Ellos fueron objetos sexuales toda su vida, solo conocían de abusos y maltratos.
Comprados por un desconocido, esperando la peor de las vidas.
Ella solo quería compañía.
Tal vez no fue la mejor manera, pero tenerlos evitaba que colapsara.
Y se i...
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Gianna...
Los meses fueron pasando poco a poco y sin darme cuenta, la convivencia se volvió más pasajera, los chicos se llevaban excelente con Lio y él se sentía en casa con ellos a su alrededor. Pendientes a sus acciones, jugando sus juegos y haciendo que tuviera una niñez feliz.
Por otro lado, Mike hablaba poco conmigo y se mantenía distante de Greg. Antes de salir de casa, despedí a mi hijo y a Víctor quien iba a acompañarlo en un viaje escolar. -¿Tienes todo cariño?-
Mi pequeño asintió -Si mami-
-¿No olvidas nada? ¿Seguro?- volvió a revisar su mochila. -Vic-
-Lo sabemos mamá- me sonrió -tenemos todo y si algo falta, lo ire a comprar, no te preocupes-
-Yo quisiera...-
Víctor se acercó a mi y beso mi mejilla -ve a trabajar, la empresa te necesita-
-Gracias- su mínimo gesto me calmo. Los despedí por una decima vez y me fui a trabajar.
Estaba en la oficina, donde los había mandado a llamar por sorpresa, frente a mi ya se encontraba el médico quien sonreía mientras tecleaba algo en su móvil y esperaba a que yo finalizara mi trabajo.
-¿Cómo está nuestro pequeño?-
-Bien, hoy tenía una excursión y se encontraba muy contento por ir- deje un minuto mi laptop para verlo -toda la semana estuvo saltando de aquí para allá sonriendo porque iria a ver las serpientes-
El soltó una risa -Tan diferente a tí-
-Olvidalo- bufe -si veo una de esas cosas probablemente me desmaye-
-Estaré para resucitarte- el ambiente se volvió extraño -siempre-
No le di mucha importancia, volviendo a mi trabajo -¿Tú? Hace mucho no vas a casa a ver a Lio, él te extraña-
-Lo siento, desde que volví, el trabajo me ha sobrepasado y en tu casa est...- al parecer se obligó a callar lo que iba a decir-
La puerta se abrió dejando ver a Mike quien venía hablando distraído con Dante a su lado, quien no sabía por qué razón estaba aquí si debería encontrarse en medio de un juicio importante.
-Venia entrando y me crucé con una persona que quizás conozcas- el pelinegro sonrió viéndome.
Una línea se dibujó en mis labios, me levanté del asiento rodeando el escritorio y yendo a donde estaba el rubio con traje color gris oscuro -Hola pequeña, no pude saludarte en la mañana-
-Hola- lo abrace, jamas me cansaria de sus abrazos -¿Cómo fue el juicio?-
-Bien, perpetua para el homicida y la familia de la víctima podrá estar en paz, o al menos buscarla- beso la comisura de mis labios, casi rozando nuestras bocas. -¿Desayunaste?-
