¡Buenos días!

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-¡Buenos días, alumnos! Hoy, como sorpresa especial..., ¡vamos a tener un examen sorpresa!

Los gruñidos inundan el aula y varios insultos salen de la boca de los alumnos, claro que esto no le quita la sonrisa al profesor que comienza a repartir los exámenes.

-Uh. Midoriya, ¿a quién le vas a dar tu examen esta vez?
-Tsk. ¿Por qué no lo hace usted, viejo?
-Como siempre, ¡tienes 100! ¡Felicidades, Midoriya!

La actitud fría no borra la sonrisa y sigue repartiendo los exámenes a los menos afortunados que no tenían una familia poderosa que les permitiera no entregar examen (todos sus demás compañeros).

Como siempre en todo, la sociedad estaba dividida para los villanos.

En el puesto más alto se encontraba la familia Midoriya que era descendiente directa de One For All, todos sabían que era una familia muy poderosa y sanguinaria capaz de arruinar o terminar con tu vida en un segundo así que preferían no involucrarse con nadie que llevara ese apellido.

Fuera cual fuera la persona, por más débil, frágil o callada que se viera si era un Midoriya tenías que alejarte de ella. Por ejemplo, Izuku Midoriya, un alumno delgado, con rostro delicado y cuerpo que a simple vista era frágil, había ganado fama por iniciar peleas con alumnos varios años mayores que él y ganar, incluso se le veía con ellos tiempo después de la pelea haciéndolos llorar por mero placer y dándoles órdenes como si fuera el mismo líder de la familia Midoriya.

Sin duda las apariencias engañaban en esa familia.

2 horas después y sonó el timbre del primer descanso.

-¡E-espera, Izuku-kun...!
-Apúrate, llorón. ¿Acaso quieres que pierda mi hora de comida por tu culpa?
-No, l-lo siento...

Por fin había alcanzado a sus "amigos" y se había encaminado al comedor detrás del pelimorado, como siempre.

-¡Tienes nuevos aretes!
-Ya no me gustaban los otros.
-Izu-kun, ¿cuándo nos vas a dar tu secreto para nunca subir de peso?
-¿Qué te importa?
-¡Mira! ¡Una mariposa!

Y sí, Todoroki siempre cambiaba de tema a uno absurdo o que no tenía nada que ver causando la molestia del pelimorado y la admiración del pelinegro que apenas y podía meter un tema de conversación.

-Fórmate en la fila de ramen y tráeme un tazón chico, rápido.
-S-sí.
-¡Voy contigo, Katsu-chan!

Lo sigue dando brincos y el joven Izuku se queda en la mesa solo.

-Oye, tú.

Llama a uno de los chicos que caminaban por ahí y que siente escalofríos al ver quién le hablaba. Dejó su bandeja en su mesa y se acercó rápidamente.

-¿S-sí...?
-¿Ves a ese? El de cabello negro.

El segundo asiente sin saber qué le iba a decir.

-No vuelvas a tocarle un cabello. Ni tú, ni tu estúpido "grupito". O saldré contigo hasta que ruegues que te mate.

La mirada que en un momento fue morado claro se transformó en unos ojos sombríos y que dejaban ver al chico asesino que ese pequeño adolescente podía ser.

-Si le vuelvo a ver un moretón que yo no le haya hecho...

Suelta una pequeña risa mientras ve al pobre chico temblar de miedo.

-No creas que vas a salir vivo. ¿Entendiste?
-¡Sí...!
-Ahora, limpia mis zapatos, ¿quieres? Están algo sucios.

Ve que gira la cabeza en busca de un trapo y su sonrisa crece.

-Dios, con la tela de un trapo no.
-¿Entonces...?
-Tienes lengua todavía~

Todos los de las mesas cercanas vieron a un alumno de 3° que fue considerado uno de los más temidos y agresivos arrodillarse ante El Demonio y limpiar sus zapatos con su lengua. Claro que se hubieran burlado, pero lo mejor era verlo en silencio sabiendo que podían ser los que seguían.
Cuando el bicolor y el pelinegro terminaron de comprar su comida y voltearon a su mesa encontraron a una bolita de espectadores.

-Uh. T-tal vez sea mejor dar la vuelta al comedor, Todoroki-kun.
-¿Eh? ¡No me voy a perder esto! Ven.

Lo jala del brazo y pasan entre tanta gente a base de empujones.

-¡Ay!
-¡Oye!
-¡Maldito idiota!, ¡vuelve aquí!

Llegan a la mesa y ven lo que estaba pasando.

-La suela también.
-¡Izu-kun! ¿Tienes un nuevo amigo? ¿Quién es? ¿Cómo se llama?
-¿Eh? Ahg. Regresaron.

El comedor se queda todavía más callado cuando ven a los 2 sentarse con El Demonio y hablarle, más ese llorón con ojos azules que parecía la mascota de los otros 2.

-No es nadie, estúpido. Dame mi comida mejor.
-¿No es Rieko de la clase 3-A...?

El mayor levanta la vista de forma suplicante. Si le decía al Demonio que apenas ese día lo arrastró por media escuela iba a terminar muerto.

-¿A ti qué te importa? O qué, no me digas que te hizo algo.

El más grande siente que su cabello es jalado por los delicados dedos del alumno de 1° y traga saliva.

-Lo siento...

Murmura y Midoriya le da un golpe en la cabeza para que siguiera limpiando.

-¿Y bien?
-Uh~ Izu-kun, ¿no sabes quién es él? Ha estado obligando a Katsu-chan a hacer sus tareas y lo golpea cuando quiere. Por eso Katsu-chan tiene el estómago cortado, ¡mira!

Levanta el uniforme del otro dejando ver moretones, vendas y cortes de mínimo 10 centímetros. El pelinegro se tapa rápidamente y siente un nudo en la garganta por la humillación.

-Y ha sido su saco de boxeo, ¿verdad, Katsu-chan? ¡Wah~! ¿Por qué me dieron mi ramen frío?
-Ja. Con que eso ha estado pasando.
-¡N-no! ¡Lo siento mucho, no sabía quién era! ¡Lo lamento en serio!

En la noche se ve al mayor tirado en el suelo lleno de sangre y con una correa en el cuello en la habitación del pelimorado.

-Ja. Ruega un poco para que me duerma, lo creas o no, adoro tu voz.
-Por... favor... Te ruego... Te lo ruego...

El pequeño acomoda su almohada y duerme mientras escucha a su nueva mascota repitiendo lamentos y súplicas.

-Buenas noches, perro.

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Espero les haya gustado.

¿Y qué quieres que haga?Where stories live. Discover now