, Nori. No deseo hacerte daño pero lo haré si no me dejas de otra.
-¿"Si no te dejo de otra"? ¿Qué diablos te está pasando? No defendí a Kachan de todo el mundo solo para que llegues tú y lo trates así.

La discusión se alarga hasta que por fin el peliverde se rinde y lo deja llevarse a Katsuki que sollozaba por lo bajo con sangre en la boca.

-Qué pena me das.
-No me hables así, Nori. No volveré a ser tan amable contigo. -Se cruza de brazos.
-Sí, claro. Ya entiendo qué es lo que haces, pero no siempre va a haber alguien que te detenga.
-¿Qué diablos te hace pensar que quiero que alguien me detenga? Antes de que ustedes llegaran mi vida era mucho más fácil, podía usarlo como quisiera y ahora que llegaron interfieren en mis asuntos.
-Pese a que me gustaría explicarte como cuando estabas pequeño no tengo tiempo. Tengo tarea y tengo que llevar a Kachan a la enfermería así que nos vemos después.

Le da la espalda mientras cargaba con Katsuki sobre su espalda con algo de dificultad y escucha a su primo maldecir a sus espaldas.

-Ay, Zuzu, no tienes idea de qué estás haciendo, ¿eh?

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¿Y qué quieres que haga?Where stories live. Discover now