𝐗𝐈𝐈

1.7K 189 73
                                    


Sunghoon había pasado nuevamente la prueba y Sunoo no podía estar más confundido sobre lo que había ocurrido.

Había acertado todas las flechas a los blancos requeridos incluso estando en movimiento, y sabía que él le había ayudado a perfeccionar sus tiros pero no iba a darse el crédito de aquella elegancia y agilidad. Sunoo sospechó de las habilidades de Sunghoon por primera vez de una manera real.

—Ya sabías tirar al arco —lo enfrentó cuando ya habían podido reunirse luego de esperar a que la gente se disolviera. Estaban cerca de donde habían entrenando los días anteriores, sentados en una de las grandes raíces de un árbol, que se habían asomado a la superficie. Sunghoon asintió suavemente y le sonrió.

—Nunca dije que no supiera —se encogió de hombros.

—Pero me hiciste creerlo.

—Tenías muchas ganas de enseñarme, no iba a negarme a tu felicidad.

—Tampoco estaba tan emocionado —dijo despacio Sunoo, desviando la mirada hacia las copas de los árboles, mientras se cruzaba de brazos. El peliceniza soltó una risita.

—¿Y qué opinas entonces?

—¿De qué?

—De mis habilidades.

El pelinegro meditó su respuesta unos segundos.

—Pareces un príncipe de verdad —dijo, ahora mirándolo a los ojos.

Sunghoon bufó. —Que aburrido.

—Bueno, definitivamente eres mejor que un príncipe —volvió a hablar Sunoo luego de sonreírle, usando un tono para molestar al peliceniza —¿Cómo es que no sabía de tus "habilidades"?

—No sabes todo de mí, principito.

—Pero tú sabes todo de mí —respondió con el ceño levemente fruncido.

—Eso es porque hablas demasiado —se burló Sunghoon.

El príncipe rodó los ojos pero no le tomó tanta importancia.

—Cuéntame algo que no sepa y me quedaré callado.

—No te pedí eso, me gusta que hables mucho.

Sunoo aguantó sonreír. —Está bien, pero dime ya, me pones nervioso.

—¿Ah, sí?

—Sunghoon...

—Bien, bien —aceptó mientras reía —Mi padre me entrenó desde que tengo memoria, con todo tipo de cosas.

—Pero él...

—Sí, murió hace mucho, pero seguí entrenando cuando decidí que era una forma de recordarlo.

—Nunca hablas de tus padres —murmuró el príncipe, temiendo decir algo fuera de lugar.

—¿Estás aprovechando de que te estoy contando cosas? —preguntó el peliceniza entrecerrando los ojos.

Sunoo negó con la cabeza frenéticamente. —No es eso pero, me agrada como hablas de tu padre.

—¿Qué quieres saber? —preguntó Sunghoon, persuadido por sus palabras.

—Lo que quieras, cómo eran contigo o cómo se enamoraron, cosas de padres supongo.

Sunghoon se lo pensó un rato antes de empezar.

—Empezaron como nosotros —soltó, sin mirarle el rostro al pelnegro.

—¿C-cómo nosotros?

—Sí, fueron amigos muy cercanos a nuestra edad, ya después se enamoraron... O más bien, aceptaron que gustaban del otro —Sunghoon se detuvo un segundo a apreciar el rubor que aparecía en las mejillas del menor y agachaba un poco la cabeza para ocultarlo, sonrió disimuladamente ante aquello —Nunca me contaron muchos detalles, supongo que no hubiera entendido tampoco, pero siempre se repetían entre ellos que así debía ser y así fue.

La Douleur Exquise │ 𝐒𝐔𝐍𝐒𝐔𝐍Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum