〔:🍓:〕「 33 」 ༄˚⁎⁺˳✧༚

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Cuando Heizou abrió los ojos por la mañana, lo primero que vio delante de él fue el pelo alborotado y despeinado de Kazuha dándole la espalda. Teniendo el pelo suelto era mucho más fácil ver lo largo que lo tenía en realidad, llegándole algo más abajo de los hombros. Heizou se dio cuenta entonces de que nunca antes lo había visto con el pelo suelto, pero al instante se dio cuenta también de cuánto le gustaba verlo así.

Permaneció quieto, sin moverse ni un ápice, observando el movimiento de subida y bajada de los hombros de su novio, producido por su respiración. Finalmente, después de unos segundos, decidió acercarse en silencio a él hasta hacer que sus cuerpos volvieran a estar juntos, esta vez encajando los hombros de Kazuha entre los suyos y arrimando tanto su cara a él que su pelo desordenado y fino le hizo cosquillas en la nariz y en los párpados cerrados.

—¿Ya estás despierto también? —Fue la voz de Kazuha, hablando en un susurro algo ronco.

—Sí —respondió de igual forma Heizou—. ¿Tú llevas mucho rato despierto?

—No, tranquilo.

—¿Y qué tal estás de la resaca? Ayer ibas como una cuba. ¿Te duele algo? —se preocupó Heizou.

—Un poco la cabeza... Pensé que sería mucho peor, honestamente.

—Has tenido suerte entonces. —Le dio un beso en el cuello que le hizo cosquillas al peliblanco—. Hoy deberías descansar. Y yo debería volver a casa ya.

Kazuha gimoteó, dando a entender que no estaba del todo conforme con la idea, fastidiado con ella. Quería quedarse con Heizou un rato más y salir con él por ahí, no encerrarse en su habitación para reponerse del desmadre de la noche anterior.

Desasiéndose del abrazo de Heizou, Kazuha se incorporó sobre el colchón hasta quedar sentado. Se giró para mirar a Heizou, todavía tumbado, y se lo quedó mirando mientras le dedicaba una sonrisa.

—Te queda muy bien el pelo suelto —le dijo por fin Heizou.

—Gracias —sonrió.

A ojos de Heizou, el pelo suelto le quedaba espectacularmente a Kazuha. Hacía que sus facciones se vieran diferentes, que sus rasgos parecieran más finos y que su mirada carmesí y sus labios rosados destacaran más entre el pelo blanco que le enmarcaba la cara. Tenía las puntas abiertas, pero eso, lejos de hacer que se viera mal, incluso lo favorecía.

—Te queda muy bien —repitió Heizou, mirándolo como quien admira una obra de arte—. Estás muy guapo así, Kazu.

El peliblanco se rio y murmuró otro tímido «gracias», apartando la mirada, temiendo que sus mejillas fueran a sonrosarse. Era demasiado temprano para recibir ya tantos halagos de golpe.

Heizou se irguió también y apoyó la espalda en el cabecero de la cama. Al momento, su novio volvió a girarse hacia él otra vez, en esta ocasión abrazándolo y acurrucándose a su lado. Lo miró antes de darle un beso, y luego otro más porque el primero les había sabido a poco.

Mirándolo, Kazuha se sentía bien. Tenerlo cerca era el mejor regalo que podía pedir, sentir su corazón latiendo cerca del suyo era algo de valor incalculable para él. Incluso le daba la impresión de que palpitaban al mismo tiempo. Eso lo hacía todavía más mágico. Se le ocurrían un sinfín de versos con los que describir todas esas sensaciones.

—¿Sabes qué? —susurró Heizou.

—¿Qué?

—Gracias por haberme dicho aquel día que tenía que tirar hacia la derecha para abrir esa taquilla de mierda —sonrió—. Yo solo quería abrir esa taquilla roñosa y me acabé enamorando de ti. Gracias por dejarme conocerte y gracias por estar en mi vida.

Serendipia [Heikazu] (High School AU)Where stories live. Discover now