𝐗𝐗𝐈𝐈

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Un baile fue anunciado para la noche siguiente, mientras los chicos todavía dormían durante el día. Sunoo y Sunghoon descansaban en la cama del primero, y Jungwon con Jay se habían acomodado en uno de los sillones de la habitación, el resto había despertado mucho más temprano y había ido a sus propias habitaciones para preparar el día que había comenzado, a pesar de los fuertes dolores de cabeza que podrían llegar a sentir.

El baile sería de máscaras y se daría como despedida a los invitados, ya que, en solo un par de días sería la última prueba, dando fin al torneo con aquél ganador que sería el merecedor de la mano del príncipe.

—Mierda, mierda —exclamó Jungwon, quizás demasiado fuerte, despertando al resto de los chicos. El castaño príncipe corrió hacia el baño, empujando a Jay de su lado provocando que no alcanzara a reaccionar y cayera al suelo desde el sillón.

—Auch —murmuró, pero se acomodó en el suelo y volvió a cerrar los ojos.

Sunghoon y Sunoo, algo más despiertos, se miraron y rieron de aquello.

—¿Qué tan tarde es? —preguntó el pelinegro.

El peliceniza miró hacia afuera por el gran ventanal y con el sol bien arriba, supuso que estarían cerca del mediodía.

—Hora de comer —respondió, dándole un beso en los labios a Sunoo.

—Qué lindos —escucharon la voz de Jungwon, que ya había salido del baño, y se sonrojaron un poco, pues era primera vez que los veían darse un beso, pero Jungwon no le tomó mucha importancia y se agachó dónde estaba Jay —Lo siento, sentí que mi vejiga explotaría.

—No te preocupes, prefiero despertar en el suelo a que meado —respondió el castaño con una sonrisa pero todavía con los ojos cerrados, apoyando su mejilla contra el frío suelo.

—Qué lindos —dijeron Sunghoon y Sunoo al unísono, tal como lo había hecho Jungwon, solo que un poco más agudo para molestarlos.

Jungwon y Sunoo decidieron ser los que fueran a buscar comida, para evitar que el otro par tuviera que esconderse por si alguien los veía al volver a subir a la torre de la habitación del pelinegro. Fue ahí cuando recién se enteraron del baile.

—Me gustan los de máscaras, son más interesantes —mencionó Jungwon mientras subían con bandejas de plata llenas de comida.

— ¿Interesantes? —preguntó el pelinegro, frunciendo la nariz.

—Ya sabes, misterioso, no sabes con quien podrías estar bailando.

—Pero podría reconocerlos por su voz... —Sunoo respondió entrecerrando los ojos.

—Bueno, imagina que esa persona no te habla mientras bailan.

—Todavía podría reconocerlo por su cabello, o por la otra mitad de su rostro —señaló nuevamente el pelinegro.

—¿Reconocerías sus labios? —preguntó el peliazul, mientras entraban a la habitación.

—¿Tú no? —preguntó Sunoo, dejando las bandejas que tenía en la pequeña mesa de centro.

—¿De qué labios hablan? —preguntó Jay, confundido. Por alguna razón siempre que escuchaba sus conversaciones, no podía entender nada.

—Del chico misterioso que baila con Sunoo en el baile de máscaras —respondió Jungwon, acercándose a Jay para observarle la boca —Mh, sí, tienes razón, creo que podría identificarlos.

Sunghoon levantó una ceja hacia Sunoo. —Habrá un baile de máscaras mañana, y Jungwon me intentaba convencer de que es algo misterioso.

—Nunca he estado en uno —respondió el peliceniza, encogiéndose de hombros.

La Douleur Exquise │ 𝐒𝐔𝐍𝐒𝐔𝐍Where stories live. Discover now